Desde el principio

Quieren llegar a las elecciones parlamentarias con el menor número de medios independientes posible

De Barquisimeto vengo compañeros! Es la capital de la capital de la música venezolana

-Me angustia la amenaza contra Tal Cual, me dice Ramón Guillermo Aveledo.

No es para menos. Este diario proclama lo que siente el país, respeta el pentagrama de las opiniones y preserva la dignidad de la disidencia. Se ha convertido en la próxima presa. El régimen quiere imponer un modelo certificadamente inservible acompañándolo de violencia, odio y descalificación contra quienes no guarden silencio frente al oscuro destino del país. No aceptan que fracasaron. Atribuyen a conspiraciones imperiales el naufragio de sus fantasías y promesas. Con rabia infantil se ensañan contra las voces que las pongan en evidencia.

No pueden afrontar la borrasca que han desatado sin escuchar a los demás, sin procurar acuerdos mínimos con la MUD. Evitar el barranco siempre es posible pero la salida quedará sellada a piedra, hierro y lodo si se insiste malignamente en culpar, escarnecer y perseguir a la oposición. Silenciar a TalCual le duele a los venezolanos honrados más allá de preferencias políticas, pero a quien más afecta, así no le sea dado admitirlo, es al jaqueado gobierno que no puede con el timón y se niega a escuchar las ideas ofrecidas por los reductos de opinión libre y entre ellos el diario dirigido por Teodoro Petkoff.

¡Ah mundo, Barquisimeto! ¡Cuántos amigos extraordinarios tengo en esa histórica provincia! ¿Provincia? Es uno de los estados más pujantes de Venezuela. Conserva en la carne valores que durante largos años arraigaron en la sociedad La solidaridad humana, la libertad, la democracia, la tolerancia, la capacidad de dialogar, el respeto a la opinión adversa, y una firmeza militante para enfrentar las furias del retroceso -Para ustedes, bromea Ramón Guillermo, lo único que existe es Caracas. Lo demás es provincia, monte y culebra.

Durante el bellísimo homenaje que le ha brindado el pueblo a ese ilustre barquisimetano que es Ramón Guillermo, puedo apreciar vívidamente la pervivencia de aquellos valores. Los excelentes discursos de Aveledo, del alcalde Alfredo Ramos y del gobernador Henri Falcón dan cuenta de un gran potencial democrático. La popularidad de estos tres personajes es masiva, refleja sin esfuerzos su condición de intérpretes de Lara, de Barquisimeto.

No se trata solo de discursos. Una manifestación de afecto como aquella, expuesta por una tierra de armonías, sería incompleta sin la actuación musical de grupos y ejecutantes de impresionante calidad.

-José Antonio Abreu no es larense de nacimiento, dice en su discurso Ramón Guillermo, pero en esta tierra emprendió su exitoso ascenso en la dirección orquestal y la formación de grandes maestros.

Venezuela está tocando fondo y el mundo se ha ido percatando. Las calamidades aturden. Unas solapan otras. Al atribuir a la oposición los profundos daños que el régimen ha irrogado al país, exacerban la paciencia colectiva y desnudan su ineptitud frente a su propia militancia. Chávez hizo milagros para vender un modelo inservible y crear una mística militante que le aseguró varios años de mayoría popular.

-¡Qué no hubiera hecho Cuba con tanto petróleo!, le escucharon clamar a Fidel.

No estoy seguro de la autenticidad de la anécdota fidelista pero sí que en Venezuela la era del gasto infinito para financiar el soborno social está concluyendo.

Lo estaba antes de la caída del precio internacional del petróleo sin que se pueda asegurar si la tendencia a la baja se mantendrá o el azar del mercado reimpulsará el alza. Dos circunstancias parecen indicar que la cosa no será fácil.

La primera es el exceso de oferta por el vigoroso crecimiento de la producción de EEUU, principal consumidor mundial de energía. La tecnología termina ayudando a los países desarrollados, afirmaba Herbert Marcuse en un tiempo de exaltaciones. Creía este afamado profesor socialista, integrante de la escuela de Frankfurt, que la tecnología había superado a Marx: la libertad económica podría lograrse bajo el capitalismo porque la imparable tecnología multiplicaría la oferta de bienes materiales al punto que cada uno recibiría finalmente lo que necesitara, sin algo tan complicado como hacer revoluciones.

La segunda es el fin de una «regularidad» con apariencia de ley. Cuando en las regiones petroleras brotaban problemas, los precios se disparaban. Ahora no está ocurriendo así. La supuesta ley ha sido derogada. Por ejemplo, la arremetida del EI cuyo designio es abolir la cultura contemporánea, no ha impactado los precios.

Para quienes se resisten a apreciar la realidad mentir y silenciar medios son armas de sobrevivencia. Pero no muchos corean ya la lata de las conspiraciones. Las aburridas quejas contra Uribe, la derecha, el imperio y no se extrañen que Mónica Lewinsky, nunca aportan pruebas. Incluso un hombre agradecido como el presidente Morales dedicó su merecida victoria al fallecido Chávez y al desactualizado Fidel… pero no a Maduro. Hasta en el ALBA hay una cierta inclinación a tomar distancia, sin dejar las retóricas lealtades.

El poder esgrime el garrote de Trucutú. Callar la insolencia de TalCual les parece esencial. ¡Que no lleguen las parlamentarias sin suprimir los medios independientes! No saben mandar. Saldrán por el voto democrático y la voluntad superior de los partidarios del cambio. Sufrirán una derrota provechosa para ellos porque vivirán en una democracia que los incluye. Los gárrulos, incorregibles volverán quizá a sus oscuras madrigueras.

En Barquisimeto el diario El Impulso anuncia con gran despliegue el homenaje a Ramón Guillermo. El poder intentó infructuosamente destruir ese diario. Y uno se pregunta: -.-Si El Impulso pudo, ¿por qué Tal Cual no? Yes, we can.

Editorial de Tal Cual

Americo Martin