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El patriotismo no tiene audiencia

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El patriotismo no tiene audiencia

Desde que Donald Trump lanzó la advertencia de que no se podía descartar una intervención militar en Venezuela, la agenda política del Gobierno ha sido la exaltación de los valores de la Fuerza Armada Nacional, el patriotismo y la defensa de la soberanía. Paro tales premisas parece no importarle al resto de los venezolanos, ocupados en sobrevivir o en hacer las maletas para emigrar del caos.

 

 

 

Este fin de semana se producirán los promovidos ejercicios “Defensa Integral de la Patria” bajo la premisa de un supuesto bloqueo por parte de naves norteamericanas y acciones bélicas en contra de objetivos gubernamentales. Pero la población si acaso observa de reojo tales ejercicios de un ejército bolivariano que se encuentra  en uno de los últimos lugares de aceptación como institución valorada por la ciudadanía.

 

 

 

Vladimir Padrino López asegura que el Ejército Venezolano podrá vencer a Estados Unidos pero su declaración no conmueve a nadie. Una población en pobreza extrema, sin alimentos y medicinas, por el contrario mira con recelo a una institución que ha sido parte de la tragedia que vive el país. Hasta a las propias filas de uniformados es necesario repartirles bolsas de comida para más o menos mantener la moral y la disciplina en las filas castrenses. En estos días un contingente tuvo que robar comida en un país vecino.

 

 

 

Así como el país sufre los efectos del desastre económico, el sector militar no es ajeno a lo que ocurre en su entorno. Las denuncias de la Fiscal Ortega Díaz a nivel internacional, donde aparecen desfalcos y comisiones de millones de dólares a altas figuras del Gobierno, se suman a las investigaciones y denuncias realizadas por la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, que habla de miles de millones de dólares desaparecidos de las arcas del país a manos de altos funcionarios y organismos del Estado.

 

 

 

La implacable persecución contra Ortega Díaz y sus familiares, la confiscación de sus bienes personales y el ensañamiento contra la funcionaria que fue mano derecha de Hugo Chávez, se suma a la cadena de errores que por desesperación comete Maduro y su aislado Gobierno. Lejos de ser un escarmiento para cohibir a otros funcionarios, dirigentes chavistas, o miliares que pudieran haber pensado en abandonar el barco a la deriva, se ha convertido en una poderosa munición que refuerza y consolida la visión internacional de que en Venezuela existe un Gobierno de facto que está sostenido solo por las armas y la compleja maraña de corrupción que cada día se expone ante la opinión pública.

 

A diferencia de lo que ha ocurrido en otras experiencias latinoamericanas, la fusión del sector militar con la política y el hecho de haber convertido a la institución armada en un brazo político de la revolución, la convierten en parte de la crisis y no en una alternativa frente a ésta.

 

 

 

Sin embargo, la misma proporción de respaldo de la población al Gobierno de Maduro, que pudiera apenas alcanzar a 20% en el mejor de los casos, una situación similar debe ocurrir a lo interno de la fuerza militar respecto a su dirigencia. De manera que al igual que el Gobierno de Maduro, la fuerza armada está dirigida igualmente por una minoría privilegiada sobre la mayoría afectada por la crisis.

 

 

 

Lo que no es factible determinar es cómo este factor de rechazo, podría afectar el futuro inmediato en la conducta y posición de los dirigentes de ambos componentes (Gobierno-FANB) en un futuro cercano frente a un escenario de ingobernabilidad que parece inevitable.

 

 

Francisco Olivares

@folivares10

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