Los muertos en la Franja de Gaza por fuego israelí desde que Israel comenzó su ofensiva en octubre de 2023 llegaron este sábado a 67.074, según los datos publicados por el Ministerio de Sanidad del enclave, que ha sumado 66 fallecidos el viernes y otros 720 de días anteriores que no habían podido ser verificados hasta ahora.
Los datos de Sanidad indican que ya son 169.430 los heridos registrados en estos dos años, y advierte de que hay aún víctimas entre los escombros que no han podido ser rescatadas.
Respecto a los cientos de muertos añadidos al recuento, indica que se han agregado después de que sus datos fueran «completados y aprobados por el comité judicial encargado del seguimiento de los informes y del expediente de personas desaparecidas».
Entre los 66 muertos registrados el viernes, 6 fallecieron cuando intentaban conseguir comida en las inmediaciones de centros de ayuda humanitaria de la controvertida Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, en inglés) o de los escasos camiones de la ONU y otras organizaciones internacionales.
Así, 2.603 gazatíes han muerto cuando trataban de conseguir alimentos desde que a finales de mayo Israel implantara este nuevo sistema de reparto a través de la fundación estadounidense, según Sanidad.
Además, otros 19.094 resultado heridos intentando conseguir comida en ese tiempo, después de que este viernes llegaran a los hospitales gazatíes 40 pacientes con lesiones producidas mientras trataban de conseguir ayuda humanitaria.
Mueren de hambre otros dos niños gazatíes
Dos niños gazatíes murieron el viernes por causas relacionadas con la desnutrición y la hambruna, lo que eleva a 459, incluidos 154 menores, el número total de muertes por ese motivo en la Franja de Gaza desde octubre de 2023, según el último recuento del Ministerio de Sanidad gazatí.
Solo desde el pasado 22 de agosto, cuando un organismo internacional avalado por Naciones Unidas declaró oficialmente la existencia de una hambruna en la ciudad de Gaza y áreas aledañas, se han registrado 181 muertes, incluidos 39 niños.
El informe publicado por ese comité indicó que un total de 1,6 millones de gazatíes sufren hambre, entre ellos una tercera parte (más de 640.000) de manera crítica, al padecer de una privación extrema de alimentos, mientras que el resto de la población se encuentra en situación de «crisis alimentaria».
Israel no permite la entrada masiva de ayuda humanitaria de camiones de la ONU desde hace más de seis meses -alegando que el grupo islamista Hamás se beneficia de estos suministros-, e implementó un sistema de reparto de alimento a través de unos complejos militarizados, la mayoría en el sur del enclave, obligando a la población a desplazarse hasta ellos.
Frecuentemente, las tropas israelíes han abierto fuego cerca de estos puntos a fin de dispersar a las miles de personas que acudían en busca de algo de comida.
Según indicó el ministerio gazatí el miércoles, unos 2.500 palestinos han sido asesinados en sus alrededores o cerca de los puestos de control militares por donde pasan los escasos camiones que Israel sí deja entrar.
Este pasado lunes el presidente estadounidense, Donald Trump, presentó en la Casa Blanca un plan de 20 puntos destinado a alcanzar la paz en ese enclave.
Su propuesta, aceptada por Israel, prevé un alto el fuego inmediato en Gaza, la retirada progresiva del Ejército israelí, la liberación total de los rehenes a cambio de la liberación de centenares de presos palestinos y el envío de ayuda humanitaria a través de las Naciones Unidas.
El líder republicano dio a Hamás de plazo hasta este domingo para contestar, pero el grupo islamista señaló ya el viernes su disposición a liberar a los rehenes si se dan las condiciones sobre el terreno y a negociar de inmediato a través de los mediadores el resto de puntos del proyecto.