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La hora de todos

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La hora de todos


Las recientes medidas tomadas en Bogotá recuerdan la importancia de la responsabilidad individual.



El avance de la pandemia en el mundo ha permitido conocer no solamente este virus nuevo, llamado Sars-CoV-2, sino también sus efectos sobre el organismo y algunos elementos que desde el campo epidemiológico permiten aplicarse para contener su avance.

 

 

Lejos de dogmatismos y discusiones que no aportan nada en momentos en los que el país atraviesa la fase de aceleración de los contagios en búsqueda de un pico, que algunos dicen está cada vez más próximo, las recomendaciones que hacen los epidemiólogos deben tenerse en cuenta como aporte de todos en la lucha contra este flagelo inédito.

 

 

Es el caso del llamado al confinamiento de las personas que padezcan hipertensión, diabetes u obesidad, bajo la premisa de que estas comorbilidades, en conjunto con la edad avanzada, favorecen la aparición de formas complicadas de covid-19. Las estadísticas así lo dicen, no solo en Colombia, sino en el mundo.

 

 

Las recomendaciones de los epidemiólogos deben tenerse en cuenta como un aporte de todos en la lucha contra el flagelo.

 

 

Sin embargo, aquí hay que aclarar que estas sugerencias, si bien son dictadas por la máxima autoridad distrital, exigen de la voluntad de los potenciales afectados, que no deben tomar esto como una medida policiva, y de las EPS, que están en la obligación de garantizar a los afiliados la atención para compensar sus males e, incluso, los medicamentos y el soporte a domicilio.

 

 

De igual forma, de los empresarios y empleadores, que deben proporcionar las garantías para que estas personas se puedan mantener en su casa sin correr riesgos propios del entorno laboral. También, de las familias y la comunidad en general. Y asimismo de las autoridades, que no se pueden limitar a emitir normas, sino que deben favorecer su cumplimiento.

 

 

Esto porque llegó el momento en que todos, sin excepción, tienen que poner de su parte para que colectivamente se enfrente un problema que por primera vez exige la responsabilidad global y tiene la facilidad de colarse por cualquier grieta que se le deje.

 

 

Aquí vale la pena reforzar el llamado a la imperiosa necesidad de las medidas de bioseguridad a todo nivel, frente a lo cual no se puede dar ninguna tregua, incluso en los espacios domiciliarios, donde también se ha demostrado que están ocurriendo los mayores contagios de las personas más vulnerables.

 

 

Tampoco sobra hacerles un llamado a los tomadores de decisiones para que en medio de esta coyuntura adapten medidas de salud pública que, aunque retrasadas, hoy se tornan necesarias. Es el caso, como lo acaba de hacer el Reino Unido, de buscar el apoyo de los empresarios para limitar el consumo de comida chatarra, bebidas azucaradas, cigarrillos y productos derivados del trabajo, y fomentar a todo nivel el consumo de comida saludable. Sin dejar de lado que, a pesar de la cuarentena, también hay que insistir en la actividad física y en la atención emocional.

 

 

El asunto ya no es solo de respiradores y UCI, sino de comportamientos generales y, por encima de todo, de tener claro que de la responsabilidad individual, proyectada hacia lo colectivo, dependerá el futuro inmediato de todos en términos de bienestar. Es hora de actuar en conjunto.

 

 


Editorial: El Tiempo.com

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