Acabo de regresar de una breve visita a Puerto Rico, entre viernes y lunes. Fui invitado por Cubanos Unidos a celebrar con ellos el aniversario del nacimiento del Apóstol de su Independencia José Martí, aquel que sabía escoger las palabras mejores para cada circunstancia, y también supo hacer todos los sacrificios, incluso el de su propia vida que es el máximo, por la causa a la cual se había entregado. Martí es una de esas figuras que mucho admiro, no solo porque su conmovedor artículo sobre el gran prócer civil Cecilio Acosta le valió la expulsión del país por la dictadura narcisista de Guzmán Blanco, sino porque entre sus enseñanzas está la de luchar sin odiar. Son suyas estas palabras: “Los hombres se dividen en dos bandos: los que aman y fundan, los que odian y deshacen”. Pido a Dios que nunca me deje desertar de los primeros.
¿Por qué me invitaron? Porque los demócratas cubanos, dentro y fuera del territorio de esa isla, siguen con admiración la lucha de los demócratas venezolanos y están muy interesados en analizar el tema. Compartí con mi tocayo y amigo Guillermo Fariñas y con el Reverendo Mario Félix Lleonart el panel en un foro abierto, y la víspera un taller acerca de nuestra experiencia. En los medios de comunicación puertorriqueños pude constatar el reconocimiento que en la opinión pública ha ganado la alternativa democrática venezolana.
Allí, como en otras partes. A cada rato nos visitan periodistas extranjeros o nos requieren desde otros países. Con la variada disidencia interna cubana he sido invitado a compartir antes en Madrid y en México.
Pero compañeros del excelente equipo que me acompañó en la Mesa de la Unidad Democrática, han ido a talleres de análisis político en varios países latinoamericanos, porque hay curiosidad y respeto por lo que hemos hecho.
En Puerto Rico hay una pequeña y activa comunidad venezolana. La MUD ha estado allí muy bien organizada y siempre presente. Vi que los tratan con aprecio y con respeto. Se lo han ganado. Con ellos compartí y de ellos me traje gratos recuerdos que nos estimulan a seguir luchando. Entre las buenas sorpresas fue que del activo grupo Unitario veneboricua, forma parte Daniela, una joven profesional que trabajó en este diario y que es hija de quien fue su competente gerente por años, Freddy Sahmkow.
Los venezolanos, ni siquiera quienes hemos vivido por dentro la experiencia de la MUD, no hemos calibrado el peso que gracias a la trayectoria de la política unitaria hemos ganado internacionalmente. Respeto y valoración. En suma, prestigio. Eso, junto a la gruesa votación con la cual la mayoría del pueblo venezolano nos ha hecho depositarios de su esperanza, nos ponen en un gran compromiso.
Ese prestigio que nos compromete es el fruto de nuestra estrategia clara y nuestra perseverancia en apegarnos a ella, sin dejarnos desbordar por las tentaciones siempre provocadoras del individualismo y la impaciencia. Pero nuestro propósito es ser la alternativa para un cambio político pacífico, democrático, constitucional y electoral en Venezuela. No lo olvidemos. Por nuestro éxito seremos juzgados definitivamente.
Ramón Guillermo Aveledo
