Los resultados del Diagnóstico Educativo de Venezuela 2021 (DEV) -estudio diseñado y desarrollado por el Centro de Innovación Educativa (CIED) de la Extensión Social UCAB- arrojaron cifras alarmantes sobre el estado actual de la educación en el país, desde las críticas insuficiencias de infraestructura, seguridad y alimentación en los planteles hasta el aumento de la deserción, en los últimos tres años, tanto de estudiantes (1,2 millones) como de los profesores (166.000), por temas de migración o carencias en el hogar.
Según explicó Eduardo Cantera, director del CIED, la investigación se realizó ante la ausencia de datos oficiales sobre el tema (“el Gobierno realizó la última Consulta Nacional por la Calidad Educativa en 2014”), por lo que la UCAB se propuso caracterizar la situación de la educación venezolana, con el fin de «arrojar los indicadores necesarios para la creación de políticas que atiendan la crisis educacional».
De acuerdo con el diagnóstico, para este 2021, la población estudiantil de primaria y bachillerato es de 6,5 millones versus los 7,71 millones que estaban inscritos en el sistema en el año 2018. Esto quiere decir que, en los últimos tres años, el número de alumnos se redujo 15,6%, o dicho de otra forma, 1,21 millones de niños y adolescentes abandonaron las aulas (unos 400.000 por año).
En cuanto al número de docentes, la cifra no es menos grave. Para este año escolar la plantilla total alcanzó los 502.700 maestros, es decir, 166.000 profesores menos (-25%) que los que 699.000 que trabajaban en las escuelas y liceos del país para el año 2018.
Tanto en el caso de los alumnos como de los profesores, poco más de 40% de los que desertaron emigraron del país. El resto permanece en Venezuela.
Sobre la infraestructura escolar, tres de cada 10 colegios (31,4%) tienen al menos cuatro carencias esenciales. Las más comunes (de carácter agudo) son los servicios de salud (93,7%), internet (85,7%), salas de teatro o música (84,9%), laboratorios (79,6%), electricidad (69,9%), agua (56,6%), canchas (46,8%) y salones (17,6%).
“Nos interesaba saber si la institución, a pesar de las dificultades que tiene, puede o no continuar brindando educación. Hay escuelas rurales que no tienen ni agua ni electricidad, pero siguen realizando actividades con los muchachos. Pero hay otras escuelas que están paralizadas porque comentan que es imposible mantener a los niños dentro del plantel sin esos servicios”, dijo Cantera.
«Escuelas fantasmas»
Otro hallazgo de la investigación fue la localización de «escuelas fantasmas», planteles que aparecen en la data del Ministerio del Poder Popular para la Educación, pero de los que solo quedan algunas paredes, el resto de la infraestructura no existe.
“Hemos ido a campo con el listado de esos planteles y hemos visto que ya no existen. Son solo cuatro paredes. Nos conseguimos con una infraestructura caída”, dijo Cantera.
Sobre las causas de la inasistencia escolar, la investigación encontró que, entre las de importancia alta y media para los encuestados, las más comunes son la falta de comida en el hogar (78,3%), la falta de servicios básicos (56,7%), no poder costear los implementos (55,5%), razones de salud (44,4%), porque debe ayudar en las tareas del hogar (43,7%), porque el alumno no quiso seguir estudiando (43,5%), porque el alumno no lo considera importante (39,7%) y por el costo del transporte (25.9%).
Fuente: Banca y Negocio