La oposición y sus brujas vanidosas

Posted on: junio 13th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

La brujas

 

Todas las naciones poseen sus propias categorías sociales y humanas, algunas de esas categorías son producto de la ficción otras son de la realidad. La mayoría las tienen de una realidad que se ha vuelto tan inverosímil que termina siendo ficción, como en Venezuela.

 

La mitología nos ha fascinado con miles de historias sobre esas categorías fantásticas. Los griegos tenían sus ninfas; los nórdicos, valquirias; los celtas, hadas; y los mexicanos, catrinas.

 

Una categoría universal, es decir, para todas las tribus, sociedades o naciones, de figuras a un tiempo legendarias y humanas son las brujas.

 

Sobre ellas me detendré en este suelto. En nuestro país -como consecuencia del arrase primitivo del chavismo- abundan.

 

Los hermanos Grimm

 

No sé a ustedes, pero a mí, como todo carajito curioso e inquieto, siempre me electrizaron -¿hechizaron?- las brujas de los cuentos de los hermanos Grimm: la de Hansel y Gretel (que engordaba niños para luego comérselos); la de Labella durmiente (Maléfica en la versión de Walt Disney, tan Luisa Ortega Díaz); la de Cenicienta (cuya versión de madrastra del siglo XXI es sin duda Cilia Flores); o, en particular, la vanidosa bruja de Blancanieves (me parecía tan estúpido su afán de ser la “más bella” frente a un espejo).

 

Las veía esporádicamente disfrazadas de profesores de sociología e historia; de intelectuales acomodados o chiflados; de psiquiatras perversos; de encuestadores reptiles; de políticos desvergonzados; de militares rateros; o de cínicos comunistas con chofer y niñera.

 

Desaparecían o aparecían amenazantes -las brujas- dependiendo de mi mala conducta, que, como por lo general era mala, estaban muy presentes.

 

No me exaltada ni sobresaltaba ante ellas, las brujas estaban ahí como Cilia Flores, Iris Varela, Luisa Ortega o Katherine Harrington, para joder y joder, para perseguir y encarcelar nuestros ideales, para pervertir la realidad y mofarse de sus víctimas hasta que llegase el final de sus respectivas historias.

 

Cuando leí los cuentos de los hermanos Grimm no nos acusaban de conspiradores, desestabilizadores o blasfemos del chavismo, éramos tan sólo cenicientas o bellas durmientes de una fantasía democrática, errática pero respirable.

 

Ahora veo que las brujas están en todas partes, sí, en todas partes.

 

Espejito, espejito, ¿quién es la bruja opositora más bella de Venezuela?

 

El aquelarre venezolano es prodigioso: brujas perversas, brujas electoreras, brujas futuristas y nietzscheanas (las que critican todo pero son incapaces de organizar una piñata para tumbarla) y, por supuesto, brujas-brujas que sólo ofrecen pócimas mágicas para liberarnos de la espantosa maldición chavista.

 

Nuestra realidad es tan premoderna y supersticiosa, tan barbárica y apocalíptica, que incluso han aparecido brujas académicas chilenas -desde Alemania- con alquimias esotéricas que aseguran, eso sí, frente al espejo, que ellas sí tienen la fórmula de la salvación contra el maleficio chavista.

 

¡Carajo, qué vaina con tanta brujería!

 

“Espejito, espejito, ¿quién es la más bella bruja (opositora) de la comarca (venezolana)?”, se preguntan desde la colina las mismas y viejas brujas cuyas pócimas socialistas nos causaron esta desgraciada oscuridad histórica.

 

Su vanidad como su ceguera son pavorosas. Están todo el día frente al espejo escribiendo recetas impenetrables u ofreciendo brebajes mágicos para impedir nuestra inminente, ahora patente, debacle.

 

No pegan una, jamás lo hicieron. Su pócima socialista fue un aparatoso fraude y ahora, ante su fracaso generacional (Chávez hizo alquimia con ellos, los convirtió en polvo cósmico), no hacen sino maldecir y criticar cualquier iniciativa “terrenal” -por ciudadana- que intenta, por el medio noviolento que sea, liberarse de la enajenación colectiva.

