Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inseguridad vial en el mundo se ha convertido en una endemia social. Por esto se llama a un profundo cambio cultural, a fin de revertir la problemática del tránsito a escala mundial. Cada 10 de junio se celebra el Día Mundial de la Seguridad Vial y está dedicado a promover la educación vial, como una estrategia para reducir los accidentes de tránsito, así como sus gravísimas secuelas, que alcanzan cifras dramáticas. El conocimiento de normas y señales de circulación y el desarrollo de actitudes y prácticas de prevención de accidentes.
“Todos, conductores de autos y camiones, peatones, motociclistas, ciclistas, deben preservar su ámbito de responsabilidades, velando por su seguridad sin contraer riesgos. El tránsito debe desarrollarse como un modo de convivencia social”, refieren desde la OMS.
Recursos para moverse
Muchos han sido los inventos de la humanidad para solucionar la necesidad de moverse y trasladarse solo, acompañado o sencillamente para transportar elementos de usos del día a día. Y con esto se han implementado muchas maneras de uso o condicionantes para poder lograr el fin que se aspira, según lo reseña el especialista y profesor universitario Elio Aguilera, en su libro de Seguridad Vial en Venezuela. En cada país se cuentan con vehículos de diferentes clases, modelos, colores y artilugios dispuestos a responder las demandas de los usuarios, de acuerdo a sus necesidades, disponibilidad y hasta estilos de vida, explica este especialista en el área de seguridad vial.
También indica que con esto ha tenido que también surgir una cultura de movilización, que lleva a normas dependiendo el tipo de vehículo y condición que se maneje con el mismo. Inclusive hay espacios en donde se han restringido algunos de estos inventos por el impacto ambiental y social que genera en la población.
Normas el tránsito
La legislación sobre los temas de tránsito y transporte terrestre ha recorrido “un largo y sinuoso” camino en la historia de los países, sobre todo en Venezuela.
Según el especialista Elio Aguilera “lo alcanzado representa un logro importante que se ha ido capitalizando como parte de una cultura vial preventiva integrada plenamente a las prácticas laborales, administrativas y jurídicas”.
“Velar por el cumplimiento de las normas es parte integral de la seguridad vial. Hay medidas de ingeniería vial, como nuevas tecnologías, que inducen a respetar las normas e influyen sobre el comportamiento de los usuarios de la vía pública”, manifiesta.
También expone que “los pocos estudios sobre la aplicación de las leyes de tránsito en el país, señalan varias conclusiones importantes: los elementos de disuasión, el grado de control, la aplicación de estrategias de control selectivas para detectar determinados comportamientos de riesgos; la lentitud de aplicación de sanciones a los infractores y su escasa eficacia, la selección de sitios específicos donde aplicarlas y la poca publicidad en apoyo a estas medidas de aplicación, contribuyen a que las leyes de tránsito resulten poco efectivas”.
Es así como el ordenamiento jurídico de un país cumple un papel importante en la prevención de los accidentes viales.
Las medidas de seguridad en el tránsito vial, la prohibición sobre el consumo de alcohol y otras sustancias tóxicas, los requisitos para conducir, la infraestructura vial, el registro de vehículos, el servicio de transporte público y de carga, y la determinación y funciones de las autoridades civiles y militares de los programas preventivos, tienen un claro contenido normativo, resume el profesor.
Todo ello sin olvidar la función fundamental en el área de la educación para la seguridad vial, la cual de manera directa o indirecta tiene su influencia en cada uno de ellos.
Educar para transitar
En las últimas décadas un cambio vertiginoso afecta a todos los venezolanos en el sistema de transporte terrestre; el incremento de los accidentes de tránsito con elevadas cifras de muertes, lesionados y daños materiales, han colocado al país con la mayor tasa de siniestralidad en el continente americano, de acuerdo al último informe, de hace cinco años, del Ministerio del Poder Popular para el Transporte Terrestre.
La educación vial es un componente esencial de toda estrategia que tenga por objeto reducir los traumatismos, de que suelen ser víctimas los usuarios del sistema del tránsito y transporte terrestre y es una medida recomendada en el país, con mayor énfasis en los últimos 30 años, por múltiples razones explica el especialista y profesor universitario en material vial, Elio Aguilera.
“Ha consistido por muchos años en el aprendizaje de conocimientos, formación de hábitos y actitudes en relación con las reglas, normas y señales que regulan la circulación de vehículos y personas para dar respuesta adecuada, segura y fluida en las distintas situaciones del tránsito vial”, dijo.
Los cometidos de la educación para la seguridad vial son tan variados y múltiples como la vida misma.
No consisten simplemente en mantenerse al tanto y respetar las normas y orientaciones que rigen el tránsito por la vía pública, así como sus modificaciones y actualizaciones, como ciudadano en formación o como adultos responsables, sino también -y con la misma urgencia- a estimular y capacitar a millones de personas para que sepan identificar y ejercitar, a percibir y prevenir las situaciones de riesgo que implica sufrir traumatismos (físicos, psicológicos y emocionales) como consecuencia de los accidentes de tránsito vial.
“Se deben desarrollar cualidades, habilidades, conductas y capacidades por el respeto, la tolerancia, la amabilidad, cortesía, asertividad, empatía y especialmente prudencia, factores indispensables para desenvolverse adecuadamente en espacios públicos compartidos, porque elevan la calidad de vida y la convivencia pacífica y armónica”, sugiere.
Educación
Educar a los niños y adolescentes; orientar y mantener informados a los adultos para que cada uno desde su propia condición: conductor, pasajero, peatón, sea capaz de comprender que ellos son los propios responsables del cuidado de su propia vida en la vía pública, asimismo, de respetar y cuidar de la vida de los otros, especialmente de aquellos que están a su cargo, es el propósito central de la educación y seguridad vial.
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