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Más que la venta de libros, Lugar Común promueve el encuentro cultural

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Más que la venta de libros, Lugar Común promueve el encuentro cultural

 

En un país en el que la crisis económica ha causado el cierre de un gran número de empresas y la burocracia se convierte en un obstáculo para emprender, aún hay personas que asumen riesgos y encuentran oportunidades de seguir creciendo.

 

 

 

En la calle Jalisco de Las Mercedes hay un nuevo sitio que permite al caraqueño no solo conseguir las novedades del sector editorial, sino también reflexionar sobre lo que sucede en Venezuela. Con grandes ventanales y escondida entre plantas tropicales, se inauguró hace dos semanas una librería que forma parte del concepto Lugar Común.

 

 

 

El proyecto que comenzó en 2012 frente a la plaza Altamira Sur, hoy suma otros cuatro: el año pasado pasaron a formar parte de la familia Lugar Común las librerías Alejandría de Plaza Venezuela, Paseo Las Mercedes, la del centro comercial Alto Prado de Mérida y la de la isla de Margarita, esta última en alianza con el restaurante Amaranto.

 

 

 

 

“Lugar Común nació hace cinco años como un producto de la crisis. En momentos como estos hay dos opciones: llorar o hacer pañuelos. Nosotros decidimos hacer pañuelos. Emprendimos con la idea de ser un proyecto de resistencia cultural”, expresa Garcilaso Pumar, uno de los fundadores de la librería.

 

 

 

No todo el que visita Lugar Común adquiere un libro. Más que una librería ha sido concebida como un sitio de encuentro y promoción cultural, donde es posible ojear una publicación, tomar un café y salir sin comprar. Pumar está convencido de que lo que no se muestra no se vende, así que no imagina una librería en la que las personas no puedan leer las obras. “Entendemos la gestión cultural anclada en el libro, más allá de vender somos productores de experiencias. Tomar un café o sentarte a conversar es exactamente el ejercicio democrático que queremos rescatar”.

 

 

 

La lectura se ha convertido en el refugio de las personas que desean buscar respuestas y entender lo que pasa en la actualidad. Libros de historia, poesía, ensayos políticos, reportajes y crónicas son los más vendidos. Si bien es cierto que la crisis y las protestas de estos últimos meses han incidido en las ventas, Pumar afirma que hay un grupo de venezolanos que sigue comprando textos. Su catálogo está integrado en su mayoría por obras literarias de editoriales nacionales y algunas internacionales que tienen presencia en el país. También venden de segunda mano.

 

 

 

Permanecer en silencio no es una norma. Conversatorios, foros y conciertos, en su mayoría gratuitos, son algunas de las actividades que suelen organizar. En ocasiones han tenido que instalar cornetas frente a la entrada de su sede en Altamira Sur porque queda gente sin poder entrar. “Nos planteamos una programación democrática y diversa. La cultura no puede ser excluyente, es necesario que todas las voces tengan un espacio”, dice el editor y librero.

 

 

 

Aunque se mantiene el concepto en todas las sedes, cada una tiene personalidad propia y se gestiona de forma independiente. En Lugar Común la figura del librero es fundamental para el funcionamiento del local. “No es un vendedor. Es una persona capaz de entender la pasión ajena e incrementarla. Está capacitado para mostrarle nuevos títulos a esa persona que en la mayoría de los casos no sabe lo que está buscando”, expresa Pumar.

 

 

 

No descarta incursionar en otras regiones del país. Entre sus planes está llegar a los sectores populares y abrir una librería en el casco histórico de Petare. “No tenemos un plan B. Vamos a seguir en Venezuela. Nuestra función es permanecer de puertas abiertas haciendo una propuesta cultural permanente que le permita a la gente conseguir un área para pensar y entender lo que está pasando”, finaliza.

 

 

 

Un concurso sin ganador 

 

 

 

El jurado del Concurso Anual de Poesía Lugar Común decidió declarar este año el premio desierto. Luego de revisar 180 manuscritos, Igor Barreto, Luis Moreno Villamediana y Diómedes Cordero coincidieron en que ninguno merecía ser acreedor de 1,2 millones de bolívares y la publicación de la obra ganadora en español e italiano.

 

 

 

“El Premio de Poesía Lugar Común es un reconocimiento a la calidad y al mérito. Entre las cláusulas del concurso está la posibilidad de declararlo desierto. Sería terrible y ridículo premiar un libro que no tiene los méritos según el jurado”, expresó Garcilaso Pumar. El concurso patrocinado por la Embajada de Italia volverá a hacer la convocatoria el próximo año.

 

 

 

En su anterior edición resultó ganador Con los días arqueados de Luis Eduardo Barraza.

 

 

 

EN

Por Confirmado: Oriana Campos

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