“Estuve buscando acetaminofén en las farmacias de Maracaibo, pero en todas las que llegué, que fueron alrededor de 10, no había nada en ninguna de las presentaciones. Ya por último me dijeron que en el centro vendían, pero más caro. Me tocó ir y conseguí un blíster de acetaminofén en 100 bolívares y por el apuro tuve que pagarlo”, contó Luisana Martínez, residente del sector Pomona.

El remedio se ha convertido en una ‘enfermedad’ para los marabinos, porque en la ciudad diariamente hay que peregrinar para hallar una caja de acetaminofén. En los anaqueles de las farmacias este medicamento en su presentación no regulada, cuyos precios oscilan entre los 55 y 65 bolívares, dura máximo medio día.

“Hoy (martes) llegó Atamel que está regulado´en cinco bolívares, y estuvo a la venta solo por horas, porque enseguida se llenó la farmacia”, refirió Luis Mijares, encargado de una cadena de farmacias en Maracaibo.

La escasez del medicamento en los establecimientos se ha convertido en un negocio para los buhoneros, quienes valiéndose de la “urgencia” de algunas personas empezaron a ofrecer la caja pero a precios exorbitantes. En el mercado Las Pulgas, en los alrededores del Periférico, hay pequeños puestos con el componente activo en diferentes presentaciones: jarabe y tabletas; sin embargo, esta última es la más buscada, según comentan ellos mismos.

Y a pesar de la prohibición expresa que tienen los comerciantes informales de vender medicamentos, están ofreciendo un acetaminofén traído de Colombia, cuyo contenido es de 100 pastillas, a precios que van desde 400 hasta 700 bolívares. “La gente se los lleva igualito, porque tiene el mismo componente activo, lo único es que no es el nacional sino el colombiano. Yo misma se lo dí a mi hija, que en estos días se sintió mal y le cayó bien”, afirmó una de las vendedoras informales en el sitio. Según explicó, a ella se lo expende una colombiana que viaja hacia el vecino país.

El acetaminofén comenzó a desaparecer de las farmacias zulianas desde finales de septiembre y a raíz del incremento de los casos de dengue, chikungunya y cuadros virales como consecuencia de las lluvias, la situación se tornado aún más crítica.

“Yo gracias a Dios no tengo a nadie enfermo en la casa, pero más vale tenerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no conseguirlo. Yo compré dos cajitas para guardarlas”, dijo María Mercedes Linares, de Bella Vista. Caso contrario le ocurrió a Armando Borges, residente del sector Panamericano, a quien le tocó buscar hasta por debajo de las piedras el medicamento, porque sus dos hijos y su esposa cayeron enfermos. “Salí a las 9:00 de la mañana de farmacia en farmacia por La Limpia, Cujicito, y terminé encontrando dos cajitas en Santa Rosa de Agua, ya eran como las 4:00 pm, perdí la cuenta de locales que llegué buscando acetaminofén”.

Panorama

Maracaibo / Keila Vílchez