A propietarios y encargados de establecimientosexpendedores de productos alimenticios y víveres, charcuterías, ferreterías y ventas de aceites y lubricantes para vehículos no les resulta un negoción vender agua potable en botellones. Sin embargo, colocar estantes adentro y afuera les ha servido como gancho para atrapar clientes.
Carlos Reyes ofrece en su negocio, desde hace nueve meses, agua Celeste. A él le dejan por consignación 50 botellones de 20 litros cada uno, dos veces por semana, o entre 30 y 20 si es que aún le quedan disponibles.
A esta empresa embotelladora se las compra en 25 bolívares y él las ofrece al público en 35. La ganancia de 10 bolívares por cada botellón no es algo que le perturbe la cabeza, pues vende charcutería y quesos variados.
Sin embargo, reconoce que, desde que vende agua, “si viene un cliente o, mira lo que ofrezco y, de repente, hasta se lleva jamón y queso u otro producto”.
“Más que todo, lo hago como un servicio a la gente, porque todavía vendo el botellón a 35 bolívares, cuando en otras zonas lo pueden encontrar hasta en 45 bolívares”, decía Carlos Reyes.
Josemar Gómez vende agua Celeste desde hace cinco años en un espacio contiguo a una ferretería de la urbanización La Concordia.
Hasta 40 botellones al día pueden comprarle, pues el precio de cada uno es 35 bolívares, cuando lo adquiere a la empresa a 28 bolívares.
Decía que, a pesar del encarecimiento del agua potable en esta presentación notorio en Cabudare y en el este de Barquisimeto (de 45 a 50 bolívares el botellón), hay quienes no dejan de adquirir el líquido en la ferretería. “Esto es un agregado al negocio, porque no da ganancias”.
Gabriel Grisanti
La Prensa.-
Imagen Hugo Pachano