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Lo que no dijo Maduro

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Lo que no dijo Maduro

A lo largo de un discurso de más de cuatro horas, en un relato que puede reducirse a no más de treinta minutos para un buen expositor y alguien con las ideas claras, Maduro expuso un conjunto de medidas, principalmente de carácter administrativo.

 

Entre ellas, el cambio de nombre de la corrompida Cadivi por el Centro de Comercio Exterior, la fusión de Sundecop e Indepabis en una sola organización y la rotación de ministros ya fracasados de un cargo a otro. Así, por ejemplo, en ocho meses ha habido cuatro presidentes del Banco Central y tres ministros de Finanzas. Los jefes de esos cargos están girando permanentemente de un cargo a otro, lo cual claramente es un signo de inestabilidad económica e institucional.

 

No les da tiempo ni de calentar las sillas donde se sientan. Fue ratificado el gabinete económico que llevó al país a la crisis de inflación y escasez. Los tres anuncios en materia económica en esas largas cuatro horas fueron tres. El primero, el establecimiento de un tope a las ganancias de un 30%, cualquiera sea la actividad económica, desde fabricar alpargatas hasta vender y elaborar comida, para las miles de empresas que existen en Venezuela. Cumplir eso es literalmente imposible.

 

El segundo tiene que ver con una eventual reforma de la Ley de Ilícitos Cambiarios. Esa ley altamente punitiva castiga a quienes transan dólares fuera del mercado oficial y ha ahuyentado a quienes pueden traer divisas al país. El tercer anuncio es el más importante: el mantenimiento de la tasa de Bs 6,30 por dólar por lo que resta de 2014. Eso no va a ser factible. Sencillamente, Venezuela no tiene dólares suficientes para soportar esa tasa de cambio.

 

La realidad es que a Bs 6,30 por dólar se realizarán importaciones que hace el Gobierno de algunos alimentos y algunas medicinas y el sector privado tendrá un acceso muy limitado a esos dólares. Lo que ya está sucediendo es que el grueso de las importaciones está pasando gradual y sostenidamente a una tasa de cambio más devaluada, la del Sicad, cuya cotización es Bs 11,50 por dólar.

 

Eso significa en los hechos una devaluación del bolívar, con sus consiguientes efectos inflacionarios.

 

Importaciones esenciales, vehículos, gastos de viajeros, estudiantes, empaques, teléfonos, electrodomésticos, pinturas y materias primas, entre otros bienes, se importarán a una tasa de cambio 83% más cara. Eso fue lo que no dijo Maduro, que en realidad lo que está ocurriendo es una nueva devaluación del bolívar; es decir, una devaluación encubierta, pero que les da pena llamarla devaluación.

 

Por José Guerra

 

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