Y continúa la farsa electoral
julio 10, 2020 11:03 am


 
 
Es de suponer que después de las famosas declaraciones del ministro uniformado del régimen, las máquinas que el consejo nacional electoral (en minúsculas) está repartiendo por todo el país solamente registrarán nuevos votantes rojos rojitos.

 

 

El ministro de uniforme se ufana en decir que la oposición jamás llegará al poder mientras los militares que él encabeza estén al mando. Si se aplica el razonamiento lógico, lo que se puede deducir de estas declaraciones es que el jefe del régimen que vive en Miraflores no es más que un monigote, porque los que tienen la sartén por el mango son los verde oliva.

 

 

Sin embargo, se hacen las diligencias para que la gente crea que todo está normal y que habrá elecciones “libres” en diciembre. El cne —valga recordar que los nuevos rectores no dijeron ni pío cuando habló el general— distribuye 551 máquinas en 24 estados para que se puedan inscribir los nuevos electores o actualizar sus datos los que tengan necesidad de hacerlo. El proceso abre el 13 de julio y cierra el 26.

 

 

Paralelamente, toman posesión los nuevos directivos de los principales partidos opositores del país. Son autoridades nombradas por el propio régimen gracias a una billetera y a una extensión de la operación Alacrán, como ya ha sido denunciado por algunos.

 

 

Lo que evidentemente se cocina, con la amenaza de la fuerza armada del régimen, es una pantomima cuya intención es hacer creer que en el país existe la democracia. La excusa perfecta para seguir raspando la olla unos años más.

 

 

El consejo electoral emitió un comunicado: “Esta jornada especial se activa como parte de las normativas del cronograma electoral, lo que permite incentivar la inscripción en el registro electoral; así como hacer el llamado a la juventud venezolana mayor de edad a formalizar su inscripción para participar en los comicios”. Atrás quedaron las quejas y las solicitudes de depurar el registro para ofrecer más transparencia al electorado.

 

 

Ellos son especialistas en ignorar todas las exigencias que puedan llevar a los venezolanos a unas elecciones libres y democráticas. Por eso las afirmaciones del ministro uniformado no deberían sorprender en lo más mínimo.

 

 

Con los partidos dirigidos por afectos al régimen, con un registro electoral sin depuración ni control y con una población cansada y diezmada, las elecciones serán un fiasco, eso ya se sabe de antemano. Lo malo es que la cúpula rojita podría conseguir su objetivo, y es que todo quede exactamente igual.