Las colas y la escasez, los precios altos y la falta de producción nacional, nada tienen que ver con la Constitución
Las colas y la escasez, los precios altos y la falta de producción nacional, nada tienen que ver con la Constitución. Todo lo contrario. Si las autoridades hubieran seguido la guía constitucional, no nos habrían metido a los venezolanos en este callejón oscuro en el cual los venezolanos sentimos que estamos y todo el mundo, quiero decir el planeta entero, sabe que estamos, menos precisamente quienes con sus decisiones y sus indecisiones, con sus palabras, acciones y omisiones causaron este terrible retroceso nacional.

Nadie dice, y nadie puede decir, que no tuviéramos problemas económicos en 1998. Pero tampoco hay quien no se dé cuenta que estas colas fuera y dentro de los supermercados, frecuentemente durante horas, y también en las farmacias, que este “no hay” que escuchamos repetirse, lo mismo que los precios que suben en nave espacial, o en Sukhoi para no exagerar, son todos “hechos en socialismo”, porque no se conocían.

El modelo económico de la Constitución es uno de libre empresa con intervención del Estado para promover el desarrollo y la justicia social. Usted lee el artículo 112, primero entre los derechos económicos y se encontrará con el principio de la libertad y más adelante pauta, como deber del Poder Público: “El Estado promoverá la iniciativa privada, garantizando la creación y justa distribución de la riqueza, así como la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la población, la libertad de trabajo, empresa, comercio e industria, sin perjuicio de su facultad para dictar medidas para planificar, racionalizar y regular la economía e impulsar el desarrollo integral del país.” Este desarrollo armónico, dice el 299 lo promoverá “El Estado, conjuntamente con la empresa privada…” y enumera sus objetivos: generar fuentes de trabajo, alto valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de la población y fortalecer la soberanía económica del país. Nada de lo cual ha sucedido. La lectura estatista y colectivista de la Constitución hecha por el gobierno, con apoyo de la Asamblea y el TSJ, ha causado que no se creen empleos nuevos en la industria, el comercio, los servicios y el campo; que se produzca menos y se importe más, que la calidad de vida de la gente se deteriore y que seamos más dependientes que nunca del exterior, como se nota en el impacto de las divisas en todo.

Una Asamblea que cumpla y haga cumplir la Constitución, es el comienzo para enderezar las cosas.

 
Ramón Guillermo Aveledo

@AveledoUnidad

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