 

El espejo de la historia

 

La historia no funciona como un espejo que enaltece la vanidad de una bruja malvada ni la perversidad de una madrastra asesina. No.

 

La historia es sabia y nos guía, ha funcionado como referencia y ruta para que se liberen y civilicen los que no son tan brujas ni tan madrastras de la redención política, para que los súbditos dejen de serlo y comiencen a ser más conscientes y críticos, es decir, para que sean más ciudadanos y breguen -movilizándose, protestando, votando, incluso guerreando- en la conquista de sus derechos.

 

Así como el Renacimiento acabó con la superstición y la brujería, y nos humanizó; así como la Reforma marginó a la sabihondos y sabelotodos (y sus pócimas arcaicas), y nos modernizó; en Venezuela está surgiendo una ciudadanía mundana que se ha hartado, por un lado, de tanto ruinoso despotismo, pero por otro de tanto brebaje intelectual, de tanto futurismo frívolo (incapaz de tumbar una piñata), y se ha lanzado a las calles, se ha movilizado, en búsqueda de la conquista más humana y espiritual de todas: la de la libertad.

 

No se trata de quién es la más bella bruja opositora ni de quien es la más malévola madrastra chavista, se trata de cómo carajo hacemos todos -ciudadanos a secas- para liberar a Venezuela de tanta ruindad y oscurantismo.

 

La historia es nuestro espejo; Bolívar, Miranda, Gandhi o Mandela, nuestras referencias, quedarnos quitecitos, esperar a que el régimen nos “conceda” un derecho como limosna, es un suicidio. ¿Somos suicidas?

 

Ni de vaina.

 

No hay príncipes, hay venezolanos

 

El príncipe que dará un final feliz a esta terrible historia eres tú: un venezolano común y corriente que lucha y conquista sus derechos.

No hay secretos ni alquimias, no hay brujas ni madrastras frente al espejo y en realidad tampoco hay príncipes, hay venezolanos que luchan para conquistar sus derechos en todos los escenarios noviolentos posibles: intelectuales, electorales, sociales, con crítica, con votos (pero hay que reivindicar victorias, no acobardarse), con protestas, con huelgas, con todo lo que humanamente se nos ocurra, con todo lo que el espejo de la historia nos ha mostrado como guía.

 

Pese a lo que digan las brujas vanidosas de la oposición, el voto no es por sí mismo una pócima liberadora. Si no se acompaña de movilización y reivindicación de la victoria es un espejismo. Ya basta de brujerías o espejismos, hay que luchar.

 

No somos santos, somos venezolanos a secas y vamos a alcanzar la libertad con los dientes de nuestra conciencia y de nuestro espíritu. Los tuyos y los míos.

 

No basta sólo “cerebro”, hace falta un par de talantes bien puestos para lograrlo.

 

Y los venezolanos de ambos tenemos de sobra.

 

 Gustavo Tovar Arroyo

 @tovarr

Metralleta: un día de furia en Venezuela

Posted on: junio 6th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

¿Políticamente correcto?

 

Lo único relevante de escribir en estos tiempos de agonía y ruina es que uno lo puede hacer desde las entrañas, con estremecimiento y pasión, sin guardar posturas, sin utilizar disfraces.

 

Al menos yo así escribo. Guardo ciertos protocolos del lenguaje (pocos), decoro con algunas figuras literarias y me explayo. No colecciono ningún escrúpulo sobre lo que es “políticamente correcto” o “moralmente aceptable” porque en Venezuela no hay política ni moral, la única política y moral que nos queda es luchar de manera noviolenta por nuestra libertad y democracia.

 

Escribo con el sentimiento de quien ve como golpean, pisotean y violan a un ser querido: con furia, con muchísima furia, porque me afecta, irrita y abochorna, me duele muchísimo todo lo que el malandraje chavista le está haciendo a Venezuela.

 

¿Y a ti?

 

Escribo la palabra “furia” e instantáneamente mi mente -rebuscada e inquisitiva- trae para sí las imágenes de aquel inquietante y perturbador film norteamericano “Un día de furia” (Falling down, 1993). ¿Lo recuerdan?

 

La historia narra un día en la vida William Foster (Michael Douglas) lleno de inconvenientes, vejámenes y frustración. En la medida que se va desarrollando la película crece la tensión y la furia en Foster quien, irritado y energúmeno, agarra un bate de béisbol, una metralleta y hasta una bazuca, y comienza a golpear y a disparar a diestra y siniestra.

