La situación económica y social del país es cada día más delicada. Así lo reconoce y manifiesta la inmensa mayoría de los venezolanos. Los que viven en las zonas rurales, en las áreas urbanas, en las urbanizaciones de clase media alta, intermedia y baja. Igual los que sobrellevan la vida en medio de grandes penurias en los barrios humildes del país.

Estamos leyendo clarito, en recientes encuestas, las razones de la gente para protestar, para quejarse, para acompañar a los estudiantes en esta lucha que sobrevive a la persecución más feroz que se haya aplicado en Venezuela en las últimas décadas.

Una represión brutal, ejecutada por grupos parapoliciales comprometidos con el régimen y sirviendo de brazo de apoyo a los efectivos militares que se exponen a ser denunciados como autores de crímenes de lesa humanidad, delitos que no prescriben, menos ahora que se ha instituido el Tribunal Penal Internacional.

Las voces agoreras que se dejaban escuchar para descalificar pragmáticamente las protestas, diciendo que “esa locura terminará beneficiando a Maduro”, se han caído de platanazo. Busquen las encuestas, pero además salgan y hablen con la ciudadanía en sus propios sectores donde tienen que bregar durísimo para salvarse del hampa, que acosa a las muchachas para terminar en muchos casos abusando de niñas, asesinando a adolescentes, atracando a humildes trabajadores.

La gente sabe que la lucha de los estudiantes es legítima, porque descubre las mentiras del Gobierno que manipuló la verdad para embojotar en una trama denominada “guerra económica” el desastre en el que ha metido a Venezuela, tanto que somos campeones mundiales en inflación e inseguridad. La gente tiene pillado a este gobierno que sigue con la campaña mentirosa por televisión vendiendo la figura del “bolívar fuerte” y resulta que nuestra moneda y, por ende, nuestros salarios alcanzan para un… nada.

Esa es la triste realidad. Comprar un aguacate es un lujo que pocos se pueden dar en este país que nada en petróleo, pero con un pueblo que no se puede resignar a ver cómo el Gobierno regala lo que se necesita para garantizar la prosperidad de los ciudadanos.

El Gobierno se centra en demostrar que es muy poderoso en vez de entender que lo crucial y esencial sería que se esmerara para que los poderosos fuéramos los ciudadanos por la vía del crecimiento económico y el desarrollo humano. Así se saca adelante un país: empoderando a la gente.

@alcaldeledezma

Por Antonio Ledezma