Estar bien no es tan difícil ni tan caro. Es más, es mucho más simple de lo que pensamos. A continuación, algunos consejos para seguir en casa y sentirnos mucho mejor.
1. ¡Reíte! La risa actúa sobre el sistema inmunológico como un turbopropulsor. La risa eleva los linfocitos T y reduce el cortisol, la hormona del estrés, en casi un 50%.
2. Corré. Por lo menos cuatro veces por semana de carrera ultraliviana o ciclismo (45 minutos) mantendrán activas tus células.
3. “Cargá sol”. Deberías tomar sol de 15 a 30 minutos de cuatro a cinco veces por semana. La luz activa la producción de sustancias mensajeras del sistema inmunológico, que se activan contra los virus y las células cancerígenas. ¡Pero cuidado! Demasiado sol lo debilitará.
4. Dormí lo suficiente. Dormir es bueno. Una parte de las sustancias mensajeras, que provocan el sueño profundo, también son excelentes para el sistema inmunológico.
5. Bajá el sobrepeso. Está comprobado que el peso de los kilos en exceso debilita el sistema inmunológico.
6. Las grasas correctas. Por día consumí una porción de ácidos grasos poliinsaturados. Así se elevan los sistemas de defensa y se apoya la curación de lesiones.
7. Comé la cáscara. Si es posible, no peles ni las verduras ni las frutas. Es mejor lavarlas y cepillarlas bien. La mayor cantidad de vitaminas se encuentran en la cáscara e inmediatamente debajo de la misma.
8. Comé frutas y verduras crudas. Al cocinarse se evapora más de la mitad de la vitamina C y, al rehogarse, un 40%. Comiendo verdura y fruta cruda se asegura la mayor cantidad de esta vitamina sensible. Lo mismo sucede con la vitamina B.
9. No recalientes ni dejes la comida “en reposo”. Estos procesos son los mayores asesinos de vitaminas. El mejor procedimiento es cocinar verdura en la menor cantidad de líquido posible.
10. Prestale atención al color de la comida. Comé hortalizas con colores fuertes: chauchas verdes, espinaca, lechuga, repollo verde, tomates, ajíes. Cuanto más intensos los colores, más sustancias vitales contendrán. Lo mismo rige para la fruta.
11. No tomes té negro luego de comer. El té negro estorba la absorción de vitamina B1. Esperá un tiempo y luego tomá el té.
12. Yogur con probío. Contiene bacterias del ácido láctico (bacterias bífidas) que combaten los gérmenes en el intestino, evitando que pasen a la sangre. Es importante para la defensa inmunológica: la flora intestinal tiene que tener un equilibrio entre sus más de 400 cepas de bacterias, que residen allí desde el nacimiento. Si no te sientan bien los productos lácteos, consumí cápsulas de bacterias probío u otros alimentos como el chucrut o el kéfir.
13. Las proteínas. La carencia de proteínas debilita el sistema inmunológico. El aminoácido valina es especialmente activo en este sistema.
14. Ingerí antioxidantes. Las dosis: 1 a 3 grs. de vitamina C, 400 mgrs. de vitamina E natural, 100 a 200 microgramos de selenio 25 a 50 mgrs. de betacarotenos.
15. Tomá diariamente vitamina C. El consumo diario de 3 gramos de vitamina C fortalece las defensas, acorta la duración de resfríos y mantiene los virus dentro de sus límites. Estimula, además, la formación de colágeno y anticuerpos.
16. Tomá zinc todos los días. Al ingerir entre 25 y 50 miligramos de zinc, los resfríos son más cortos y de menor intensidad. Comé nueces, cereales integrales (como el germen de trigo) y lechuga verde, alimentos que lo incluyen.
Fuente: EntreMujeres