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Proposición indecente

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Proposición indecente

Circula una propuesta atribuida a un grupo de estrategia para que opositores lean y se entusiasmen. Expresa la necesidad de un cambio, y como única herramienta milagrosa, un día de elecciones justas y transparentes. Asegura que el proceso de negociación fue la ruta correcta y concluye que el régimen no quiere elecciones libres. Obvio especialmente para quienes no se ocupan de abstracciones políticas, sino de conseguir comida y medicinas.

 

 

 

Los redactores aseguran que “no somos abstencionistas”, pero que el chantaje electoral del régimen debe terminar, la presión de un gobierno dictatorial, que no respeta el estado de derecho debe acabar. Como si no existieran venezolanos luchando día y noche para rescatar la democracia y la ética ciudadana, el documento pregunta, con suspenso, “¿ahora qué?”.

 

 

 

Aseguran atormentados que no hay tiempo que perder, se debe conformar un frente y asumir coherente la responsabilidad de luchar por la restitución de las libertades a través de elecciones libres y apegadas a la ley. Pero no menciona lo que se ha venido haciendo hasta ahora, como las enormes manifestaciones de protesta en 2017 con venezolanos de todas las edades, sectores socioeconómicos sin distingo de sexo y religión que se jugaron el tipo frente a la represión armada, desconsiderada y feroz, una respuesta motorizada acompañando a otra uniformada incapaz de pronunciar las palabras derechos humanos, libertad, respeto, y que cuando lograban articular “democracia” lo hacían con acento cubano.

 

 

 

El escrito no toma en cuenta que la ciudadanía ha sido la luchadora número uno, y quien lleva en el corazón la república y decoro de la Patria auténtica, sin egoísmos ni espacios partidistas, sin soberbia, protagonismos ridículos e intereses majaderos, que sólo piensa en la nación y la democracia como convicciones profundas sin intromisiones desatinadas de cúpulas que decidan por ellos.

 

 

 

Ni por equivocación alude la propuesta a los líderes que, sin pensar en cargos, privilegios ni prebendas, caminaron junto a los ciudadanos compartiendo principios, valores, marcando caminos con honestidad y sentido claro de la ética.

 

 

 

El fulano manuscrito que quieren subscribamos, afirma que “ya se inició la tarea para unas elecciones presidenciales a más tardar el 2 de diciembre de 2018”. Y proclaman que la Mesa de la Unidad Democrática ha muerto de agotamiento por exceso de egos, reuniones, discusiones, adjetivos y espacios a ocupar; que se ha desmoronado y dio su último suspiro en Santo Domingo cuando suprimieron los respiraderos.

 

 

 

Llaman a formar una “nueva oposición” que de inmediato acometa la reconstrucción y fortalecimiento de cuatro pilares, que enumera: “reconquistar los 7.6 millones de firmantes del 16 de junio” -de los que se burlaron para abandonarlos y desobedecerlos; “apuntalar nuestra única y legitima institución, la Asamblea Nacional” -que incumplieron sus promesas y cuyo único logro fue sacar dos cuadros; “enriquecer y profundizar la relación con la comunidad internacional” -la misma que menospreciaron, cuyos consejos desoyeron y malbarataron; y por ultimo “sustentar, nutrir y mantener una auténtica unidad” -siguiendo el parámetro provechoso de adueñarse unos pocos de la representación que tuvieron pero quebrantaron tras apropiársela indebidamente.

 

 

 

Proponen un plan de acción, consistente en crear una plataforma de rescate nacional, recomposición de una unidad amplia, darle estructura organizacional y hacer un pronunciamiento nacional. Algo así como la MUD revivida, tal como la ya desechada MUD fue una Coordinadora Democrática rediseñada.

 

 

 

Habría que saludar y apoyar tan lógica iniciativa, pero también preguntarse si deliberadamente o por injusta mala memoria se ignora que existe ya una plataforma que plantea desde tiempo, con empeño noble y lúcida coherencia, estos principios. Que ha trazado con terca constancia, sin medias tintas ni ambigüedades, la necesidad del cambio de régimen, asegurado por unas elecciones justas y transparentes. Basado en un proceso ordenado que empiece por la reestructuración profunda y en detalle del Poder Electoral para que sea constitucional, autónomo, imparcial, y no un obediente apéndice de las conveniencias atrincheradas en Miraflores. Como las apresuradas y sospechosas del 22 de abril. ¡No son elecciones!

 

 

 

Advirtieron infatigables a la ciudadanía que las intenciones del régimen no eran sufragios libres y que los llamados a negociaciones yacían en una estrategia diseñada para ganar tiempo. Pero los que arrebataron y se hicieron dueños de la MUD se empeñaron en ser sordos a esta consciente alerta, y en darle al régimen adecuado oxígeno en Santo Domingo. Pero no eran primerizos, por conversar es mucho lo que han hablado siempre con el mismo resultado -la única diferencia es que, en esta oportunidad, por estar en casa ajena y bajo la mirada atenta de observadores, no hubo empujones ni gases militares.

 

 

 

Debe finalizar el chantaje electoral del régimen autoritario-totalitario que no respeta al ciudadano y de un sector opositor genuflexo y acomodaticio. El voto es un derecho constitucional que se ejerce o no de acuerdo a la conciencia, en consecuencia, no se puede calificar de abstencionistas a quienes se resistan a votar violando su propia razón y la constitución. Por eso mismo, no han sido invitados al diálogo caribeño y su apremio electoralista.

 

 

 

Esa oposición ciudadana desatendida y sana ha comunicado con honestidad y extenuación que ésta es otra payasada electorera, tramposa y controlada como las regionales, no sólo por el ventajismo descarado y la falta de imparcialidad de quienes rigen el proceso manipulado antes, durante y después, sino porque emanan de la orden de esa entelequia espuria e írrita que es la Asamblea Constituyente, deliberado calco de la obediente y sumisa cubana que consagra a la tiranía castrista.

 

 

 

Es indudable la necesidad de retomar el liderazgo opositor, urge la guía contra la dictadura, corrupción, delito como forma de actuar, complicidades y mutuos apoyos entre compinches, y la torpeza aplicada sin piedad para hambrear al pueblo. Pero nunca podrá la misma con deseo de cohabitar, alejado, distante de los ciudadanos y sus angustias, limitados a proclamas vacías, promesas incumplidas, adjetivos repetidos y espacios transables. Se impone una oposición diferente, segura, coherente, valiente, testigo y defensora permanente del ciudadano, aún a riesgo de su vida y libertad, que acompañe la desesperación de quienes han sido víctimas del Gobierno falaz y cruel.

 

 

 

Valores, principios éticos, buenas costumbres ciudadanas, amor por la Patria decente, congruente, de justicia y reglas claras, que genere confianza, restituya la fe y esperanza, deben ser cimientos y cualidades que imperen en esa Nueva Oposición que existe, está viva, se organiza y en la actualidad se desarrolla con paso firme, en la que todos tendremos algo que decir y mucho que aportar.

 

 
Armando Martini Pietri

@ArmandoMartini

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