A pocos días de la inédita segunda vuelta presidencial en Bolivia, que pondrá fin a casi dos décadas de Gobiernos del izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS), analistas coinciden en que una tendencia liberal marcará al nuevo Ejecutivo, con una política más pragmática y una mayor apertura hacia Estados Unidos y los mercados internacionales.
El senador centrista Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y el expresidente derechista Jorge Tuto Quiroga (2001-2002), de la alianza Libre, se disputarán la Presidencia del país en una segunda vuelta sin precedentes en el país el próximo 19 de octubre.
Cualquiera que llegue a ser presidente, generará el cambio más importante de las dos últimas décadas, “el abandono de la ideología antiimperialista con la que el MAS ha dirigido la política exterior de Bolivia”, dijo a EFE el analista de política internacional, Andrés Guzmán.
“Ambos candidatos anunciaron que van a tener buenas relaciones con Estados Unidos, eso es tener una perspectiva más pragmática, algo que ha estado muy encarrilado en el socialismo del siglo XXI, la línea de los gobiernos de Venezuela, Cuba, Nicaragua con los que los gobiernos del MAS se han alineado muy claramente”, señaló.
Guzmán considera que el cambio será “rotundo”, no solo por la línea política del futuro mandatario, sino también por las necesidades imperiosas de obtener créditos, financiamientos, abrirnos al mundo para traer inversiones que vienen principalmente de Estados Unidos y Europa, continente que al que le hemos dado la espalda en el último tiempo”.
Según el analista, tanto Paz como Quiroga deben fortalecer las relaciones con Brasil, Argentina, Perú y Chile porque “son fundamentales”, tomando en cuenta los vínculos de comercio, gas y políticos, diplomáticos y de seguridad que los une con Bolivia.
“Entiendo que la política de ambos candidatos es alejarse de los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Cuba. Quiroga anunció que no será amigo de Irán y sí tendrá acuerdos con China; Paz, por su lado, no ha sido tan claro, va tanteando con qué países tener relaciones y con qué otros no”, añadió Guzmán.
Paz declaró en agosto que reabrirá relaciones con Chile y Estados Unidos, pero además “con todo aquel que sea buen socio, para que Bolivia se reactive y la gente tenga empleo, trabajo y una vida digna”.
Por su parte, Quiroga anunció que si es presidente propondrá al Gobierno argentino de Javier Milei y al próximo ejecutivo de Chile “coordinar políticas para que los tres países lleguen a ser una potencia mundial del litio”.
Para el analista político Pedro Portugal, es “fundamental” que el nuevo Gobierno reaccione “de inmediato”, tanto en su política externa como en la interna, “si quiere tener soltura para gobernar después”.
“La situación es compleja, el nuevo Gobierno tendrá que dar respuestas inmediatas a la crisis económica, se tiene que ver de inmediato la capacidad de gestión, si la logra controlar va a poder gobernar más hábilmente la situación”, mencionó a EFE.
Ningún candidato “ha leído” a los sectores populares
Portugal afirmó que ninguno de los dos candidatos ha tenido una visión preelectoral para acercarse a los sectores populares e indígenas, grupos que en los últimos 20 años han sido aliados de los gobiernos del MAS.
“Ninguna de las fuerzas políticas tiene un razonamiento histórico adecuado del indígena y de lo popular, los ven siempre como una masa que la pueden manipular para atacar al enemigo.
Los indígenas y los sectores populares van a tener el mismo reflejo que han tenido, ver cuál es la que le favorece más y unirse”, dijo.
Para el analista, los indígenas y los sectores populares de Bolivia “siempre han participado activamente en la política nacional”, aunque las fuerzas políticas “siempre los utilizaron”.
Portugal afirmó que ahora el MAS “está muerto”, por lo que el aspirante que llegue a la Presidencia “deberá tener la voluntad política” para acercarse a los sectores populares y lograr acuerdos.
Bolivia convocará a 7.567.207 ciudadanos mayores de 18 años y otros 369.308 en 22 países a las urnas para elegir al gobierno para el próximo quinquenio. EFE