 

Eso es lo que provoca hacer todos los días en Venezuela desde que la peste chavista se adueño del poder y desabasteció, violentó, corrompió y envenenó a nuestra sociedad.

 

La diferencia radical con el chavismo

 

Sí, es lo que provoca, pero no lo haremos. Somos humanistas, creemos en los derechos humanos, los promovemos y reivindicamos, somos activistas convencidos de la noviolencia, pero coño, cuánto provoca agarrar -como en la ficción de Douglas- una metralleta y comenzar a disparar a diestra y siniestra para poner orden ante tanta perfidia y malandraje chavista.

 

Insisto, no lo haremos, provoca pero no lo haremos jamás, eso es lo que nos diferencia radicalmente del chavismo y de su comandante embalsamado, Hugo Chávez, quien sí agarró varias veces su metralleta y sus tanques para acribillar a inocentes venezolanos desde el 4 de febrero de 1992 hasta la fecha.

 

Metralleta verbal

 

Sin embargo, ya que no usamos ni usaremos nunca una ametralladora que cause daño físico a nadie, ¿por qué no lanzar una metralla de figuras literarias como desahogo ante tanta calamidad y crueldad?

 

No es lo políticamente correcto ni lo moralmente aceptable, pero un escritor inconcluso como yo se puede dar el privilegio de escribir, desde la ficción, sus conmociones y furias.

 

Y no lo hago exclusivamente por mí, encarno un coro de arrechera venezolana que día a día vive sus adversidades y padece su ira, que día a día ante la seguidilla de vejaciones usa su metralleta verbal no sólo contra este régimen de delincuentes y despiadados asesinos, sino también -y merecidamente- contra un corralito de indolentes intelectualazos (un sector, no generalizo) y contra las mulas cansadas -¿sagradas?- de la Mesa de la Unidad (MUD), a quienes los “eruditos” sirven decheerleaders (porristas, para que me entiendan).

 

Paréntesis para porristas

 

(Como notarán no guardo mucho los protocolos del lenguaje, cosa que irrita a las porristas -para que me entiendan: cheerleaders- eruditas venezolanas, porque hablo sucio, porque soy maluco y desprecio su indolencia y mediocridad, pero, sobre todo, porque le miento la madre públicamente -y con muchísimo sentimiento- a la lepra chavista que ha apestado a Venezuela, que la ha arruinado).

 

¿De qué coño hablan?

 

Aunque pareciera una herida sanada, no puedo dejar de referirme al despreciable -por poco compasivo y cantinflesco- documento de la MUD desentendiéndose de la protesta mundial convocada desde la cárcel por Leopoldo López y Daniel Ceballos. Lo debo hacer, es mi obligación ciudadana, mi manera de asemejarme -en ficción- a William Foster en su día de furia y lanzar mi fuetazo metafórico a tanta indolencia. No lo hago para recrudecer la pifia en el pasado, sino para que nos asista la coherencia y la sensibilidad en el futuro.

 

Uno de los extravagantes argumentos esgrimidos por los creadores de ese esperpento fue que no apoyarían la protesta porque había sido convocada de manera “inconsulta”.

 

¡Carajo, estos sí que se ganaron un premio Oscar a la desfachatez!

 

Como si López y Ceballos anduviesen de fiesta, como si no hubiesen padecido casi la mitad de su injusta y canallesca prisión confinados, en el más estricto y total aislamiento, marginados de sus esposas, hijos, padres y familia, en ocasiones hasta de sus abogados. Como si ambos líderes estuviesen gozando una bola y entre recreo y recreo debiesen llamar a las mulas cansadas, digo, sagradas de la MUD para echar vainita e inventarse, con su autorización claro, una protesta o una devastadora huelga de hambre.

 

Como dice el pueblo llano: ¿de qué coño hablan?

 

Latigazos de realidad

 

Nuestra ruina nacional no es una película, es una terrible historia que nos castiga con sus latigazos de realidad día tras día, a cada minuto, a cada instante.

