Miren, los traidores a la patria nos son los legisladores, ni los gremios empresariales, ni los sindicalistas, ni las universidades ni la sociedad civil. Los verdaderos traidores son los que desde Miraflores le hacen la guerra al pueblo y no tuvieron la precaución de ahorrar en tiempos de las vacas gordas.
Traidores los miembros del tren ejecutivo. Los mismos que intentando salir a flote de este mar embravecido representado por la crisis que ellos mismos han creado, han dado inicio a una infame entrega al capital extranjero de nuestras riquezas petroleras y minerales para obtener las divisas que PDVSA y las empresas de Guayana con su ineficiencia y corruptela no han sido capaces de generar.
Traidores, esos que han dado el visto bueno a la petrolera rusa Rosneft para suscribir acciones en Petromonagas por $500 millones; traidores, los que aprobaron el acuerdo con Gold Reserve para que reinicie la explotación de oro en Las Brisas y las Cristinas a cambio de que desista del reclamo por $750 millones sancionado por el Ciadi; traidores los que andan mendigando a la banca internacional préstamos utilizando las toneladas de oro enviadas a Suiza como garantía y los que desesperadamente solicitan a esas instituciones reperfilar la deuda que se vence en próximos años; traidores los funcionarios y ex funcionarios de Pdvsa que se han enriquecido a cuenta de contratos espurios y convirtieron la estatal petrolera en una verdadera caja negra.
A ello hay que añadir los traidores que han regalado nuestro petróleo a Cuba y Nicaragua; los que ofrecieron rebajas de la deuda a países como Jamaica y República Dominicana; traidores los que gastan millones comprando amas a China y Rusia que no necesitamos; traidores los que financiaron con dineros de la nación las campañas de los Kirchner en Argentina y Evo Morales en Bolivia; traidores los que aprobaron la compra de plantas eléctricas con sobreprecio en miles de millones de dólares.
Como también lo son los que utilizaron sus puestos en el Gobierno para sustraer fondos de la Tesorería Nacional, los que convirtieron la Asamblea Nacional en una agencia de empleos para familiares y amigos, los que al frente de las finanzas públicas y el banco central aumentaron la liquidez monetaria con préstamos a Pdvsa y otras empresas estatales quebradas. El escándalo más reciente: la creación de Camimpeg empresa militar encargada de los suministros de bienes y servicios para la industria petrolera. ¡Que más traición a los intereses nacionales!
Mientras los traidores vendieron y continúan vendiendo el país y sus recursos, el gobierno nacional mantiene su política de acoso al sector productivo nacional. Un gran contrasentido cuando lo que el país necesita es incentivar la producción generando confianza y ayudando a restablecer las líneas de créditos suspendidas por los proveedores internacionales debido a incumplimientos de pago. Traidores los que tienen una política de entregas para con el extranjero mientras que arremeten y ahogan a los nacionales.
Este acoso está en marcha como lo denuncian a diario los sindicatos y trabajadores de esas empresas como el caso Polar o las miles de empresas que han bajado su Santamaría. Reclamos como el de los gremios empresariales: Conindustria, Consecomercio, Cavidea, Asoquim, Avavit, Fedenaga, o las Academias, a los cuales el ejecutivo no escucha e ignora.
El ejecutivo pretende utilizar la demagogia y el engaño con la creación de motores, arcos, ejes, ferias y zonas especiales destinadas supuestamente a convertirnos en un país autosuficiente que sustituya importaciones con bienes nacionales. Pero pareciera que ya se vislumbra una luz al final de este túnel de tinieblas.
Juan Antonio Muller
Juaamilq249@cantv.net
