15 cómodas posturas sexuales para la futura mamá

15 cómodas posturas sexuales para la futura mamá

Mantener relaciones sexuales durante el embarazo es un poco más complicado de lo normal. Alrededor de un 50% de las parejas dejan de practicar sexo durante estos nueve meses y, sin embargo, excepto si la salud de la madre o el feto no permite una penetración, resulta muy importante mantener la intimidad sexual de la pareja y aprovechar los últimos meses antes de la llegada del bebé. De hecho, se ha demostrado que las parejas que mantienen una actividad sexual satisfactoria son más felices y afrontan con mayor serenidad el embarazo y el nacimiento del bebé. Además, de esta manera resulta más fácil retomar las relaciones sexuales después del parto.

 

No todas las posturas pueden practicarse durante este período: al crecer la barriga de la mamá, habrá que adaptar la actividad sexual a este límite y recurrir a posturas nuevas. Posturas que quizá practicabais poco o que incluso no habíais practicado nunca.

 

Aquí proponemos una selección de 15 posturas adaptadas a una pareja embarazada: ¿cuál será vuestra favorita?

 

 

La posición del perrito durante el embarazo

 

Ventajas de la posición del perrito:

 

Esta posición permite cambiar la profundidad de la penetración según la sensibilidad de la futura mamá evitando así relaciones dolorosas o una penetración muy profunda.

 

Ni el cuerpo de la pareja ni el colchón aplastarán la barriga.

 

La mujer no tiene que realizar ningún esfuerzo.

 

El hombre puede acariciar el clítoris de su pareja o la mujer puede estimularlo ella misma durante la relación.

 

 

Las cucharas para embarazadas

 

Ventajas de la posición de las cucharas:

 

Es la posición ideal durante todo el embarazo. Perfecta desde el primer trimestre cuando la barriga todavía no ha crecido pero la mujer se encuentra a menudo cansada; ideal en el segundo trimestre cuando la barriga impide determinadas posturas frontales como la del misionero; y, por último, muy adecuada durante el último trimestre cuando la barriga resulta demasiado pesada y los dolores de espalda son constantes.

 

La penetración es poco profunda y, por lo tanto, poco dolorosa para la mujer si es sensible.

 

El contacto entre los dos cuerpos es total: es posible acariciarse, besarse y abrazarse.

 

En esta posición las manos están libres y disponibles para acariciar las zonas erógenas de la pareja.

 

 

La unión del loto para embarazadas

 

Ventajas de la posición de la unión del loto:

 

Esta postura permite mantener el contacto visual entre la pareja.

 

Relajada y poco acrobática, la unión del loto permite una penetración profunda y un placer sin grandes movimientos ni esfuerzos.

 

El orgasmo puede ser muy intenso gracias a la penetración profunda y costante.

 

La mujer puede controlar la velocidad de los movimientos ondeando la pelvis.

 

 

El soñador apasionado para embarazadas

 

Ventajas de la posición del soñador apasionado:

 

Si a la mujer no le interesa una relación completa o siente dolor durante la penetración, la posición del soñador apasionado es ideal para dedicar un momento sólo para él.

 

Acostado boca arriba, el hombre deja que sea la mujer la que tome las riendas.

 

La mujer puede escoger una posición cómoda.

 

Ideal para aquellas parejas que temen (erróneamente, pero que no pueden hacer nada por evitarlo) hacer daño al feto si mantienen una relación sexual completa.

 

 

El columpio para embarazadas

 

Ventajas de la posición del columpio:

 

La mujer controla todo: la penetración, el ritmo…

 

La mujer tiene las manos libres y puede aprovechar para acariciarse el clítoris durante la penetración. Además, al darle la espalda a su pareja, ¡puede hacerlo sin que él se entere!

 

Desde el punto de vista masculino, el «paisaje» es muy placentero: las nalgas de la mujer y la sensación de dejarse dominar pueden resultar muy excitantes para el hombre.

 

La amazona al revés para embarazadas

 

Ventajas de la posición de la amazona al revés:

 

Aunque se parece bastante a la posición del columpio, existen dos diferencias importantes: por una parte, el hombre no tiene que apoyar los brazos y, por tanto, tiene las manos libres para acariciar las nalgas de su pareja.

 

Además puede controlar el ritmo de la relación ondeando la pelvis y levantado las nalgas de su pareja.

 

La mujer puede agarrar las rodillas de su pareja para sostenerse y apoyar la barriga en sus piernas.

 

Aunque parece que la mujer controla el movimiento son los brazos del hombre los que la levantan y realizan las entradas y salidas dejando a la mujer la posibilidad de controlar la profundidad de la penetración sin cansarse demasiado.

 

 IPP

 

Fuente: doctissimo.es

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