La versión oficial sobre el asesinato del dirigente y diputado del Psuv Robert Serra acusando a la oposición y personalidades extranjeras ha sido nada convincente. Fundamentalmente por inoportuna y falta de pruebas
La agresividad mostrada por el presidente en su discurso durante las exequias, no se corresponde con la investidura que corresponde a un jefe de estado. Idéntico comportamiento mostró con la muerte de Eliecer Otaiza, por lo que parece más un libreto aprendido al cual acude para intentar implicar a terceros sin que haya culminado una exhaustiva investigación policial.
Existen otras versiones que por las que debemos pasearnos en la búsqueda de claridad. Los expertos policiales en asesinatos con ensañamiento, presente en el caso que nos ocupa, coinciden que estos eventos no tienen carácter político sino que más bien responden a venganza pasional o a un ajuste de cuentas.
El occiso fue sin duda un hombre polémico. Gozaba de la amistad de los colectivos que hacen vida en el 23 de enero: los Tupamaros y la Piedrita. Dada su juventud se le dio la responsabilidad de formar jóvenes para que aspiraran en las elecciones legislativas del año 2015 lo cual debe haberle creado cierta aversión entre sus correligionarios partidistas.
El asesinato de Alexis Barreto uno de sus guardaespaldas hace dos años en circunstancias no esclarecidas, fue motivo para que los familiares de este lo señalaran como partícipe en la corresponsabilidad del homicidio.
Entre los eventos sangrientos de estos últimos años que merecen la atención ciudadana están las muertes del 11de abril donde quedaron condenados los comisarios y efectivos de la PM a pesar que las pruebas fruto de la investigación los exoneraba; hasta el asesinato de Danilo Anderson cuando el Fiscal para la fecha llegó a acusar al Cardenal Castillo Lara y otras personas de estar involucrados presentando como prueba las dudosas declaraciones de un supuesto testigo con antecedentes penales.
No es de extrañar pues que las circunstancias que rodean la muerte de Serra vayan por rumbos diferentes a los señalados inicialmente por las autoridades del gobierno. Ojalá que en esta ocasión la verdad salga a relucir caiga quien caiga.
Juan Antonio Muller
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