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Run Runes de Nelson Bocaranda

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Run Runes de Nelson Bocaranda

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MI VERDAD. Ante el acoso a que se me ha sometido por parte del gobierno de Nicolás Maduro a partir del día siguiente a su cuestionado triunfo en las elecciones, por un mínimo margen, se desataron los demonios de algunos tarifados o funcionarios rojos que me quieren cobrar mi permanente trabajo profesional a través de los diferentes medios y redes sociales en los que con la verdad en la mano he enfrentado a tantos «mentira fresca» que -reconcomiados conmigo desde hace años y por diferentes traumas y celos- se han unido con el fin pretendido de destruirme no solo profesionalmente sino también en términos de la moral y la ética periodística.

El uso abusivo de la red de medios públicos tratando de sembrar una matriz de opinión acusándome de incitador a la violencia, de irresponsable y de causante de daños y víctimas en los días pasados -sin una sola prueba- se ha venido cayendo con el transcurrir de las horas cuando en diferentes medios -privados por supuesto- se ha podido no solo desmentirlos sino presentar testimonios de las mentiras, falsedades y medio verdades con las que pretendieron marcarme.

Ya desde la semana anterior a las elecciones el presidente de Pdvsa me amenazaba -junto con la colega Rayma- con acciones penales por una información sobre el caso del yate en Los Juanes. El ministro acusaba a su vez al jefe de campaña de Capriles, el gobernador de Lara Henri Falcón, como cuñado del dueño de la embarcación lo que de inmediato fue desmentido con pruebas por Falcón y su cuñado con nombre distinto al que mencionaban y entregaron a la prensa.

Días mas tarde, el domingo electoral, 15 de abril, en medio de las cientos de denuncias comprobadas de abuso de poder, intimidación a electores y acoso a los votantes que querían presenciar los escrutinios de su centro de votación coloque en mi Twitter a las 2:54 pm. lo siguiente: «Informan que en el CDI de La Paz, en Gallo Verde, Maracaibo, hay urnas electorales escondidas y los cubanos de allí no las dejan sacar».

Allí nada pasó. Fueron los periodistas, conversaron y se dieron cuenta que todo se había solucionado pacíficamente.

Las fotos de La Verdad, El Nacional, Panorama y El Universal así lo comprobaron. El lunes 15 el ministro de Información Ernesto Villegas arranca con la matríz en mi contra al publicar en la página del Sibci, Sistema Bolivariano de Comunicación e Información, esta irresponsable noticia que luego reprodujeron los cientos de medios rojos con éste título: «Tuit de Bocaranda desató ataques contra los CDI. Un tuit del columnista Nelson Bocaranda Sardi desató el ataque de grupos partidarios de Capriles al señalar que un CDI de Maracaibo se encontraban actas electorales escondidas.

Posteriormente se registraron agresiones e intentos asaltos a varios de estos centros de salud en todo el país por activistas opositores con afiches de la campaña del líder de Primero Justicia». Cercana a la noticia montada aparecen estos enlaces: Grupos de derecha han asediado seis CDI en Mérida; Grupos violentos siguen atacando los CDI; Derrotado golpe de Estado promovido por la derecha (+Video); Violencia caprilista deja muerte y daños en centros de salud y Opositores intentan quemar CDI en Palo Verde».

 

El mismo lunes 15 a las 9:56 pm. el ex ministro de (des)información Rizarrita en su cuenta de twitter colocó: «Cárcel para Bocaranda por los hechos violentos contra CDI».

 

Ese mismo día, horas antes, el diputado Pedro Carreño muestra en rueda de prensa y en la sesión de la Asamblea del martes unas láminas muy bien hechas con mi tuit donde me acusa de ser «el responsable de los ataques a los CDI y de los muertos en ellos» pidiendo una investigación penal congelándome cualquier cuenta bancaria y prohibiéndome vender ningún bien para así pagar esos daños».

Carreño, enardecido como cuando denunció el espionaje bi-direccional a través del receptor de DirecTV, siguió acusándome a pesar de que en todos los medios -menos los rojos- se comprobó que ningún CDI cubano había sido atacado, incendiado o destruido. Hasta el gobierno cubano ayer jueves declaró oficialmente que a ninguno de sus centros le había ocurrido nada y que todos estaban trabajando normalmente.

Sin embargo, el miércoles en la noche Octavio Solórzano, presidente Federación de Trabajadores de la Salud solicitó ante la Comisión de Desarrollo Social de la Asamblea una averiguación contra mi por los ataques contra los CDI. Dijo que debe investigarse «no solo a los involucrados en la quema de los CDI y en el atropello y violencia contra trabajadores de la salud, sino de los que incitaron al odio y a los que por vía de correo electrónico y los tweets hicieron un llamado a quemar los CDI y atropellar y asesinar».

Ayer con el mismo abogado de las víctimas del 11 de abril introdujeron otra acusación. En mi Twitter están ademas del tuit que los irritó decenas invitando a la paz y la no violencia. De ello no se fijan. El viernes pasado suscribimos el documento por la Reconciliación Nacional con destacados dirigentes, universidades, periodistas y líderes ante la expectativa que se tenía de que el país se mostraría en dos mitades. Lo que ocurrió y está causando un problema aún mayor es que el gobierno no acepta dialogar con los opositores que unidos en la MUD ya son el partido mayoritario habiendo desplazado al PSUV del primer lugar…

 

Medio

 

¿RAZONES? No me queda duda con esas evidencias que los que montaron esta campaña son los ministrines de información, el ex Andrés (R)izarrita y el actual Ernesto Villegas. Por supuesto que tanto el diputado Vuitton y otros tarifados del régimen siguen el guión preestablecido. La rabia que me tienen por ser fuente de información de los desaciertos, corrupción, vagabunderías y errores en estos 14 años se acrecentó por una razón muy especial: la enfermedad del fallecido presidente Hugo Chávez.

El hecho de haber tenido información de primera mano sobre su padecimiento de salud, día a día, y nunca haber sido desmentido les provocaba urticaria.

Mas aún cuando pudimos desmentir las noticias falsas que sobre su salud quisieron sembrar. Por ello los intentos recientes de perjudicarme desde el narcoprófago nocturno hasta los gacetilleros baratos.

También el diputado y unos ministros fueron engañados cuando les dijeron que tenían una grabación radial en la que yo «arengaba a quemar los CDI». Por supuesto que no existe. Creo que mejor que nadie, además de las fotos y reportes de diarios y canales privados, el alcalde de Baruta, Gerardo Blyde, les desmontó la mentira montada, por Izarra en Twitter con el CDI de Piedra Azul. Igual pasó con el de La Quebradita en San Martín y el de Brisas de Turumo, que fue «inaugurado» anteayer por Maduro, aunque ya tenía 6 meses de inaugurado».

Espero que todo esto demuestre la farsa roja que insisten en mantener viva…

 

www.runrun.es

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