El cambio de administración del Ministerio de Alimentación tocó áreas sensibles en Mercal: los beneficios del personal. Ayer los trabajadores se apostaron en asamblea en la sede de la coordinación del Zulia para reclamar por el recorte de ventas de los productos subsidiados. Aseguraron que de cuatro kilos por rubro les bajaron a dos.

Virgilio Marcano, jefe regional, escuchó la descarga de reclamos, quejas que iniciaron con la reducción del cupo de kilos de alimentos a los trabajadores y prosiguieron con las condiciones “deplorables” de los módulos de venta directa. Llovieron señalamientos de “cavas dañadas”, estructuras con filtraciones y olores a “podrido” en el centro de venta de Plaza del Sol, en San Francisco.

Marcano apuntó las peticiones. Cotejó cuáles son los productos que alentaron el malestar. Pasarán a revisión los kilos quincenales de leche y aceite. El coordinador dijo no estar autorizado para declarar y explicar el detalle de la controversia. En el careo con los trabajadores y representantes sindicales de Mercal anotó las fallas de dotación de uniforme y las condiciones de los servicios en los centros de trabajo.

Adalyd Padilla, trabajador, soltó la descripción del módulo sureño. Alertó del peligro de las condiciones en las que se expenden los alimentos y de la falta de agua para garantizar la salubridad y la protección de los trabajadores en la manipulación de los productos.

Reprochó la restricción de comida al personal. Reconoció que es “cierto que algunos compañeros también comenten errores”. Pidió que las sanciones o castigos sean para los responsables y no apunten “a la mayoría” del personal.

Luis Urdaneta, sindicalista, recogió firmas de los trabajadores. El sindicato prepara un informe que entregarán a la presidencia de Mercal. Solicitan reconsiderar las acciones de “discriminación” y las “desmejoras en recibir beneficios”, precisó Lewis Herrera, secretario de actas.

En una primera notificación plantearon los “problemas” que tienen para acceder a los alimentos en la región. Y es que Mercal se convirtió en el único medio de compra ante la escasez en los mercados privados. Herrera explicó que desde 2007 se fijaron cuotas para el personal, pero con la situación de los supermercados se limitó la posibilidad de abasto. “Uno llega a un establecimiento y no consigue productos”.

Por Yasmín Ojeda  – (Foto: Eduardo Méndez)

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