La crisis en el Rosario Vera Zurita, único hospital de Santa Elena de Uairén, en la frontera con Brasil, es el guión de una película de terror. 22 personas murieron en julio por la escasez de insumos y mal estado de las instalaciones. Maigualida Hernández, coordinadora de Vente Venezuela en el municipio Gran Sabana de Bolívar, denuncia que el personal médico hasta ha tenido que inyectar a varios pacientes con una misma jeringa.
“El 31 de julio murió un bebé warao de dos meses, por deshidratación. Han muerto varios pacientes. El personal que labora en el hospital contó 22 en el mes de julio. No hay oxígeno, por lo que si hay un paro cardíaco, la cosa se pone muy peligrosa. Aquí no hay banco de sangre. Ni siquiera los cubanos en el CDI tienen comida, allá los cubanos hasta se están muriendo de hambre”, es parte de su relato.
Prensa Vente Venezuela
Techos rotos. “Son cataratas de agua las que entran por los techos. Están las tuberías rotas”, narra Hernández. Detalla que la semana pasada, los pacientes llegaron a no tener qué comer durante la tarde. “Los diabéticos se las ven negras para cumplir su dieta, hay días que no cumplen con su tratamiento”, añade. Los médicos que van desde distintos puntos del país a hacer su servicio rural deben estar hacinados y “muchos de ellos tienen hasta cuatro meses sin cobrar”.
Las enfermeras de ese centro de salud bolivarense están en protesta. Con casi nada de insumos atienden como pueden a los pacientes que allí llegan. Otros gremios han anunciado que próximamente se unirán a la acción. Varios enfermeros están siendo amenazados de despido por rebelarse ante toda la situación en el hospital. El director del centro ya solicitó la nómina de pago para excluir de la próxima quincena al personal en protesta.
El alcalde Manuel Vallés y el gobernador Francisco Rangel Gómez están al tanto de lo que allí pasa. Tan enterados, que el mismo gobernador fue retenido hace un mes en el aeropuerto local por parte de los pemones teurepanes para que constatase el peligro que representa que un hospital que atiende a más de 35 mil personas esté sin rayos x, laboratorio, personal de cirugía, traumatólogos, hipertensivos, antipiréticos, tratamientos para el paludismo.
“Solo unas vendas” fue lo que el gobernador envió después al centro de salud. De todo esto da cuenta Maigualida Hernández, del partido azul. Añade que, ante todo este horror, la gente tiene que dirigirse a Paracaima, en Brasil, porque allí sí hay medicamentos.
EN