El primer ministro defiende hoy en Los Comunes su estrategia europea entre llamadas a buscar una nueva relación con la UE «a la suiza» de los suyos y críticas de empresarios y laboristas.
El primer ministro británico, David Cameron, llamó anoche al nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para felicitarle por su nombramiento al frente del Ejecutivo comunitario. El voto el viernes pasado de los jefes de Estado y gobierno de la UE dejó al Reino Unido en una situación de «aislamiento espléndido», según la expresión de algunos medios, apoyado solo por Hungría frente a los 26 socios restantes, que apoyaron al candidato luxemburgués a pesar de la feroz oposición del «premier» británico.
Según ha explicado un portavoz de Downing Street, los dos líderes «discutieron sobre cómo trabajarán juntos para hacer la UE más competitiva y flexible». «El primer ministro agradeció el compromiso del señor de Juncker de encontrar un marco justo para Gran Bretaña, y el señor Juncker expresó su compromiso total con encontrar soluciones a las preocupaciones políticas del Reino Unido», según el portavoz de Cameron.
Cameron tendrá que justificar hoy ante Los Comunes lo que muchos analistas califican como una sonora derrota, en un debate en el pleno sobre el nombramiento de Juncker y el infructuoso intento de Cameron de impedirlo. En el corto plazo, los dos políticos tendrán que negociar las competencias y rango del futuro comisario británico en el nuevo Ejecutivo comunitario. Se da por hecho que Londres aspira a una de las tres grandes carteras económicas, la de Mercado Interior, la de Competencia que ostentaba hasta ahora el español Joaquín Almunia, o la de Energía.
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