La historia que comenzó a partir de una afrenta más de un funcionario llegó feliz a puerto. La palabra gocho/gocha identifica en el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española a los naturales de los Andes venezolanos. Entre tanta desazón, es un logro, una victoria que premia el esfuerzo y la constancia del historiador y político Walter Márquez y de la periodista Mariana Duque.
El asunto se inició luego de que José Vielma Mora, exgobernador del estado Táchira, arremetiera, micrófonos al frente, una incitación al desbordamiento para estos hombres, contra lo que, según él, significa gocho: bruto, cochino, asqueroso, pecueco, sabañón. Fue por allá por 2015, lo oyeron, entre otros, la periodista Duque y luego Márquez, que vio y escuchó la “disertación” de Vielma Mora. Ambos se propusieron investigar sobre el origen y trayecto y acepciones de la palabra y, una década después, la RAE la incluye en la actualización de 2025. Nada se alcanza de un día para el otro.
En este artículo de El Nacional está la historia contada por sus protagonistas y, de remate, ese final feliz que consagra, como destaca el académico de número de la Academia Venezolana de la Lengua Francisco Javier Pérez, lo que ya era un uso extendido entre nosotros: por gocho o gocha nos referimos a los nacidos en los estados Táchira, Mérida y Trujillo. “Ahora la Real Academia de la Lengua le dio partida de nacimiento a la palabra gocho como un concepto moderno, contemporáneo”, añade Márquez.
Para la periodista Mariana Duque el reconocimiento de la RAE a las personas nacidas en nuestros Andes hace que se identifiquen con orgullo con la palabra gocho. Tanto ella como Márquez han recibido numerosas muestras del afecto de gente de todo el país hacia los gochos, gente afectuosa, trabajadora, noble y, ciertamente, de palabra.
“No en vano a San Cristóbal, la capital del estado Táchira, se le dice la ciudad de la cordialidad”, recuerda Duque.
Quizás el lanzador de beisbol más destacado de cuantos hayamos tenido en la historia de este deporte en el país, Johan Santana, merideño, unió el apelativo de “gocho” a su brillante trayectoria en los mejores campos de pelota del mundo. Y Carlos Andrés Pérez convirtió la palabra en el mensaje de su exitosa campaña presidencial de 1988. Solo mentes calenturientas, cuya ejecutoria pública los desnuda, usan con fines de desunión y enfrentamiento una expresión que forma parte del habla de los venezolanos y de la identidad de una buena porción de ellos.
La perversión del lenguaje desde el poder también merece una investigación porque ha sido empleada para ridiculizar, minimizar y despreciar a compatriotas, como una estrategia más de dominación y exclusión. Todo está en la palabra, decía Neruda, y con esta de gocho, gocha, se reconocen las personas de nuestros Andes y los reconocemos, admirados, los venezolanos de todas partes y en todas partes.
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