La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) mostró este sábado su «preocupación» por una amenaza de bomba que se registró la noche del viernes en el edificio de la Corte Constitucional de Ecuador, lo que, dijo, se suma a otros supuestos «ataques recientes» hacia el alto tribunal que «ponen en riesgo la independencia judicial».
EFE
La CIDH aseguró en un comunicado que algunos de esos ataques fueron «incluso provenientes del Ejecutivo» y añadió que la labor de quienes imparten justicia es esencial para garantizar los derechos humanos y proteger la democracia».
«Ecuador debe asegurar una justicia libre de interferencias y garantizar la seguridad de sus integrantes, en cumplimiento de sus obligaciones internacionales», afirmó la Comisión.
La amenaza de bomba se registró mientras los jueces estaban analizando varias acciones de inconstitucionalidad interpuestas en contra del decreto con el que el presidente Daniel Noboa convocó el viernes un referéndum para consultar a los ecuatorianos sobre la instauración de una Asamblea Constituyente, y que había sido emitido sin tener el dictamen favorable previo de los magistrados como establece la normativa.
La Policía señaló horas después que la alerta había sido falsa y finalmente el alto tribunal anunció la admisión a trámite de cinco demandas y la suspensión provisional de los efectos del decreto.
El pronunciamiento de la CIDH se une al que hicieron este sábado también dos relatoras de la ONU, quienes llamaron a «defender» y «garantizar» la independencia de la Corte Constitucional.
«El equilibrio de poderes no es un capricho, es la esencia de la estabilidad democrática. La independencia de la Corte Constitucional de Ecuador debe ser garantizada, cualquier ataque a la Corte es un ataque a la democracia y el Estado de derecho», afirmó la relatora para la Libertad de Asociación y Asamblea, Gina Romero, en su cuenta de la red social X.
Por su parte, la relatora sobre la independencia de jueces y abogados, Margaret Satterthwaite, aseguró también en X que «todas las instituciones y actores gubernamentales tienen el deber de respetar y garantizar la independencia judicial».
Llamado a la comunidad internacional
En ese mismo sentido se pronunció la presidenta de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola), Carolina Jiménez, quien hizo un llamado a la comunidad internacional «a que manifieste su preocupación sobre sucesos en Ecuador ante serias amenazas contra el Estado de derecho».
«Instamos al Gobierno ecuatoriano a respetar la Constitución, los estándares de derechos humanos y garantizar seguridad de juezas y jueces», mencionó en su cuenta de X.
Por la tarde del sábado, el mandatario derogó el decreto sobre la Constituyente que había sido suspendido y posteriormente publicó otro similar que remitió al Consejo Nacional Electoral (CNE) para que incluya la interrogante en el referéndum previsto para noviembre.
Sin embargo, el pleno del CNE decidió sobre el final de la tarde enviar ese nuevo decreto a la Corte Constitucional al determinar que debía pasar primero por el alto tribunal, tal como señala la Constitución.
La polémica convocatoria coincide con la lucha abierta que Noboa mantiene con la Corte Constitucional, a la que acusó de hacer «activismo político» al limitar una serie de leyes y estados de excepción promovidos en los últimos meses por el gobernante que acumulan numerosas demandas de inconstitucionalidad al advertir posibles vulneraciones a derechos fundamentales.
Los jueces constitucionales han negado también cuatro preguntas del referéndum propuestas por Noboa, decisiones que el presidente criticó fuertemente y que lo llevaron a liderar dos multitudinarias marchas contra los magistrados en Quito y Guayaquil.
La Asamblea Constituyente, con la que Noboa busca cambiar la carta magna aprobada durante el gobierno de Rafael Correa (2007-2017), fue una de sus más grandes promesas de la campaña electoral en que logró ser reelegido como presidente de Ecuador para un periodo completo (2025-2029), tras haber llegado al poder en 2023.