1. Falta de personal capacitado. Los funcionarios contratados para garantizar la seguridad en los hospitales carecen de entrenamiento y no están preparados para enfrentar la presencia de sujetos armados. A juicio de Ismael Ocanto, secretario general del Sindicato de Clínicas y Hospitales del Área Metropolitana, son funcionarios de prevención pero no de choque. No tienen armas apenas radios para comunicarse entre ellos.
2. Ausencia de fuerza policial. Cuando existía la Policía Metropolitana había agentes destacados en los hospitales. «Eso inspiraba respeto. Es necesario que exista un órgano policial que acompañe a los vigilantes del Ministerio de Salud», considera Ocanto. Agrega que en el hospital Vargas ha habido problemas con el Dispositivo Bicentenario de Seguridad que está integrado por milicianos. «En muchos casos éstas son personas de las comunidades, algunas de la tercera edad, que responden a una autoridad militar, pero no son policías».
3. Impunidad. Juristas coinciden que se necesita más que un plan de patrullaje hospitalario para evitar que se repitan hechos de violencia dentro de los centros de salud del país. Para el abogado criminólogo Omar Arenas, el quiebre institucional que hay en Venezuela hace que los delincuentes sepan que pueden cometer un delito (y hasta ingresar con armas a un quirófano) sin que los atrape la policía y sin ser encarcelados.
4. Alta rotación de jefes de seguridad. El Sindicato de Clínicas y Hospitales del Área Metropolitana denuncia la alta rotación que existe de los jefes de seguridad en los centros de salud. Ismael Ocanto, secretario general del sindicato, señala que a menos que no estén cumpliendo con su trabajo, no se debe trasladar al personal, pues esta rotación constante entorpece los planes y las políticas de seguridad.
5. No hay detectores de metales. Una de las promesas no cumplidas es contar con detectores de metales para el control de ingresos de armas de fuego a los hospitales. Otras deudas pendientes son la instalación de cámaras de seguridad, la reivindicación laboral de los cuerpos internos de seguridad y vigilancia las 24 horas pues en la noche y en la madrugada los centros de salud son más vulnerables.
6. Falta plan de carnetización. José Manuel Olivares, portavoz de la organización Médicos por la Salud, se refiere a una petición formulada repetidas veces: que se lleve a cabo una jornada de carnetización para identificar a los trabajadores de los centros de salud. En los hospitales Pérez Carreño y Domingo Luciani les colocan brazaletes a los familiares de los pacientes para identificarlos durante su estadía en el centro y permitirles el acceso.
7. Fallas en el alumbrado público. Es una queja constante y que se repite en la mayoría de los hospitales de la ciudad. En el hospital Universitario de Caracas piden la iluminación de los estacionamientos. También falla el alumbrado en los alrededores del hospital José Ignacio Baldó en El Algodonal.
8. Alrededores son peligrosos. Las zonas adyacentes a los hospitales son especialmente vulnerables. Félix Romero, del sindicato de El Algodonal, recuerda que los alrededores del hospital son un valle rodeado de invasiones y se han hecho muchos caminos y atajos por donde escapan los delincuentes. También han crecido las invasiones en torno al hospital de Los Magallanes de Catia. El hospital Rísquez de Cotiza antes tenía la Comandancia Metropolitana cerca, los PM siempre estaban en las afueras, pero desde que los eliminaron se sienten desatendidos. En el Periférico de Coche también piden más presencia policial para la zona.
9. Planes sin continuidad. Las acciones para mejorar la seguridad en los hospitales no han tenido continuidad en el tiempo. Para el sindicato de trabajadores del hospital de El Algodonal el Gobierno no se ha tomado en serio el tema de la inseguridad en los hospitales. Cooperativas, policía comunitaria, Plan Dibise (integrado por milicianos) y patrullaje inteligente han pasado por los centro de salud de la ciudad y no han evitado robos y asesinatos en las instalaciones hospitalarias por falta de capacitación del personal y vigilancia permanente.
10. Complicidad de vigilantes con delincuentes. Para médicos y enfermeras uno de los retos es combatir la complicidad de los vigilantes con los delincuentes. En los hospitales de la ciudad es frecuente que se roben medicamentos, computadoras, carteras del personal y de los pacientes y muchas veces se presume que hay complicidad interna.
EL UNIVERSAL