 

La “unidad” no sólo puede ser electoral (que es fundamental) debe ser además realista, reivindicadora, movilizadora, liberadora, pero sobre todo consciente.

 

La lucha contra la dictadura es en todos los frentes (sociales, intelectuales, culturales, políticos y electorales, en todos), existirán iniciativas ciudadanas o políticas aisladas e inconsultas, pero siempre y cuando sean noviolentas, reivindicadoras y justas hay que apoyarlas.

 

Es una sociedad en pleno la que resiste y protesta, es una Venezuela que rechaza ser ultrajada y violada. Ni en mis peores ficciones puedo ni quiero pensar en una posible conchupancia con el régimen. No creo sinceramente que exista, creo en todo caso que fue un error humano, una vanidad, como todos cometemos.

 

Evitémoslo, la unidad exige más sensibilidad y coherencia.

 

Posdata sin municiones

 

Nos descorazona la huelga de hambre de nuestros hermanos Ceballos y López, y de esa cada día creciente cantidad de venezolanos que se suman a ella.

 

Ojalá cesen. Los necesitamos vivos no sólo para lograr la tan ansiada libertad de nuestro país, sino especialmente para construir la mejor Venezuela.

 

Nosotros no somos la espiritual India ni el cívico Estados Unidos donde Gandhi y Luther King sensibilizaron y crearon conciencia con sus sacrificios; Venezuela es un estado regido por narcotraficantes, cuyo único negocio es secuestrar, envenenar y asesinar gente.

 

Me atrevo a proponer, angustiado y conmovido, que nos unamos -y movilicemos- en una gran marcha nacional que les pida a nuestros líderes que cesen la huelga.

 

A la dictadura le atemoriza más la movilización que la huelga. No tienen suficientes metralletas para acribillar a una Venezuela movilizada. Los militares no dispararán contra sus propios hijos.

 

Y sus hijos están en la calle movilizados y protestando.

 

 

Gustavo Tovar Arroyo

@tovarr

Luis Vicente León o la trepadora

Posted on: abril 25th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

La trepadora

 

Los orígenes de la literatura son orientales y no occidentales como mucha gente supone. Pese a las diferentes teorías y sutilezas académicas, hay cierta unidad de criterio que identifica el origen de la literatura con los escritos Vedas de la antigua cultura de la India.

 

 

Escritos en sánscrito (lenguaje clásico de la India que significa “hecho con perfección o bien”), los Vedas son la primera expresión humana que aspira, a través del lenguaje escrito, interpretar la relación del hombre con las cosas del espíritu: revelaciones eternas, encarnaciones divinas, éxtasis o rituales que guían hacia el conocimiento y la serenidad interior.

 

Desde entonces los literatos han sido los grandes intérpretes de la civilización, nos revelan con “perfección” escrita lo que escapa a nuestra compresión mundana. Cada cultura tiene sus “intérpretes” de referencia obligatoria, espíritus especiales capaces de traducirnos y revelarnos -a los seres vulgares y corrientes- la realidad y exponerla de manera tan clara y encarnada que nos facilitan su entendimiento. Sólo necesitan una metáfora, una alusión o un arquetipo para describir a una nación.

 

En Venezuela el más excelso de esos espíritus interpretadores de nuestra atropellada realidad mundana fue Rómulo Gallegos. A él le robe el título de esta entrega: La trepadora.

Se lo robé para identificar -literariamente- al más insigne trepador del enredado y espinoso (por hiriente y sangrante) período chavista.

 

Me refiero al inefable y escurridizo Luis Vicente León.

 

La serpiente en American University

 

Me acerqué a los Vedas con interés estético y en cierta medida, muy pequeña medida, místico. No me atrevería a usar alusiones literarias védicas, pese a ser las originarias, para interpretar o figurar la realidad nacional.

 

La vaca, por ejemplo, ser sagrado para los hindúes, para nosotros -los venezolanos- es un pedazo de carne que reducimos a una simple pero exquisita parrilla. Somos capaces de devoramos hasta su sangre (me refiero a la morcilla bovina del oriente del país que le ponemos azúcar -como en Carúpano- para hacer más dulce nuestro pecado).

