El jugo de tomate es un invento relativamente nuevo; dicen que se creó en 1917, como sustituto de emergencia del jugo de naranja en un hotel de lujo en Indiana, Estados Unidos. Este refrescante jugo, además de ofrecer una alternativa a los de costumbre, tiene muchos beneficios pues aporta antioxidantes(en especial licopeno), vitaminas A, C y K, además de varias del grupo B, y minerales como potasio, magnesio, hierro y fósforo. Como si fuera poco, ayuda a reducir los niveles de colesterol malo.
Comúnmente, se consigue jugo de tomate de diferentes marcas, incluso algunos preparados para cocteleríalistos para hacer Bloody Mary, pero al hacerlo en casa no solo ahorras, evitas el sodio añadido que pueda tener y estás disfrutando de algo completamente fresco.
Ingredientes
1 kilo de tomates bien maduros
3/4 taza de célery (apio España) picado en trozos grandes
1/4 taza de cebolla (opcional) picada en trozos grandes
1/2 cucharadita de sal (opcional)
Pizca de pimienta negra
Un par de dashes de salsa Tabasco (opcional)
1 cucharadita de azúcar
Preparación
Pela los tomates retira sus semillas y trocea. Coloca en una olla no metálica y agrega la cebolla, el célery, el Tabasco, la pimienta, azúcar y sal, y luego tapa. Deja cocinar a fuego medio durante media hora o hasta que estén suaves los tomates.
Retira el célery y la cebolla. Pasa los tomates por un moledor o usa un colador chino (metálico y de forma cónica) o tamiz metálico.
Descarta los sólidos y guarda el líquido en la nevera. Dura aproximadamente 5 días refrigerado.
Fuente: cocinayvino