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El hombre político

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El hombre político

Seymour Martin Lipset fue un sociólogo y político de EEUU, miembro senior de la Institución Hoover, profesor de Ciencias Políticas, Sociología y de Gobierno de las universidades de Toronto, Columbia, Berkeley, Stanford y Harvard. Su aporte a nuestra realidad política: la estratificación social y los clivajes. Veamos

 

 

 
En 18 años de ruptura constitucional y violencia ciudadana, lo menos es precisar por qué tanta permisividad grupal (aceptación salvaje de la violencia), y cómo rescatar el país.  La respuesta no las da el estudio de los grupos estratificados de movilización de poder y la sociología de la vida intelectual (Cultura vs. Historia). Para Lipset, la democracia es sustentable en sociedades prósperas y educadas que generan una autoridad superior al Estado-gobierno. Y en tiempos de transición y rescate democrático, esos elementos son: liderazgo capaz, pluralismo, libre mercado, comunicación política, propiedad y tecnología. El error ha sido repetir la misma receta “histórica” de mesianismo, populismo y socialismo. Nada nuevo bajo el sol.

 

 

 
En el difícil proceso de comprender el fenómeno sociopolítico venezolano, sugiero ubicarnos en 1982 (devaluación del bolívar), fecha en la que creemos sucedió el quiebre de nuestra democracia pactada. Siguiendo la metodología de clivajes de Lipset, fue en el gobierno de Herrera Campins, donde se levantó el velo rentista de nuestra economía saudita -ilusoria y desbordada-, comprendiendo que un 70% de la población pobre -mal educada y relegada- no daba sustentabilidad a una democracia bipartidista, ineficiente y privilegiada. Este divorcio notable entre dirigencia, clase empresarial (apostolados) y clases medias movilizadas vs. estrato empobrecido y excluido, fue el caldo de cultivo de caracazos, golpes de Estados, mares de fondo, traiciones, censura presidencial, transiciones elitescas, chiriperos, sobreseimientos, revoluciones, constituyentes, anarquía y anomia.

 

 

 
La movilización política hoy en Venezuela, pasa por cabalgar sobre los estratos que aún apoyan el modelo chavista -sic- y aceptan vivir en una profunda crisis moral, de escasez e inflación. Martin Lipset introduce conceptos de la sociología moderna que nos permiten dar con algunas pistas. Lo primero es precisar el clivaje o bloques sociales, que por razones religiosas, territoriales, étnicas, económicas, culturales o convencionales, pertenecen a determinado grupo de control social. Lo segundo es analizar cómo de esa diversidad, surgen sub-culturas (colectivos, comunas, motorizados, círculos, milicias), con valores y contravalores que nos permitan entender cómo ese micromundo deviene en nuestro macrocosmo. Lipset dice que no podemos evaluar los fenómenos políticos desde una perspectiva histórica o generalizada, sino identificar sus diferentes estructuras sociales: sus identidades sistémicas y motivacionales, y su incidencia en la movilidad social. En Venezuela poco se ha investigado -ergo-por qué los Estados llaneros han sido de preferencia chavista, así como zonas rurales, marginales o campesinas. En nuestras notas (Data Minning /RR/2004), alertamos cómo el reparto, la inclusión y paternidad resumidos en el síndrome del “taita redentor”, atrapaban el sentimiento de abandono y rechazo de los estratos D y E,  provocando una férrea polarización que impedía la migración al opositor, percibido como el “leviatán” de siete cabezas, que de volver frustraría, “la oportunidad de salir de abajo”.

 

 

 
Lipset detectó en EEUU la traza cultural de demócratas y republicanos. En sus notas vemos cómo en las elecciones de 1850 no importó la línea partidista (antiesclavitud), sino la asumida por grupos de agricultores y comunidades blancas, rurales demócratas con poca esclavitud, que votaron la política de la Unión (republicanos), sobre la tesis secesionista de su partido, ocasionando la derrota del demócrata Bell… Similar ocurrió en las elecciones de Clinton y Trump. Las comunidades menos educadas, obreras (White collars), se movilizaron en zonas de definición electoral (clivajes), favoreciendo a Trump en estados clave. La población blanca salió a votar en Ohio, Pensilvania, Michigan o Florida, y liquidó el voto masivo y multiétnico de California y NY.

 

 

 
En Venezuela no hemos estudiado con rigurosidad los estratos de estancamiento grupal (pro chavismo) y las razones de su anclaje (clivaje). No se trata de sectores pobres in abstracto… Obras como The authoritarian personality (T. Adorno) y The appeal of communism (G. Almond), nos habla de cómo las personalidades psicóticas se convierten en buenos activadores de grupos sociales relegados y excluidos-obreros, agricultores, campesinos -en los procesos de inhabilitación de las democracias. Lipset nos da algunas soluciones: integración social mediante políticas -públicas y privadas- de capacitación, corresponsabilidad empresarial y liderazgo élite (de formación comunitaria).

 

 

 
Lipset comprendió la democracia, en una dinámica de estabilidad económica… El grueso de nuestra oposición insiste en ser más mesías y socialista que el Papa, cuando despolarizar es vender prosperidad, armonizando sin someter. No lo digo yo. Lo dice Lipset en su The polical man. Léanlo.

 

 
Orlando Viera Blanco

@ovierablanco

ovierablanco@vierablanco.com

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