 

Para explicarme no puedo usar una alegoría védica, debo usar una alegoría occidental que se acerque más a nuestra realidad, historia y cultura; una que encarne a ese tipo de personalidades que inducen al error humano (como aquel reptil siniestro indujo a la cándida Eva); una alegoría que interprete al más astuto de los animales que reptan y “trepan” en ese paraíso de Dios llamado Venezuela.

 

Para figurar -literariamente- a Luis Vicente uso la alegoría de la serpiente convencido de que se me entenderá mejor. No es una ofensa, es una figuración (los Vedas comenzaron el bochinche alegórico, no yo).

 

La serpiente porque zigzaguea sinuosa en la maraña del poder; porque -oportunista- busca morder e inocular su veneno; porque -trepadora- intenta predominar en la enredadera política venezolana e inducir, a los cándidos, al error.

 

Uso la alegoría porque eso fue Luis Vicente León en su polémica presentación en American University de Washington: una serpiente.

 

Gracias a Dios su veneno no se irradió.

 

Lo que es igual no es trampa

 

Espero no ofender a nadie, créanme no soy tan funesto, soy -como señaló Rodríguez Torres cuando me acuso de profanar al chavismo y desestabilizar al régimen- un “poeta inconcluso”, uno más.

 

Lo mío es -aunque con mucha torpeza- el lenguaje místico, la estética literaria.

 

Además, usó la misma excusa que empleó Luis Vicente León cuando se le increpó haberse burlado y difamado a María Corina Machado y a Leopoldo López, y haberlos responsabilizado de manera vergonzosa y siniestra de la violencia ocurrida el año 2014 en el “paraíso chavista” que es Venezuela.

 

La serpiente dijo (palabras más, palabras menos) cuando se le reprobó: “No fue mi intención ofender a nadie, así les hablo -llanamente- a mis alumnos para que entiendan. Mi veneno es inofensivo. Al fin y al cabo, Yusnavy Rodríguez y Eistain Pérez no entienden ni sienten, son números”.

 

 

Yo, “poeta inconcluso”, más llano y menos erudito, me ajusto a la excusa de la serpiente con una sutil diferencia: Mi intención no es deshonrar a nadie, así escribo a mis lectores, que sí sienten y sí entienden, que no son dígitos en la desgracia que ha causado el chavismo en Venezuela. Que son seres humanos, no números, sueñan con libertad.

 

Echen la culpa a la tradición poética y a los Vedas, al Génesis, a Gallegos, a la literatura y sus alegorías, no a mí.

 

Soy inocente.

 

La genealogía del error

 

La aparición de Hugo Chávez en el escenario político venezolano el 4 de febrero de 1992 fue una carnicería, asesinó a mansalva a cientos de venezolanos. Desde entonces el chavismo y el madurismo han seguido esa terrible tradición de violencia. No ha cambiado, ha empeorado y empeorará aún más.

Hasta la fecha han sido centenares -sí, centenares- los venezolanos que han perdido la vida con certeros disparos en la cabeza por ser de “oposición”. Los números que los reflejan no pueden ser objeto de burla ni de banalidad (especialidades de la serpiente trepadora), sino de un profundo y desgarrador dolor.

 

Nuestro error, su genealogía, fue indultar a la criminalidad chavista, tratarlos como seres humanos y no como delincuentes, liberarlos de toda responsabilidad asesina.

 

Gracias a esa pusilanimidad, Hugo Chávez, Diosdado Cabello, Francisco Ameliach, Pedro Carreño, entre otros, están libres y haciendo lo único que saben hacer: perseguir, encarcelar y asesinar a venezolanos; robarse elecciones; destruir nuestro aparato productivo y nuestra economía; saquear y enriquecerse; estrangular al venezolano común.

 

La serpiente no lo ve, no lo siente, a él le duelen los números no las personas, por eso dialoga, asesora y hasta exculpa al usurpador. Pide, ruega y urge comprensión: “Maduro no es tan bruto como la gente piensa, sus números van a mejorar. El problema en Venezuela lo causó el llamado a la violencia de María Corina y Leopoldo”.

 

¡Vaya indolencia y cinismo! ¡Vaya trepador del poder! ¡Vaya serpiente!

 

¿Vamos a seguir permitiendo que nos siga induciendo al error?

