Vestidas de mí: La elegancia mestiza de Yvanna hecha álbum

Vestidas de mí: La elegancia mestiza de Yvanna hecha álbum

Yvanna tiene esa extraña capacidad de hacer suya cualquier canción. Partiendo de una conexión íntima con la melodía y la letra originales, la cantante merideña es capaz de revestir las obras con un manto que contiene su esencia. Vestidas de mí (Guataca, 2025) es un compendio de sus caprichos, creaciones de grandes autores que la ha acompañado toda la vida y, por eso, las ha absorbido a plenitud. Todo suena a ella. Todo suena dulce, mestizo y elegante, como su voz.

Yvanna encontró en Miguel Siso a un aliado capaz de traducir musicalmente su mundo. El productor, multiinstrumentista y virtuoso cuatrista, ganador de Latin Grammy por su disco Identidad (Guataca, 2018), estableció una relación de complicidad con la intérprete: la única ruta posible para adaptarse a de sus gustos y querencias y lograr piezas con pequeñas incrustaciones y detalles minuciosos, como si se tratara de una majestuosa confección artesanal.

Yvanna desempolvó canciones como “Río río río”, hit de Mayra Martí en la Venezuela de finales de los años 60, y la presentó similar a un vals peruano. Siempre es un gran acierto cuando el artista toma con pinza una joya que está olvidada entre cachivaches de la historia parar limpiarla, pulirla y traerla al presente fresca y reivindicada.
El tema de Mayra Martí pone en relieve lo colorida que es la voz de Yvanna, arropada, por un lado, por el cuatro de Miguel Siso, que garantiza el sabor de varios temas, sumado al contrabajo de Elvis Martínez y la percusión de Adolfo Herrera; y por el otro, la sofisticación del piano de Kike Purizaga y las flautas de Eric Chacón y Fernando Fuenmayor. Un ensamble de puro lujo.

De Ilan Chester, escogió la caribeña “Ojos verdes”, en la que trabajó en el arreglo con Dani Barón, quien, aportó un montón de cosas. Guitarra, bajo, batería, teclados, la mezcla. De Aldemaro Romero, quizá su artista favorito de todos, cantó la onda nueva “Poco a poco”, trasplantada a un ambiente aflamencado y minimalista. Allí tuvo una participación estelar de Siso y su cuatro triple, ese instrumento curioso de tres cuartetos de cuerdas, cada uno afinado distinto y con una textura particular. Y de Simón Díaz, que no podía faltar, barnizó el “Pasaje del olvido” apoyada por la trompeta con intención jazzística de Joel Martínez.

Zulia tiene su reducto en el álbum. Una gaita modernizada, estilo Yvanna, pero gaita al fin, se asoma como una nostalgia bailable. “Maracaibo amada”, original de José Luis Pulgar, es como un dibujo en colores pasteles. Nada de brochazos bruscos. Todo lo contrario. Para acentuar la zulianidad en el ritmo, contó con la batería y la percusión de un experto del asunto, José “Poke” Ferrer. También colaboró, desde Madrid, Jhonny Kotock, pianista y tecladista.

A pesar de la variedad de géneros y autores, en Vestidas de mí todo cobra sentido desde el mestizaje y el cosmopolitismo. Todo es parte del mismo encuadre. Esa cualidad se hace aún más notoria cuando las denominaciones de origen de las canciones trascienden las fronteras venezolanas. Por ejemplo, “Madalena” (Iván Lins) está cantada en su portugués original sobre una cadencia deliciosamente brasileña, —delinieada por el aporte del mulitiinstrumentista invitado Tuniko Goulart y la percusión de Gilmar Gomes—, pero no deja de ser la “Madalena” de Yvanna.

En este mundo, “Frío frío”, canción archiconocida de Juan Luis Guerra, ya no es una bachata, sino una suerte de gaita de tambora con aire colombiano, que lleva por debajo golpes de afrovenezolanidad cortesía de Yonathan “Morocho” Gavidia y la electricidad de dos Medinas: Gustavo en guitarra y Rotnesth en bajo.

“Canción”, tema de Pablo Milanés (también conocido como “De qué callada manera”), sale de Cuba y su entorno sonero y migra al sur de España en una barca impulsada por la guitarra flamenca de Pedro Medina, las palmas de Julio Alcocer y la flauta de Omar Acosta.

