¿Acaso la decisión del CNE ha sido diferente a lo que se esperaba? De ninguna manera. Las condiciones expuestas que violan la Constitución chavista lo que hacen es reafirmar aún más el camino emprendido por la cúpula oficialista hace 17 años, pero en efecto, radicalizada en los últimos tres años.

Esa decisión anticonstitucional se alinea con el ilegal Decreto de Emergencia Económica prologado en el tiempo y que le ha permitido a Maduro gobernar sin ningún control del resto de las instituciones y con el desconocimiento del Parlamento como poder legítimo emanado del voto popular.

Todo ello se aplica además con un sistema de inteligencia policial que actúa al margen de la Ley, allana y detiene a opositores sin pasar por alguna orden judicial y sin rendir cuentas a nadie como una acción sistemática para mantener a raya a la disidencia política.

En otras palabras, de lo que se trata es que de hecho, Venezuela no es una democracia como lo ha sentenciado el secretario general de la OEA, y se ha plantado en definitiva un modelo comunista a la cubana, en lo que apenas sobreviven algunas empresas privadas. Y decimos apenas, porque se mantienen permanentemente bajo el acoso de un sistema de amenazas permanente y de controles en donde hasta sus gerentes pueden ser detenidos arbitrariamente.

Precisamos estos puntos porque la MUD habrá de tomar una difícil decisión sobre el RR este fin de semana en la que debe haber consenso en al menos 15 organizaciones políticas.

¿Se va a la recolección de firmas del 20% aún con condiciones anticonstitucionales o no? Esa es la primera decisión. Decir que ir a ese proceso es avalar una decisión anticonstitucional puede parecer muy aceptable pero los efectos de esa decisión igualmente serían un éxito para el oficialismo. De tomarse ese camino y descartar el Revocatorio podría desmovilizar a la ciudadanía y dejarle solo las manifestaciones de calle como única vía de escape y expresión para un pueblo frustrado y desesperado.

La segunda opción de ir, aún con esas condiciones, combinando calle y movilizando a la ciudadanía hacia los centros de recolección, podría ser un mecanismo de respuesta frente a la arbitrariedad e ilegalidad de la postura del CNE.

Pero lo que la ciudadanía debe comprender es que desde el régimen siempre hubo la decisión de impedir el RR a lo que ahora se agrega cualquier elección popular. En consecuencia, cualquier decisión que tome la MUD lamentablemente generará división y desmoralización en algún sector. De allí, la necesidad de que las decisiones en adelante sean por consenso, colegiadas y avaladas por todas las organizaciones políticas. Es hora de que los dirigentes reconocidos dejen de actuar cada uno buscando su espacio personal y que todos asuman la responsabilidad del camino, o los caminos que haya que tomar hacia la libertad y la democracia.

En esas decisiones hay que partir de que el oficialismo hoy es una minoría que no pasa de 20%. Que ese otro 80% que quiere cambio está viviendo una situación que ha sido calificada como crisis humanitaria. Que dentro del chavismo hay grupos que quieren abrirse paso frente a la cúpula madurista. Y que a lo interno de la FANB si bien hay una elite ideológica que se ha beneficiado con el chavismo y que además está señalada por corrupción en organismos internacionales, hay sectores que pueden incidir eventualmente a favor de un cambio de rumbo. Y que en el contexto internacional Venezuela y el gobierno de Maduro se han ido quedando aislados.

De manera que desde el Gobierno tampoco se tienen todas las cartas a favor.

Así que más que nunca quienes lideran al sector opositor deben actuar como una unidad, no solo en esta decisión sino en el camino hacia un cambio, hacia la democracia, la cual no está a la vuelta de la esquina.

@folivares10