Mientras crece el número de sindicatos en el país, la cantidad de afiliados a este tipo de organización sigue disminuyendo y alcanza para estos momentos entre 8% y 9% de los trabajadores nacionales, de acuerdo con los datos que maneja el Instituto para el Desarrollo de la Gerencia Económica y Sociolaboral (Ideges).
«Es altamente preocupante la baja sindicalización en Venezuela, que ha caído estrepitosamente a menos de 10%, uno de los niveles más bajos en toda América Latina, señaló Rolando Díaz, director del Ideges, quien precisó que en contraste con este indicador, el número de sindicatos sigue en aumento y supera ya las 6.400 organizaciones, según las cifras dadas a conocer por el gobierno en la pasada asamblea anual de Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Para Díaz, esta disparidad es causa y efecto del proceso del polarización que vive la sociedad venezolana, lo que a su entender es «muy peligro» porque debilita al movimiento sindical, situación que repercute en una disminución del peso específico de las organizaciones para lograr y defender las mejoras salariales y las contractuales en general, que es la esencia del sindicalismo.
«El poder de las organizaciones ha ido cayendo y cada vez son menos importantes en la toma de decisiones, ni siquiera los sindicatos del sector oficial tiene presencia en instancias decisorias. Esto ha afectado la defensa del salario y beneficios contractuales», dice el vocero, para quien la información esgrimida por el gobierno respecto a que Venezuela tiene el salario mínimo más elevado de América Latina es una verdad a medias.
Para validar su tesis, el director del Ideges señala que si se toma en cuenta la tasa de cambio oficial de Bs. 6,30 por dólar , es posible mantener el supuesto de que el salario mínimo nacional (Bs. 2.072, unos 329 dólares) es uno de los más altos de la región.
Esta realidad se cae por su propio peso cuando la referencia es el dólar no oficial, lo que se traduce en un salario de alrededor de $65, el más bajo de la región. «Incluso está por debajo del sueldo mínimo en Haití», recuerda.
En este mismo sentido, Díaz señala tomando de tenerse como cierta lo esgrimido por el gobierno respecto al salario mínimo, la retribución se ver fuertemente impactada por la inflación (32,9% en los primeros 8 meses del año) y el pasaje urbano más caro de América Latina: Bs. 6, lo que es casi un dólar a tasa oficial.
«Estas son las falacias que tiene que combatir el movimiento sindical, para lo cual es preciso unir esfuerzos, y evitar mayores divisiones», sentenció Rolando Díaz.
Fuente: El Mundo