En el último día de más de tres semanas de un proceso que expuso la vida privada de Johnny Depp, su abogado pidió este martes a la justicia «lavar el nombre» de la estrella, que demandó al tabloide The Sun por haberle calificado de marido violento.

Acusaciones mutuas de violencia, consumo de drogas o sospechas de infidelidades: la vida de la pareja que formaba la estrella de «Piratas del Caribe» con la actriz estadounidense Amber Heard quedó expuesta a vista de todos ante la Alta Corte de Londres, hasta los detalles más escabrosos.

En el último día de las audiencias, la actriz de 34 años se acercó a la prensa para declarar que habría preferido no acudir al proceso, en el que estaba citada en calidad de testigo de The Sun.

«Mantengo mis declaraciones», dijo Amber Heard, y señaló que los «detalles más traumatizantes y más íntimos» de su vida con Johnny Depp fueron expuestos ante la justicia y «difundidos en el mundo entero».

En la sala de audiencias, tras haber escuchado los alegatos finales de las dos partes, que durante el proceso intercambiaron acusaciones mutuas, el juez Andrew Nicol dará a conocer su deliberación en una fecha posterior.

El abogado del actor, David Sherborne, cargó con dureza contra el artículo de abril de 2018 en el que se dio por cierto que el actor de 57 años ejerció la violencia contra su exesposa.

Lejos de ser el autor de violencia conyugal, Johnny Depp la sufrió, defendió el letrado, que pidió al juez «lavar» el nombre del actor de estas «acusaciones escandalosas» y «falsas», que le lanzaron en este «doloroso» proceso. Según él, al perder su «reputación», Depp ha «perdido todo».

Pero sigue contando con el apoyo de numerosos seguidores. Decenas de admiradores de la estrella de «El joven manos de tijera» («Eduardo manostijeras» en España) y «Pánico y locura en Las Vegas» («Miedo y asco en Las Vegas» en España) hicieron la fila desde temprano con la esperanza de poder ver a su ídolo o entregarle flores o peluches. Otros portaban pancartas reclamando «Justicia para Johnny».

Su abogado enumeró metódicamente las fallas y modificaciones en las declaraciones de Amber Heard, para desacreditar el relato en su conjunto de la que fue calificada de «mentirosa compulsiva».

Denunció los «moratones mágicos» de Heard, que «solo aparecen cuando está sola o con sus amigos», lamentando que ante la falta de pruebas médicas independientes, la justicia británica tuvo que pasar tres semanas examinando el «catálogo» de elementos proporcionados por la actriz.

Sherborne se rió de la teoría según la cual Depp sería un «monstruo», cuando en realidad este, dijo, se da media vuelta en caso de conflicto. «¡He aquí el monstruo, la persona que huye!», alegó irónicamente, después de haber reproducido la grabación de una discusión de la pareja en la que Heard reconoce haber golpeado a Johnny Depp.

– «Detrás de puertas cerradas» –

Johnny Depp y Amber Heard se conocieron durante el rodaje de «Diario de un seductor» («Los diarios del ron» en España) en 2011 y se casaron en Los Ángeles en febrero de 2015.

Dos años después se divorciaron. En aquel entonces, la actriz, mencionó «años» de violencia «física y psicológica», unas acusaciones que Depp rebatió firmemente.

«Lo amaba y no quería perder eso (…) su otra cara era la de un monstruo, pero siempre mantuve la esperanza de que se desintoxicaría», declaró Amber Heard la semana pasada en el tribunal.

Apoyándose principalmente en las declaraciones de la actriz, The Sun informó de 14 episodios violentos, todos ellos negados por Depp.

El actor admitió un consumo abusivo de drogas y de alcohol, pero en cambio acusó de violencia a la actriz de «La chica danesa» y «Aquaman».

El lunes, la abogada del diario pronunció una auténtica requisitoria contra el actor que dio vida al capitán Jack Sparrow en la saga «Piratas del Caribe».

Sasha Wass destacó los excesos del actor, «sujeto a cambios de humor irracionales» cuando ha bebido y ha consumido estupefacientes.

Ningún testigo asistió a los actos violentos, admitió ella, pues, por naturaleza, la violencia conyugal tiene lugar «detrás de puertas cerradas».

Fuente: El Universal 

Por: María Laura Espinoza

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