Todos sabemos que el «amarillismo» es un tipo de periodismo que emplea noticias con titulares llamativos, escandalosos o exagerados en un intento por aumentar ventas de forma rápida, sin profundizar demasiado en los sucesos. ¿Pero te gustaría saber de dónde proviene este peculiar término? Averígualo aquí.
Una batalla periodística
Hacia el final del siglo XIX, dos tabloides neoyorkinos entablaron una batalla periodística, para ver quién se quedaba con los lectores. Estos competidores eran el New York World (de Joseph Pulitzer) y el New York Journal (de William Randolph Hearst). Este pugilato mediático duraría desde 1895 hasta 1898.
Para alcanzar a un público más amplio, ambos periódicos redujeron entonces el contenido escrito de sus páginas, acudieron al uso de colores brillantes para su publicidad e incluso pagaron para obtener primicias antes que los demás periódicos.
Este enfoque, que dejaba la ética a un lado, ganó simpatizantes en un primer momento, en especial entre los lectores provenientes de las clases más populares, pero eventualmente otros periódicos empezaron a criticar las tácticas deshonestas empleadas por el New York World y el New York Journal.
Para aquel entonces ambos periódicos mantenían una tira de dibujos, llamada The Yellow Kid. La tira presentaba a un niño, con un enorme camisón amarillo, que vivía en los barrios pobres de la ciudad, entre vagabundos y otros seres marginados.
El chico amarillo y el «amarillismo»
El lenguaje soez y la mentalidad cruel de la que la tira del chico amarillo hacía gala pronto servirían para que la competencia más profesional de Pulitzer clasificara su trabajo como «periodismo amarillo». El medio New York Press fue el primero en acuñar el término, a principios de 1897.
Aunque este diario no definió el término de inmediato, en 1898 publicó un artículo titulado “We called them yellow because they are yellow” («Los llamamos amarillos porque son amarillos»). El encabezado del texto es un juego de palabras en inglés; en la lengua anglosajona yellow alude tanto a amarillo como a cruel y cobarde.
Así fue como el término «amarillismo» empezó a ser empleado para referirse a cierta práctica periodística que actúa al margen de lo que la ética de la profesión dicta. Esta terminología se sigue utilizando aún hoy día.
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