 

Más data que análisis

 

La numerología en Venezuela es tan trepadora como fraudulenta, intenta sumar números sea en cuentas bancarias o sea en encuestas fraudulentas (como la de las elecciones de El Hatillo).

 

Hay más data que análisis en el trabajo de Luis Vicente, si se tratase de analizar su trayectoria se habría concluido hace tiempo que el sempiterno “asesor” de la oposición lo ha perdido todo, su asesoría política nos tiene desahuciados.

 

En las únicas dos victorias reales de la oposición contra el chavismo: el 2 de diciembre de 2007 (Reforma Constitucional) y 14 de abril de 2013 (Capriles versus Maduro), la serpiente no tuvo nada que ver.

 

En la primera, la única derrota que sufrió Chávez, el movimiento estudiantil mandó literalmente para el carajo a Luis Vicente (nadie confiaba en él); en la segunda, fue J.J. Rendón el asesor y se venció, pese a la capitulación de Capriles (¿consejo de Luis Vicente?).

Luis Vicente encontró, sin embargo, una fórmula que le suma “números, muchos números” a su vida de bon vivant. Va de puerta en puerta diciendo que él es asesor de Capriles y que él dialoga con “su presidente” Maduro; asegura que ni el uno es un cobarde, ni el otro es un dictador. El problema de Venezuela, según él, es María Corina, Leopoldo y los estudiantes, por tratar de reivindicar la justicia y la libertad; por luchar “radicalmente”, por principios democráticos y por derechos humanos, como Gandhi, Luther King o Havel, en contra de la autocracia. Eso no se hace, eso es feo y desestabilizador (¿cómo si en Venezuela hubiese algo estable?).

 

Claro, el resultado es que los “clientes” -ni tan cándidos- se acercan a la serpiente para trepar con ella en la yedra del poder. Les conviene tenerlo ahí.

 

A la serpiente por la cabeza

 

Sólo en un despelote como el venezolano es posible que un numerólogo -ya que no encuestador-, pese a sus equívocas recomendaciones, sea la diva del circo, la serpiente emplumada de la oposición. Un día es politólogo, otro pitoniso, otro comediante, siempre trepador.

 

Si tenemos en cuenta que en Venezuela todos los que nos hemos opuesto abiertamente al régimen estamos perseguidos, exiliados, presos o muertos, el que Luis Vicente ande cómodamente como serpiente trepadora por la enredadera del poder no sólo es inaudito, es sospechoso.

 

Si Eva y Adán hubiesen leído este suelto estarían advertidos, no se habrían dejado embaucar. Los venezolanos -los Yusnaby y Eistain- tampoco lo harán.

 

A la serpiente por la cabeza o su veneno nos inoculará.

 

Recientemente, en el peor momento de la crisis nacional, la serpiente -después de reunirse con “su presidente”- dijo que los números de Maduro subieron milagrosamente, imagino que los números de Luis Vicente lo hicieron también.

 

¿Le crees? Ahora le echa la culpa a las sanciones contra los violadores de derechos humanos, cuando todo el día anda diciendo y sugiriendo que no se hable de libertad ni de derechos humanos, que al pueblo no le interesan esos temas. ¿Entonces? Se enreda en sus propias falacias envenenadas.

 

En este agobiante berenjenal venezolano es tu decisión creerle o no, es tu decisión persistir en el error y permitir que el veneno intrigante de la serpiente no sólo acuse a luchadores dignos como María Corina y Leopoldo, sino permitirle seguir envenenado la conciencia nacional con sus sospechosos y erráticos consejos políticos.

 

¿Qué harás? ¿Morderás cándidamente la manzana de la equivocación?

 

Yo no.

 

Gustavo Tovar Arroyo

 

@tovarr

La apoteosis del bufón

Posted on: abril 18th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

El fin de la guerra fría en América

 

He hecho un esfuerzo colosal por tratar de leer todo lo que humanamente me fuese posible sobre lo acontecido en la Cumbre de las Américas.

 

 

Artículos, ensayos, entrevistas y comentarios de toda índole. También escuché las presentaciones de todos los presidentes americanos (me calé la del usurpador Maduro) y las exposiciones de las diferentes delegaciones diplomáticas, la magnífica reunión de los ex presidentes y los eventos de la sociedad civil.

