A 12 años del 11 de abril, el colectivo imaginario del venezolano recuerda los hechos que marcaron una ruptura en la historia política del país. Lo que se suponía que era una marcha de trabajadores petroleros desencadenó una de los hechos más importantes del registro contemporáneo venezolano.
Del 11 al 13 de abril de ese año, la dirigencia gubernamental venezolana estuvo inmersa en cambios y vaivenes políticos. Sin embargo, tal como lo afirma el politólogo Miguel Ángel Latouche, no importa si los hechos se corresponden con un vacío de poder o un golpe de Estado, lo determinante es la influencia que ha tenido ese hito en las decisiones de la administración pública –enmarcada en el chavismo–y en el entorno social actual.
Erick Goicoechea, politólogo y responsable de la formación ideológica de la juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), resalta que la actual planificación en el Gobierno, junto con sus decisiones y enfoque, se debe a los aprendizajes derivados del 11A.
“El proceso posterior al 11 da la oportunidad de profundizar la Revolución Bolivariana con un apoyo popular (…) le da la oportunidad de profundizar su línea política con un enfoque más social, en donde se incluye a la gente excluida. El 11 de abril fue el punto que definió el carácter socialista de la Revolución Bolivariana”, puntualizó el representante del Psuv.
A pesar de que Goicochea acentúa el enfoque más social en la planificación gubernamental de los últimos 12 años, Latouche opina que la política chavista de ese período se centró en la desconfianza hacia la sociedad civil tras las manifestaciones que se efectuaron en Caracas el 11 de abril.
“Se siembra la desconfianza vital en varios sectores, desde allí se puso en cuestionamiento la división de poderes y el sentido de la propiedad privada (…) la forma de gobernar posteriormente empezó a moverse más hacia la izquierda”, agregó Latouche.
A pesar de que el Gobierno, encabezado en ese entonces por el fallecido presidente Hugo Chávez, se concentró en un sector de la sociedad para establecer sus políticas públicas y planes de desarrollos –como las misiones sociales– sus seguidores entienden que la ideología política chavista “no supone una exclusión” de otros sectores de la sociedad. “En el marco de una sociedad, socialista la prioridad de un Estado son los trabajadores y los productores; no se trata de invisibilizar, se trata de incluir a los que no estaban incluidos”, dijo Goicochea.
Transformación económica
El cambio no solo se acentuó en el ámbito social, la política económica chavista también se orientó hacia la izquierda para desarrollar aún más el llamado «Socialismo del Siglo XXI».
El director de la escuela de Comunicación Social de la Universidad central de Venezuela (UCV), Miguel Ángel Latouche, resalta que desde el 11A se inició un proceso creciente de nacionalización y reducción de los espacios y empresas privadas para otorgarles un carácter público. «Desde esa fecha comenzaron las expropiaciones», indicó.
A pesar de este cambio, Latouche comenta que desde el 11A aumentó el sector público, en especial el turístico y el comunicacional. Goicochea explica que parte de la ideología económica que se acentuó desde hace 12 años fue la que rechaza “la injerencia exterior” y la producción propia de las riquezas.
Elecciones como punto de encuentro
El 11 de abril de 2002 dejó una huella de violencia en la mente de los venezolanos; hubo al menos 19 muertos y 72 heridos de balas tras el ataque armado a una marcha en el centro de Caracas.
Para Goicochea, estos hechos de violencia y las muertes le enseñaron a la sociedad venezolana que la respuesta ante el descontento de una situación política se encuentra en las elecciones. “El venezolano entendió que las diferencias se dirimen en las elecciones”, añadió. Sin embargo Latouche aseveró que, a pesar de las diferencias, el radicalismo y la falta de diálogo entre las partes políticas se acentuó desde hace 12 años.
Agencias