La más antigua del repertorio es una canción italiana, originalmente titulada “Rondini del Gesù” (C. Concina/ T.Manlio), popularizada por un tenor llamado Tito Schipa. Pero la referencia de Yvanna es la versión abolerada en castellano, con letra del gran Alfredo Sadel, presentada como “Golondrinas del tiempo” para un álbum del sello RCA Victor.
El cover de Yvanna es como un clásico instantáneo. Un filme en blanco y negro con labios carmesí; un monumento en el centro de todo. El romance a media luz se va dibujando en un paisaje que va de los bongós de Roberto Lobo al cuarteto de cuerdas (violín I: Luis Navarro; Violín II: Fabiana Escalona; viola: Fabi Álvarez; chelo: Kenny Aponte). Va creciendo más y más, bajo ese manto orquestal, hasta alcanzar un clímax entre un verso — Quémame el alma con tu sol— y un solo de saxo soprano de Eric Chacón revestido de contemporaneidad.

En la hechura de Vestidas de mí, álbum trajeado por el diseñor gráfico Pedro Fajardo, se juntaron los ingenieros Carlos Imperatori (grabación), Darío Peñaloza (mezcla) y Jesús Jiménez (mastering). Todos han estado involucrados en álbumes ganadoresde Latin Grammys, incluido Fajardo, quien recibió su gramófono dorado al Mejor Empaque por el arte del álbum de Mariaca Semprún de homenaje a la Lupe en 2020.

Es el primer larga duración de Yvanna Rodríguez, una merideña que lleva mucho tiempo cantando; una experimentada debutante. Desde su crianza, en medio de una familia amante de la música y el canto, comenzó a hacerse de canciones hermosas. Más tarde, actuó en recitales organizados por Guataca, y colaboró con amigos como Édepson González, personalidades como Rafael “Pollo” Brito, así como con Eric Chacón, Orestes Gómez y, por supuesto, Miguel Siso, su cómplice en una aventura que ya tiene un final feliz de nueve canciones.

Bio Yvanna

Yvanna Rodríguez (Mérida, 1986) proviene de una familia numerosa y muy musical. No sólo consumió música desde muy pequeña gracias a su padre Yván José, un guariqueño que canta, toca el cuatro y hasta ha grabado profesionalmente, sino que creció bajo la influencia de tíos y decenas de primos, la gran mayoría entusiastas del canto.

Quien fuera en su natal Mérida gerente de Producción de la emisora Romántica 88.7 FM (Circuito FM Center), una vez establecida en Estados Unidos, primero en Savannah, Georgia, y después en Miami, encontró en la música una válvula de escape, un analgésico para la nostalgia y un cordón umbilical con su tierra y su gente; con los Andes venezolanos, sus sonidos, sabores y paisajes.

Gracias al estímulo de amigos como Édepson González, pianista de Guaco, comenzó a hacer públicos a través de Instagram y Youtube sus experimentos como intérprete, haciendo propios temas de Aldemaro Romero, del brasileño Iván Lins, hits que se hicieron populares en la voz de Alfredo Sadel, gaitas zulianas, merengues caraqueños; todo pasaba por el filtro de Yvanna y se convertía en un episodio sonoro de solaz y belleza, de romance y ternura, a tal punto que atrajo la atención de personalidades como Rafael “Pollo” Brito.

Una cosa llevó a la otra y acabó colaborando con el propio Pollo Brito, pero también con Miguel Siso y con cada uno de los integrantes del ensamble C4 Trío. Como performer, debutó en Guataca Nights Miami en octubre de 2019 con un recital en el Trail Theater de Coral Gables. Más tarde, grabó una versión de “Chega de saudade” (Joao Gilberto) con Eric Chacón y Orestes Gómez y fue invitada especial durante la gira con la que Miguel Siso celebró su Latin Grammy.

 

Por Gerardo Guarache Ocque

Guatacanights.com

Artista: Yvanna
Producción Musical: Miguel Siso
Producción ejecutiva: Ernesto Rangel/Guataca Nights Foundation Sello: Guataca
Miami, 2025

 

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