Estimados compañeros petroleros:
Soy amigo de que los hechos hablan por si solos y no así las opiniones y mucho menos las especulaciones. Es por eso que a continuación presento una breve descripción de mi trabajo en PDVSA entre 1994 y 1999.
Para aquellos que no me conocen o que poco me conocen, me tomo la libertad de aclarar que desde hace 20 años estoy establecido en USA, con excepción de 6 años en Londres durante los cuales estuve en el Directorio del Grupo Royal Dutch Shell, me he mantenido trabajando en tareas de mi profesión como ingeniero de petróleo, y estoy en la Junta Directiva de varias empresas petroleras internacionales, además de ser Asesor en CSIS un think-tank en Washington, D.C.
Desde la Presidencia de PDVSA, tuve el privilegio de conducir la Apertura Petrolera, concebida varios años antes. Dicha apertura muy poco requiere que se la defienda. Fue un complejo proyecto muy exitoso, cuyo objetivo principal fue el de incorporar a la Faja Petrolífera del Orinoco al desarrollo de la estructura operacional y comercial del país (mas allá de las cuencas tradicionales, La Faja habría de proveer un futuro petrolero de mucho mas largo plazo). Para ello se adelantó un proyecto cuyas primeras inversiones fueron en dos unidades de coquización, una por $4,000 millones a cargo de Conoco y otra por $7.000 millones a cargo de la francesa “Total”. Le siguieron otros gigantes, destacándose la Asociación Chevron – Texacoeso y 9hubo de sumarse toda la infraestructura de oleoductos, patio de tanques, muelles, etc en el complejo de Jose en las costas de Anzoátegui, porque hasta ese momento, la Faja era un “gigante dormido” a unos 200 kilómetros de la costa. Simultáneamente se implementaron 37 convenios operativos con empresas mixtas PDVSA-Privados. Resultantes de lo antes descrito, ingresaron al país ~$50,000 millones.
Después habrían de venir otros proyectos de coquización que sumaron capacidades adicionales fortaleciendo a PDVSA.
En otro orden de ideas, se realizaron varios convenios con refinerías internacionales, entre las cuales destaca la de la empresa Hess en St. Croix, que dio origen al mayor contrato de largo plazo de colocación de crudo extra-pesado en el mercado internacional.
La Apertura no solamente permitió fortalecer a PDVSA y a nuestro país, sino que gozó del reconocimiento mundial, tanto en la industria petrolera global, como en foros internacionales y entidades multilaterales. (PDVSA se convirtió en la empresa petrolera No. 2 del mundo, después de Saudi-Aramco).
En cuanto a la integración de las filiales, aunque a algunos les pese, el absurdo concepto de “la competencia perfecta” jamás debería ser adoptado por ninguna empresa con vocación de eficiencia y creación de valor (varias filiales de una misma casa- matriz con tareas similares, jamás deben competir unas con otras). Es importante apuntar, que la integración se tradujo en ahorros por $12.000 millones anuales.
Sin embargo, el proceso se condujo profesionalmente y con el mayor respeto por el personal. Conviene señalar que hoy en día el proyecto de integración de las filiales forma parte de un caso de estudio en la escuela de negocios de Harvard.
No puedo dejar de referirme a la sustitución del CEPET, que ya requería de un nuevo impulso, por el CIED, una universidad corporativa que abrió nuevos espacios a PDVSA y que firmó tres acuerdos internacionales, uno de gerencia con la Universidad de Harvard, uno de petróleo y gas con la Universidad de Tulsa y un tercero con el “Institute for Creative Leadership”, entidad en la cual se estudia el exclusivo programa “Looking Glass”. Fue una entidad caracterizada por su excelencia nacional e internacional, la cual lamentablemente fue desmantelada por el Chavismo, como muchísimas otras cosas en nuestro país.
Para concluir, es importante señalar que la Apertura Petrolera y la Integración fueron discutidas a fondo y aprobadas por la Junta Directiva de PDVSA, después en el Consejo De Ministros y la Presidencia de la Republica y al final en el Congreso Nacional, tal como lo mandaba la ley.
En la discusión de la integración, participó toda la cúpula de la pirámide de las tres filiales juntas, en la cual un grupo de unas 250 personas respaldaron unánimemente la decisión de la integración. (Alli estaban Arnold Volkenborn, Julius Trinkunas, Eduardo López Quevedo, Joaquin Tredinick, Emilio Abouhamad y una multitud de sus empleados). Mención especial merece Trinkunas, quien fue mi asociado en el primer proyecto de integración, el de las refinerías de Amuay y Cardón, que se tradujo en un aumento del volumen intercambiado de 20,000 BPD a 80,000 BPD, al no simplemente enviar lo no requerido, sino optimizando las cargas a las plantas.
Posteriormente, recuerdo sus palabras en mi oficina después de que ese proyecto fue concluido: “Estoy totalmente de acuerdo con lo que estás haciendo en PDVSA, pero ya mi familia está toda en USA y no tengo fuerzas para comenzar esta nueva etapa y por eso me quiero jubilar”. Un excelente profesional y un hombre recto y noble. QEPD.
En las discusiones de la apertura, participaron muchos profesionales petroleros y mas adelante representantes del Congreso Nacional. Algunos nombres, Claus Graf, Luis Urdaneta, Juan Szabo, Carlos Jordá, David Escojido, Vicente Yatas, Fernando Sanchez, Eduardo Blanco, Ramón Espinasa, Nelson Olmedillo, Humberto Vidal, Ronald Pantin, Gustavo Inciarte, Pancho Guedez, Hector Riquezes, Juan Mendoza Pimentel, Luis Pacheco, Tito Boesi, Luis Pellicer, Lombardo Paredes y otros.
Mención especial merece el Ministro Erwin Arrieta Valera, quien venciendo su resistencia inicial, se convirtió en el adalid de la apertura petrolera.
En el Congreso Nacional destacaron entre otros, los nombres de Humberto Calderón Berti, Virgilio Avila Vivas, Ramón José Medina, José Mendoza Angulo y Alexis Matheus, quienes tuvieron que resistir los embates de Alí Rodriguez y Pastora y Pablo Medina.
Hace algunos años mi buen amigo, el geólogo Ernesto Fronjosa, realizó un trabajo al respecto, según me dijo para ser presentado en alguna entidad universitaria.
Quiero finalizar con un mensaje de optimismo dirigido a nuestro valiente pueblo. Venezuela está a punto de superar el caos reinante como resultado de 20 años de dictadura. Es el momento de la unidad de todos los venezolanos como hermanos, sin egoísmos ni propósitos ocultos. El gobierno nacional dirigido eficientemente por Juan Guaidó merece el respaldo de todos los venezolanos. Ni los sectarismos ni las rivalidades, y mucho menos el odio y las calumnias, deben tener espacio en el propósito común de superar finalmente el desastre que aflige a nuestra querida Venezuela. En esta nueva etapa de nuestra vida republicana, hay que abandonar los apetitos de poder y el “quítate tu para ponerme yo”.
Ojalá que odios, calumnias y bajezas como las que dieron origen a tener que presentar mi caso ante el país, desparezcan de nuestro nuevo mundo.
Luis E. Giusti L.
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