 

Buscaba -no lo niego- una interpretación que exaltara ante la historia la relevancia real de la Cumbre: el tardío fin de la guerra fría en América.

 

No lo conseguí, el despelote panameño, la mediocridad del eje madurista (Kirchner, Correa, Evo y Ortega) y las bufonadas de Nicolás hicieron que la única relevancia pasase desapercibida.

 

Ni hablar, así somos.

 

Un estrechón de manos

 

Europa, Rusia y Estados Unidos pasaron la página de la guerra fría el siglo pasado, el estrechón de manos entre Reagan y Gorbachov y la caída del muro de Berlín fueron los actos que simbolizaron su último desenlace. La declaración del fin de la guerra fría en la Cumbre de Malta por parte Gorbachov y Bush (sucesor de Reagan) fue su ulterior consecuencia.

 

Pese a las tensiones actuales, motivadas particularmente por el desmedido afán imperialista de Putin y su indudable nostalgia zarista, el estrechón de manos entre los gringos (Bush y Reagan) y el ruso (Gorbachov) derrumbó el bloque socialista soviético y desvaneció la patética presencia comunista en el este de Europa.

 

Sí, parece mentira pero es verdad, un estrechón de manos inició el fin del entarimado socialista y su evolución impensable -que dejó atónito al mundo y produjo una rabieta apocalíptica en Fidel Castro- fue la caída de la Unión Soviética.

 

Un estrechón de manos inició la desintegración del comunismo. Un estrechón de manos, otro, como el del presidente Barack Obama con el dictador Raúl Castro.

 

Quién podría haberlo imaginado.

 

Cuba, una nación limosnera

 

Para sobrellevar la rabia que le causó el estrechón de manos y su consecuencia: el derrumbe del bloque socialista, Fidel convirtió a la hermosa Cuba en una nación limosnera. Se dedicó a visitar Latinoamérica mendigando limosnas e implorando lástima; su excusa siempre fue la misma: el embargo gringo.

 

Los latinoamericanos, tan dados a la misericordia y a la culpa cristiana, cedimos. Otro dictador, el vagabundo de siete suelas, Hugo Chávez Frías, no sólo cedió, le hincó la rodilla y le regaló un país.

 

La Cuba limosnera encontró el botarata que le hacía falta, pero al final, por más dinero venezolano que le fue mendigado, nada cambió. Cuba, semejante al bloque soviético, está arruinada, se desvaneció.

 

La penuria y la desgracia siguen y seguirán por una causa a un tiempo infranqueable e histórica: el comunismo y su sucedáneo el socialismo son una mierda, todo lo que tocan lo corroen y destruyen.

 

Cuba está congestionada de mierda socialista, por eso limosnea.

 

Una deuda saldada y un promisorio advenimiento

 

El estrechón de manos entre Raúl Castro y Barack Obama, que debió ser celebrado unánimemente por toda América y no lo fue por los anacrónicos e infantiles lloriqueos del hippie Correa, de la brujilda Kirchner, del maestro borrachón Ortega y de la mascota del circo Evo, salda una deuda que la región tenía consigo misma y con el mundo.

 

(Capítulo aparte merece el imbatible bufón Nicolás y su apoteosis de imbecilidad: el doble que presentó en la Cumbre. De eso hablaré adelante).

 

No creo que las cosas cambien en Cuba con rapidez mientras el decrépito Fidel siga vivo, lo que sí estoy seguro es que el estrechón de manos entre Castro y Obama abre un futuro promisorio -e ineludible- de libertad para la isla.

 

Mi premonición deriva de que sé -sabemos- que el comunismo (esa mierda) siempre termina, tarde o temprano, en la poceta de la historia.

 

En el caso de Cuba será más temprano que tarde.

 

Está cerca, la situación es insostenible. Ni la archimillonaria limosna venezolana salvó.

 

La lección de Obama

 

Debo confesar que me sorprendió positivamente el performance de Obama y de todo el equipo diplomático que lo acompañó; lamento, eso sí, que la relevancia política e histórica del fin de la guerra fría en América se hayan visto opacadas por las babosadas y miopía de Correa, Kirchner, Ortega y Evo, y por la indescifrable ópera bufa de Nicolás.

