15 hechos de violencia en cortejos fúnebres se han registrado en la Gran Caracas, entre el año 2014 y lo que va de 2015 ,de acuerdo con reportes de la prensa nacional. En el transitar de estas caravanas cinco personas han fallecido.
Las víctimas más recientes fueron Nathaly Trujillo (32) y su esposo, Pedro Marapacuto (38). Ellos vivían en la población de Cúa, estado Miranda, y este martes a las 10:30 a.m. la pareja partió a Caracas con dirección al Hospital Vicente Salias de Fuerte Tiuna. Allí Trujillo, quien laboraba como secretaria en el Ministerio de la Defensa, iba a retirar la carta aval para el lunes someterse a una cesárea en la Clínica Las Ciencias de Santa Mónica.
Ella tenía 38 semanas de embarazo. Ellos no pudieron llegar al hospital para hacer el trámite, pues a la altura de la alcabala tres se toparon con un cortejo fúnebre y un grupo de motorizados le dijo al conductor de la camioneta Pick Up, en la cual viajaban que retrocedieran para darle paso a la caravana de más de 50 motorizados que acompañaban el féretro de un amigo.
El chofer del vehículo, suegro de Trujillo, identificado como Pedro Celestino Marapacuto (64), continúo la marcha y a los pocos segundos, los sujetos dispararon contra el vehículo. Los proyectiles alcanzaron a Trujillo y a su esposo, quienes murieron en el sitio. El suegro de la mujer también resultó herido, pero está fuera de peligro y se encuentra recluido en el hospital Periférico de Coche.
Según Adriana Pérez, prima de Trujillo, luego de este crimen, el cortejo siguió su trayectoria hasta el Cementerio General del Sur. «En el camposanto continuaron los disparos, pero no hubo detenidos por investigación sobre este caso. Hasta ahora el doble homicidio está impune».
Trujillo tenía dos hijos de 13 y 14 años. «El menor quedó devastado luego de conocer la noticia. No habla, está en shock, como todos. No es posible que por estos asesinatos cometidos frente a Fuerte Tiuna no hubo operativos para detener a los responsables», dijo la prima de la víctima.
Robos y secuestros de bus
En los cortejos no solo se producen tiroteos, sino también las colas que se forman por esta causa, son aprovechadas por grupos antisociales para cometer asaltos. Dulce María Benítez, dueña de un negocio en Macaracuay, informó que hace un mes fue asaltada por dos motorizados que escoltaban una carroza que se dirigía al Cementerio del Este. «Cuando pasó la carroza, subieron como 20 motorizados, dos de ellos entraron al local y me apuntaron. Me obligaron a entregar el dinero de la caja registradora».
La situación llega a un nivel de anarquía tal que las unidades de transporte público son secuestradas para llevar a los familiares a los sepelios. Juan Rodríguez, conductor de la línea de Caucagüita en Petare, informó que dos veces al mes secuestran a unidades para trasladar a los allegados a los sepelios en Guarenas. «Los sujetos enpistolados se montan, interceptan al chofer y les dicen, llévanos hasta El Cercado».
Luis Granados, exdirector de Polihatillo, manifestó la necesidad de que se establezca una coordinación entre las policías municipales y la Guardia Nacional para custodiar los cortejos fúnebres y evitar que se produzcan situaciones de violencia. También se debe prohibir, a través de una resolución, el ingreso de motorizados en estado de ebriedad y armados.
NATALIA MATAMOROS
EL UNIVERSAL