logo azul

Vientos a favor

Categorías

Opiniones

Vientos a favor

Inexplicablemente el Consejo Nacional Electoral tardó mucho más de lo previsto en anunciar la fecha de las elecciones parlamentarias, que, sin razones aparentes, mantuvo retenida durante largo tiempo. Este fue uno de los importantes pedimentos de todos los sectores democráticos del país, y también constituyó motivo para que más de cien compatriotas, entre ellos presos políticos, se declararan en huelga de hambre.

 

 

Ante la dura realidad, es evidente que los numeritos no le cuadran al gobierno. Las más prestigiosas y serias empresas encuestadoras de opinión del país continúan revelando que la oposición mantiene una amplia, clara y sólida ventaja de cara a estas elecciones, lo que hace evidenciar una clara victoria.

 

La insatisfacción cada día es más generalizada, además que las excusas ya no sirven para desviar la real angustia y preocupación de las familias venezolanas, que protestan contra lo que no termina de resolver este gobierno, que es el alto costo de la vida, el empobrecimiento general de cualquier ciudadano que no puede soportar los rigores de la devaluación de una moneda, que día a día, pierde más su poder adquisitivo, y de la inflación que se les escapó, definitivamente de las manos, a los “técnicos” de esta pésima administración.

 

Ni las mentiras, los insultos, la propaganda apabullante, ni la persecución política desatada, sin el más elemental escrúpulo, podrán tapar que mientras la inseguridad se desata y la comida desaparece de los anaqueles, la popularidad del gobierno ha venido en franco descenso. La crisis económica golpea severamente los bolsillos y el estómago de los venezolanos, y por incapacidad, no se adoptan medidas viables y concretas para hacerles frente a estos graves problemas. Eso sí, difaman y amenazan a cualquier mujer o ciudadano, que se atreva a denunciar esta tragedia que sobrellevamos los venezolanos.

 

La canasta alimentaria familiar se encuentra ubicada en 24 mil 694 bolívares, y para adquirirla, se requieren 3,7 salarios mínimos. Este solo dato es más que suficiente para que nos hagamos una idea del tamaño de esta calamidad.

 

Los vientos soplan a favor de los ciudadanos que aspiramos un cambio real y profundo, con espíritu unitario y para reencontrarnos como lo que somos, hijos de una misma historia y comprometidos con un mismo destino. Los venezolanos estamos cansados de odios, rencores y de insultos, porque eso no remedia lo que se reclama en el seno de cada hogar venezolano: progreso, paz y justicia

.
 Mitzy C. de Ledezma

Comparte esta noticia:

Contáctanos

Envíe sus comentarios, informaciones, preguntas, dudas y síguenos en nuestras redes sociales

Publicidad

Si desea obtener información acerca de
cómo publicar con nosotros puedes Escríbirnos

Nuestro Boletín de noticias

Suscríbase a nuestro boletín y le enviaremos por correo electrónico las últimas publicaciones.