Desde las 4:30 de la mañana, los “cuidapuestos” llegan a las afueras del Edificio Nacional para ganarse el pan. Entre 450 y 600 bolívares cobran por hacer una sola cola al día y darle a su cliente el privilegio de pasar antes de las 9:00 de la mañana.

Bien abrigados para aguantar el frío de la madrugada siempre tienen las manos ocupadas. En una llevan un vaso de café negro para aguantar el sueño y en la otra un bolígrafo y una hoja tamaño carta con el nombre de su cliente anotado que cuidan más que un preciado tesoro.

Los cuidapuestos están pendiente cada vez que llega una persona, cuidan su puesto como un perro su territorio, y le dan la hoja a las personas para que se anoten y hagan una lista que crece con el paso de las horas, pues han garantizado a su cliente que entrará de primero.

El trabajito que más le sale es guardar el puesto para las personas que van a registrar el título universitario, también muchas personas los buscan para tramitar las partidas de nacimiento.

Un poco antes de las 8.00 de la mañana, su cliente llega y se saludan como si fuesen sus familiares, los más prudentes entregan en un sobre su pago y otros los hacen frente a todos, sin pudor ante quien madrugó para hacer su cola.

William Croes Ayala

La Prensa