El gobierno quedó derrotado, y el descarado fraude de la constituyente quedó expuesto al mundo entero cuando el CNE entregó cifras manipuladas que contrastan con la desolación reinante en los centros de votación, a pesar de las reiteradas amenazas oficiales. El pueblo no se hizo cómplice de esa violación constitucional. Los números manejados por la MUD revelan una abstención superior al 80 por ciento, y apenas superaron los 3 millones de votos. El pasado domingo se convirtió, además, en una jornada trágica y muy dolorosa, toda vez que ese mamotreto de elección dejó un saldo de 16 muertos en diferentes regiones del país.
Por otra parte, vemos que prácticamente los gobiernos del mundo no reconocen esa falsa constituyente y validan la Asamblea Nacional como depositaria de la auténtica soberanía nacional. Hasta ahora, la Unión Europea, Estados Unidos y 9 países latinoamericanos han anunciado que no reconocerán esos resultados, donde la mentira se puso de manifiesto.
Nicolás Maduro carece de respaldo popular. En las esferas gubernamentales están desprestigiados porque son evidentes los desafueros que los sepultan en el pantano. Son aberrantes y grotescos sus desempeños, desde la corrupción, narcotráfico e indolencia ante una ciudadanía cada vez más defraudada por la falsa y engañosa revolución, que protesta indignada por tanto descaro y traición. Se empeñan en mantenerse en el poder a juro, usando la fuerza bruta, aunque eso implique deshonrar a la Fuerza Armada Nacional, con militares comprometidos hasta los tequeteques en crímenes de lesa humanidad.
Venezuela y los venezolanos hemos resistido con dignidad ejemplarizante que se muestra en el mundo como una acción épica que nos distingue como un pueblo valiente. Son más de 125 días continuos soportando agresiones descomunales. Vecinos que han sufrido en carne propia las violaciones de sus más elementales derechos humanos, viendo cómo arrasan sus viviendas y se roban sus pertenencias. En medio de todas las penurias, la gente hace sacrificios, que no se limitan ya a marchar con banderas y entonando nuestro Himno Nacional. También a las protestas se han sumado comerciantes y empresarios, ligados a transportistas y trabajadores en general. Es plausible esa ofrenda, porque ellos también acusan los rigores de la espantosa crisis económica y de vecinos resteados a perder ya no solo sus enseres, sino sus propias vidas.
Maduro sigue manchando su historia con la sangre de más de 120 ciudadanos asesinados. Las redes sociales han dejado elocuentes e incontrovertibles testimonios de esos crímenes cometidos con una saña ajena a la idiosincrasia de los hijos de esta tierra de Bolívar. Ante esta masacre, es muy loable la proposición de Antonio en el sentido de decretar luto activo en Venezuela en homenaje póstumo a los héroes caídos, vilmente asesinados por la tiranía en su empeño de aferrarse al poder.
Venezuela sigue en pie de lucha, pasando por encima de estas maniobras y soportando la violencia con la que una vez más agredieron a la ciudadanía. Los legítimos diputados de la Asamblea Nacional continuarán cumpliendo con su trabajo, porque ellos son el resultado de una decisión soberana del pueblo.
Mitzy Capriles
