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Confiscación masiva

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Confiscación masiva

El modelo económico que impulsan quienes están en el poder en Venezuela desde hace más de 14 años se ha convertido en una masiva confiscación de los ingresos de los venezolanos de inhumanas consecuencias para quienes viven de un salario que les es arrebatado en su capacidad de compra por la inflación, que se expresa en el alto costo de la vida, que cada vez está más presionado por la escasez de alimentos y bienes esenciales como consecuencia de la destrucción de la producción nacional de bienes y servicios.

 

No dudo en afirmar que los sufrimientos del pueblo venezolano, como consecuencia de la actual situación económica, son responsabilidad directa del empeño del Gobierno nacional para imponernos un modelo económico antinacional, copiado de modelos fracasados, que impulsa una política inflacionaria que significa aplicar un alto impuesto a los más pobres, que son las principales víctimas de la inflación, sobre todo si se toma en cuenta que el alto costo de la vida en la Venezuela actual tiene su más alta expresión en los precios de los alimentos.

 

Para poner en práctica esta política, tanto el Gobierno como el BCV violan conscientemente y de manera flagrante el texto constitucional, particularmente el artículo 320, que expresa claramente: “En el ejercicio de sus funciones, el Banco Central de Venezuela no está subordinado a directivas del Poder Ejecutivo y no podrá convalidar o financiar políticas fiscales deficitarias”.

 

La afirmación anterior se sustenta en las propias estadísticas del BCV, que reflejan cómo al 23 de agosto pasado la liquidez monetaria alcanzó la cifra de 900,2 millardos de bolívares, 64 por ciento más que en el mismo período de 2012, que estaba en 549,6 millardos de bolívares.

 

Lo cual significa que el BCV ha puesto a trabajar a toda máquina la fabricación de billetes sin respaldo para financiar los déficits de las empresas públicas, lo que agrava los desequilibrios. En los últimos 12 meses el financiamiento del ente emisor a PDVSA y las industrias públicas se disparó y pasó de 111,4 millardos de bolívares a 246,2 millardos de bolívares.

 

La credibilidad del Gobierno cada día está tan deteriorada como la capacidad adquisitiva de la moneda. Cuando Nicolás Maduro se inició en el ejercicio de la Presidencia de la República se comprometió a “torcerle el brazo al dólar paralelo”; los resultados no merecen más comentarios.

 

Por Omar Barboza

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