A las puertas del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Vargas, solo quedan algunos papeles batientes, muy remarcados, que advierten sobre el horario de atención y dan algunas indicaciones, pero la realidad es que desde el pasado 15 de mayo la unidad perdió su capacidad de procesar biopsias y otros exámenes especializados.
Desde ese entonces, más de 180 muestras de tumores, que suponen el mismo número de personas, permanecen represadas en la Unidad de Histología, que se encarga de los estudios de tejidos, por la ausencia de alcohol absoluto y los reactivos necesarios para procesarlas.
Así lo relató Teresa Gledhill, encargada del servicio de Anatomía Patológica y docente de la Escuela de Medicina José María Vargas, al indicar que la inoperatividad del centro limita la pesquisa de cáncer, lo que retrasa el tratamiento a los pacientes afectados.
Nathalia Fermín, quien padece de cáncer de mama por segunda vez, contó que en mayo pasado fue operada en ese hospital para estudiar su caso, tres meses después de la intervención aún no tiene certeza sobre el tumor que, según dijo, le arrebata las ganas de vivir. «No puedo darle más larga a esta enfermedad, por eso me pagué el estudio en la clínica La Florida», afirmó.
A pesar de la incapacidad del servicio, los médicos del área de cirugía aseguran que continúan extrayendo muestras para biopsias, pues explican que es la única forma de detectar tejidos malignos, por lo que los pacientes deben costear los gastos en el sector privado
En el Hospital de Niños J.M. de Los Ríos los representantes de algunos pacientes reportan que deben esperar hasta seis semanas por la entrega de una biopsia que les permite descartar si padecen de cáncer. En los hospitales Jesús Yerena de Lídice, El Algodonal y centros de choques como el Periférico de Coche y Los Magallanes de Catia, tampoco estudian tejidos.
Un año cerrado
El Instituto Anatomopatológico de la UCV, que atiende a los enfermos del Hospital Universitario de Caracas y es la principal referencia en casos de contingencia, tampoco escapa del escollo. En ese centro el servicio de Inmunohistoquímica tampoco puede determinar marcadores tumorales porque lleva más de un año cerrado al público, según alertó el personal de salud.
Emigdio Balda, decano de la Facultad de Medicina de la UCV, explicó que se trata de un servicio importante que permite tipificar (clasificar) el tipo de tumor que afecta a los enfermos oncológicos. A juicio de Balda, la coyuntura del instituto que depende en buena parte del Ministerio de Salud, no es un hecho aislado de la red pública.
«Lo que estamos viviendo es un problema de país. Hay que ver las cosas como un todo para establecer prioridades. No hay reactivos porque éstos se compran con dólares y eso es un problema de la economía».
Ghislaines Céspedes, coordinadora de ese servicio, precisó que están en conversación con el Ministerio de Salud para reponer los insumos, puesto que muchos no están disponibles en todo el país.
De no ser por algunos materiales donados por el Universitario de Caracas, el Instituto Anatomopatológico habría cerrado sus puertas hace quince días. El decano de la Facultad de Medicina, dijo que el hospital «ayuda mucho, con presupuesto y personal», para evitar el cierre definitivo del centro, donde los médicos cursan estudios de posgrados.
Andrés Ruiz, presidente de la Sociedad de Anatomía Patológica, detalló que la falla de materiales asciende a más de 60%, en esa área. Agregó que la crisis trastoca a los laboratorios privados. Ruiz explicó que en condiciones normales el proceso de diagnóstico de una anomalía dura solo una o dos semanas. Destacó que la falta de patólogos también es otra limitación. «Los precios de esos estudios son muy elevados en la clínicas por las falta de divisas».
JULIO MATERANO
EL UNIVERSAL
