De acuerdo con la asesoría de prensa de la Alcaldía de Curitiba, 190 personas, entre las cuales 20 eran policías, fueron atendidas con heridas de diferente gravedad, 45 de las cuales tuvieron que ser trasladas a diferentes hospitales de la capital de Paraná.
La Policía utilizó bombas de gas lacrimógeno, pelotas de goma y agua para dispersar a los manifestantes, en su mayoría profesores, que reaccionaron lanzando piedras y diversos objetos.
Algunos niños que se encontraban en un colegio cercano al área donde ocurrieron los disturbios tuvieron que ser atendidos al sentirse mal como consecuencia del gas lacrimógeno, informó la alcaldía.
El profesor universitario Sérgio Gadini, en huelga desde el lunes, dijo a Efe que la situación es «absurda» y comparó el Gobierno regional de Paraná con una «dictadura regional de Brasil». «Ellos no respetan los derechos humanos. Nunca vi a un Gobierno movilizar a un cuerpo de policía tan grande para una movilización pacifica», subrayó el docente.
El enfrentamiento entre policías y manifestantes ocurrió en el Centro Cívico de Curitiba, un espacio que concentra las principales sedes del poder público y donde un grupo de profesores está concentrado desde el lunes para impedir que se promuevan cambios en las reglas de jubilación.
En el momento de los incidentes, la Asamblea Legislativa regional debatía enmiendas a un proyecto de ley enviado por el gobernador de Paraná, Beto Richa, y que es rechazado por los sindicatos de los profesores universitarios, de educación primaria y secundaria. «Es una tragedia anunciada. En las últimas 48 horas estamos alertando sobre la reacción desproporcionada por parte de la Policía Militar y que es hora para que la Asamblea Legislativas y el Gobierno de estado vuelvan atrás para establecer el mínimo orden», comentó el alcalde de la ciudad, Gustavo Fruet.
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