El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, realizó este martes una visita oficial a Japón llena de halagos mutuos con la recién nombrada primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, pero sin grandes avances en sus negociaciones comerciales.
Durante la reunión entre ambos en el Palacio de Akasaka de Tokio, Takaichi, que la semana pasada hizo historia al convertirse en la primera mujer al frente del Gobierno japonés, alabó la labor de Trump en el alto el fuego entre Tailandia y Camboya, que se enfrentaron brevemente en la frontera el pasado julio, así como «el logro histórico sin precedentes» obtenido en Oriente Medio.
Intención de nominarlo a Premio Nobel de la Paz
La japonesa, de hecho, comunicó a Trump su intención de nominarlo para el Premio Nobel de la Paz, según dijo después la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Takaichi también le regaló el palo de golf ‘putter’ de Shinzo Abe, el influyente exmandatario nipón, con quien el inquilino de la Casa Blanca entabló una buena amistad y que fue asesinado en 2022.

La conservadora, apadrinada política de Abe, sacó a relucir en numerosas ocasiones su relación con el ex primer ministro para tratar de ganarse el favor de Trump, quien por su parte aventuró que al exmandatario «le alegraría mucho» saber de su ascenso al poder.
Precisamente este martes se declaró culpable el japonés Tetsuya Yamagami del asesinato de Abe en el arranque de su juicio, más de tres años después del magnicidio que tuvo lugar durante un acto electoral en las calles del oeste nipón.
Acuerdo de minerales y tierras raras
Más allá de las muestras de afecto, los líderes firmaron este martes un acuerdo de cooperación en el sector de los minerales críticos y tierras raras enfocado en inversiones coordinadas para asegurar un suministro estable, en medio de las restricciones a las exportaciones impuestas por China.
Según el pacto, Tokio y Washington colaborarán para identificar proyectos de interés común, sin detalles o localizaciones específicas, para abordar las deficiencias en las cadenas de suministro de estos materiales, esenciales para el desarrollo de la tecnología moderna.
Ambas potencias se dan un plazo de seis meses para «adoptar medidas que brinden apoyo financiero a proyectos seleccionados con el objetivo de generar un producto final para su entrega a compradores en Estados Unidos y Japón y, según corresponda, países con ideas afines», de acuerdo con la Casa Blanca.

Takaichi y Trump firmaron también otro documento -bajo el lema de hacia una «era dorada» en sus relaciones- en el que se comprometieron a implementar el acuerdo comercial que alcanzaron en julio, que fijó los aranceles recíprocos de Washington en el 15 % y dentro del cual aún está por conocerse el destino de los 550.000 millones de dólares que Tokio se comprometió a invertir en EE. UU.
A lo largo del día, sin embargo, no hubo menciones al desembolso prometido, sobre el que la propia Takaichi ha expresado dudas.
El estadounidense sí agradeció a Japón sus «grandes inversiones» tras anunciar que la compañía de automóviles Toyota invertirá más de 10.000 millones de dólares (unos 8.579 millones de euros) en construir plantas de fabricación en Estados Unidos, un anuncio que la firma japonesa todavía no ha confirmado.
Cooperación en defensa
Trump consiguió que la mandataria se comprometiera a reforzar «fundamentalmente» sus capacidades defensivas, según dijo la propia Takaichi durante un discurso a las tropas estadounidenses en la base naval de Yokosuka, junto a la bahía de Tokio.
La conservadora ya había anunciado, durante su primer discurso ante el Parlamento tras ser elegida primera ministra, su intención de adelantar dos años los planes del archipiélago de elevar el gasto en defensa al 2 % del producto interior bruto (PIB), algo que prevé lograr antes de que acabe el presente año fiscal, en marzo de 2026.
El presidente estadounidense, de hecho, dijo que esta semana llegaría a Japón un primer cargamento de misiles para los cazas F-35 de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército).
Está previsto que Trump vuele mañana por la mañana a Corea del Sur, donde culminará una gira por Asia que comenzó el domingo en Malasia y cuyo colofón será su esperada reunión con el presidente chino, Xi Jinping, en los márgenes de la cumbre de la APEC.
Ambos mandatarios tienen previsto reunirse el 30 de octubre en la ciudad portuaria surcoreana de Busan (320 kilómetros al sureste de Seúl), después de que las delegaciones de ambas potencias alcanzaran el domingo un «acuerdo preliminar» para un pacto comercial.











