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Riesgo latente

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Riesgo latente

 

Más que generar paranoia, reconocer que el covid-19 sigue siendo una amenaza insta a no bajar la guardia en la lucha para combatirlo.

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una advertencia sobre el aumento continuo de infecciones por covid-19 en todo el mundo, con una probable persistencia de este patrón a corto plazo. De hecho, ha señalado que el virus sigue estando muy presente y circula en todos los países, con un aumento del porcentaje de pruebas positivas para Sars-CoV-2 que supera el 10 %, y en algunas regiones, como Europa, excede el 20 %.

 

Las nuevas olas de infección han sido registradas en América, Europa y el Pacífico occidental, y la vigilancia de las aguas residuales sugiere que la circulación del virus podría ser de dos a 20 veces mayor que las cifras documentadas oficialmente. Este fenómeno es inusual si se tiene en cuenta que los virus respiratorios suelen propagarse más durante las épocas frías, pero recientemente se han observado oleadas, incluso durante los meses de verano boreal, lo que sugiere una adaptación a través de nuevas variantes del virus pandémico.

 

Solo en los Juegos Olímpicos, se han reportado al menos medio centenar de casos positivos entre atletas, lo que subraya la continua propagación del virus, también en espacios controlados. De ahí que la OMS haya acabado de refrendar su preocupación por el riesgo creciente de que surjan nuevas cepas más agresivas del virus, capaces de evadir los sistemas de detección y resistir la intervención médica, y en ello inciden una cobertura mundial de vacunación insuficiente y una circulación del virus, sobre todo en poblaciones más vulnerables.

 

La OMS llama a los gobiernos

 

a fortalecer la vacunación, asegurando que los grupos de riesgo reciban dosis de refuerzo al menos cada doce meses.

 

Aunque las admisiones hospitalarias, incluidas las de cuidados intensivos, siguen siendo menores que durante la pandemia, la OMS ha instado a los gobiernos a fortalecer las campañas de vacunación, asegurando que los grupos de alto riesgo reciban dosis de refuerzo al menos cada doce meses. Sin embargo, la disponibilidad de vacunas ha disminuido significativamente en los últimos 18 meses debido a la reducción del número de productores, lo que ha dificultado mantener el ritmo de producción.

 

Al respecto, los expertos también han indicado que las vacunas nasales, aún en desarrollo, podrían ser una solución para abordar la transmisión del virus, reduciendo así el riesgo de nuevas variantes, infecciones y enfermedades graves, por lo que enfatizan la importancia de que las personas se mantengan protegidas mediante la vacunación tradicional y la adopción de medidas preventivas para reducir los riesgos que, desafortunadamente, asoman la cabeza.

 

Colombia no se aparta de este escenario global, ya que el virus llegó para quedarse. Esto exige que, ante síntomas inespecíficos que pueden confundirse con los de cualquier virus respiratorio, se apliquen las medidas no farmacológicas desplegadas durante la pandemia, como el uso del tapabocas, el lavado de manos, el aislamiento voluntario y el mantenimiento de distancias. Si bien estos eventos parecen pertenecer al pasado, deben mantenerse vigentes a la par que lo hace el covid, sin dejar de lado que acudir a la vacunación (que es gratuita), especialmente en grupos de riesgo, sigue siendo una medida crucial.

 

No se trata de generar angustia ni de promover paranoias innecesarias, sino de aplicar lo aprendido y estar alertas ante posibles desbordes de un virus que ha demostrado que no puede tomarse a la ligera.

 

 

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