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Cocktail de virus con gasolina

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Cocktail de virus con gasolina



 
Cualquiera que haya tenido que salir de su confinamiento en estos días puede haberse dado cuenta de que en las kilométricas colas que hacen los conductores para poner gasolina, muchos se reúnen a hablar sin mascarillas ni guantes. Los guardias nacionales y los policías que custodian las estaciones de servicio tampoco cumplen con las normas para evitar el contagio con covid-19.

 

 

En medio de este desorden, como bien se señalaba en el editorial de ayer, se conoce la noticia de que la Organización Panamericana de la Salud logró que tanto el régimen como la oposición firmaran un acuerdo de colaboración para luchar contra el virus que tantas vidas se ha llevado a escala mundial.

 

 

Si bien es cierto que cualquier acuerdo que persiga el objetivo de salvar a los venezolanos de una catástrofe mayor a la que ya viven por culpa del régimen es una buena noticia, poco se aclara en qué consistirá esta colaboración. Esperan los ciudadanos que se dejen entrar al país a los especialistas y los insumos necesarios. Que se levanten hospitales de campaña en los que puedan colaborar los cientos de médicos venezolanos formados en nuestras mejores universidades.

 

 

Todavía no se sabe nada en concreto. Debe ser por eso que algunos critican el hecho de que ambas partes hayan firmado. Por lo menos hay que decir que llama la atención que se hable de gobierno y oposición, cuando la mayoría de los venezolanos considera que la oposición ejerce en realidad el gobierno interino.

 

 

Es un paso importante, como bien afirmó la Embajada virtual de Estados Unidos en su cuenta de Twitter, pero no es el definitivo ni puede ser el último. Se trata de un pacto de urgencia, requerido para tomar medidas que salven miles de vidas en el país, sobre todo cuando el régimen mismo crea un despelote flexibilizando la cuarentena en pleno pico de infección. Lo dicen los números que ellos mismos manejan y que nunca se sabrá cuán maquillados están.

 

 

Lo cierto es que por lo menos se logró que el régimen reconociera que es incapaz de lidiar con una enfermedad de las características de covid-19. Se logró que aceptaran ayuda de afuera y que permitieran la movilización de especialistas asesorados por médicos como Julio Castro.

 

 

Los venezolanos van a necesitar mucha ayuda, porque con el caos originado por la venta de gasolina iraní son muchos los que han olvidado que existe la pandemia. Cientos de personas pasan noches enteras dentro de sus automóviles sin ni siquiera agua con la que lavarse las manos. A pleno sol los tapabocas son casi insoportables y la respiración caliente obliga a muchos a dejarlos de lado. El tedio de pasar horas sin nada qué hacer lleva a la gente a interactuar sin tomar en cuenta los dos metros de separación. En fin, que el caldo de cultivo está activo.

 

 

La prioridad en este momento es la atención médica de los venezolanos, porque hace mucho tiempo que no cuentan con una de calidad. Y esto último es responsabilidad del régimen. Es por esto que si queremos una solución definitiva, hay que seguir luchando por una transición democrática.

 

 

 

Editorial de El Nacional

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