logo azul

Detrás del joven de las 5 auyamas

Categorías

Opiniones

Detrás del joven de las 5 auyamas

La imagen del joven menor de edad, de espaldas a la cámara, flanqueado por dos guardias nacionales que lo embisten con sus fusiles en alza y en primer plano cinco pequeñas auyamas colocadas como trofeos del botín recuperado, ha dado la vuelta al mundo, ya no como una evidencia de eficiencia policial sino como un símbolo de un país degradado dirigido por una cúpula que ha perdido toda capacidad de vergüenza.

 

 

Cronistas, redes sociales, articulistas y portales han expresado a través asertivamente de una amplia heterogeneidad de escritos, cómo esa imagen por sí sola describe la oscuridad humana a donde ha conducido ese legado de Hugo Chávez que tanto celebra el grupo gobernante. Pues en ella se comprimen otras que se digieren cotidianamente como un bebé que es desechado como basura, personas que hurgan en los desechos y se disputan los desperdicios, hasta las bandas armadas que exponen su poder frente a la ciudadanía aterrorizada.

 

 

Toda esa iconografía del destrozo ha sido asimilada por una sociedad que comienza a vivir como desplazados, como refugiados al símil de países devastados por la guerra.

 

 

 

Pero aunque la imagen fue retirada por el cuerpo armado, su propósito sigue allí muy vigente. Y ese propósito es tener a raya cualquier expresión que proteste por la falta de alimento. Si bien el joven de las 5 auyamas se convirtió en una referencia insólita para quienes no aceptan la degradación del país, las prisiones venezolanas se están abarrotando de personas que roban o protestan por comida.

 

 

 

Hoy en día en Venezuela es más probable que una persona sea presa y enjuiciada por robar, almacenar, o transportar alimentos, que por ser narcotraficante, asesino o extorsionador.

 

 

 

Todavía están detenidas personas que participaron en las manifestaciones y saqueos que se produjeron en Tucupita, Cumaná, Táchira y Zulia, entre otras en el país, hay presos por robar dos paquetes de harina PAN o por protestar porque desviaron un cargamento de alimentos.

 

 

 

La presencia de la GNB en el control de los abastos y comercios de distribución de alimentos no es solo poner orden en las kilométricas colas sino evitar que la población de desborde por hambre.

 

 

 

 

Por eso en paralelo los colectivos y bandas armadas operan a sus anchas, exponen públicamente su disgusto cuando detienen o matan a uno de sus miembros y si alguno es sentenciado por homicidio sale en libertad al poco tiempo.

 

 

 

 

Mientras la GNB está ocupada en esa tarea de mantener a la población atomizada, el tráfico de drogas, el contrabando de oro, coltán y otros minerales fluyen libres por la frontera.

 

 

 

 

La escasez y el hambre pueden resultar un detonante mucho más sensible que una manifestación de un millón de personas exigiendo elecciones. El Gobierno lo sabe.

 

 

 

Mantener a la población sometida por la necesidad ha sido una política de Estado declarada por los propios voceros oficialistas. Pero sin liderazgo y sin petrodólares esa política solo es viable a punta de fusil.

 

 

 

 

De allí que la imagen del joven con las cinco auyamas no es solo la degradación de un país sino el rumbo eficaz a donde el legado chavista ha querido conducir al pueblo venezolano.

 

 

 

 FranciscoOlivares

  @folivares10

Comparte esta noticia:

Contáctanos

Envíe sus comentarios, informaciones, preguntas, dudas y síguenos en nuestras redes sociales

Publicidad

Si desea obtener información acerca de
cómo publicar con nosotros puedes Escríbirnos

Nuestro Boletín de noticias

Suscríbase a nuestro boletín y le enviaremos por correo electrónico las últimas publicaciones.