 

Los estertores del disparatado socialismo del siglo XXI son visibles, se ven, se sienten, el fantasma de la libertad recorre América Latina. El final de la guerra fría en América contribuirá a su fin.

 

Tuvo que venir -paradójicamente- un presidente gringo a aleccionar a los últimos nostálgicos del comunismo stalinista. Y vaya que lección que les dio.

 

No fue sólo Obama, tiene su mérito el vetusto Castro, quien, descartando a la momia de su hermano, entendió que desde la crisis de los misiles lo único que trajo el comunismo a Cuba fue desgracia.

 

Por eso se alió con Obama, es decir con el futuro. Fidel se tuvo que haber retorcido de la histeria, otro apretón de manos liberador signa su fatalidad.

 

Con el apretón de manos y la restitución de relaciones diplomáticas, me atrevo a predecir que más temprano que tarde pisaré -pisaremos- las calles nuevamente de lo que será La Habana liberada.

 

La historia no se equivoca

El bufón predilecto

 

Nicolás, con su imbecilidad a toda prueba, encarna al bufón predilecto del socialismo del siglo XXI. Ya no hay nadie en la región que le dé crédito, es la apoteosis de la idiotez…, como su doble.

 

No sé cómo se le ocurrió ni que estaría pensando con lo del doble, pero fue el hazmerreír latinoamericano otra vez. Lo celebramos.

 

Un estrechón de manos acabó con el comunismo y con el bloque socialista soviético; otro estrechón, acabará con el chavismo y con su ópera bufa: el madurismo.

 

En cuestión de tiempo, más temprano que tarde, pisaré las calles nuevamente de lo que es mi Caracas ensangrentada. Y en una plaza bella plaza liberada me detendré a llorar -y honrar- a los ausentes.

 

¡Viva la historia que no se equivoca! ¡Viva el fin de la guerra fría en América!

 

¡Viva la libertad!

 

Gustavo Tovar Arroyo

@tovarr

Obama, Dolartoday y la libertad

Posted on: marzo 30th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

You are a fucking joke, Nicolás (Eres un jodido chiste, Nicolás)

 

No puedo imaginar la cara de sorpresa que pondrá el presidente Obama cuando el amado heredero de Chávez, su elegido íntimo y predilecto, Nicolás Maduro, se le acerque para rogarle -probablemente de rodillas- no sólo que le dé el autógrafo que tanto le ha implorado durante este tiempo, sino para que cierre o haga cualquier cosa para frenar a los “malucos” de Dolartoday, porque supuestamente están acabando con la economía de Venezuela.

 

Obama dirá impactado: “¿Qué?, ¿en serio?, ¿tú me estás diciendo que una página de internet está ganando la guerra económica contra la revolución chavista? Carajo, qué revolución de mierda son entonces. You are a fucking joke, Nicolás! (¡Eres un jodido chiste, Nicolás!), algo peor, eres una amenaza mundial no sólo por tu perversión y corrupción sino por su estupidez. Es obvio que el pueblo de Venezuela no te escogió, el pueblo de Venezuela no es tan estúpido, me acabas de probar que hubo fraude, es imposible que un bobo como tú haya ganado nada. Eres un ilegítimo.”

 

Y muchos venezolanos lo corroboraremos, gritaremos en las calles: nosotros no somos como él, presidente Obama, nosotros no lo elegimos, nosotros no lo queremos, sólo Chávez lo amaba, sólo él.

 

Nadie más.

 

Dime si eres chavista y te diré quién eres

 

Hay muchas maneras de ser una amenaza para una sociedad; hay amenazas militares, políticas, económicas o sociales.

 

La del chavismo es una amenaza moral y cultural no sólo contra el pueblo de los Estados Unidos, sino contra el mundo civilizado y lúcido. Es un peligro de última generación, una aberración ética sin precedente en la historia.

 

Los chavistas han pervertido en todos los órdenes a Venezuela: políticos, sociales y económicos; han abonado confrontación a nuestra sociedad; han perseguido, encarcelado, torturado y asesinado a venezolanos inocentes; han destruido y corroido todas y cada una de las  instituciones de nuestro país sin excepción. Y lo han hecho sin bochorno, , esgrimiendo una regordeta y nueva rica sonrisa.

 

Dime si eres chavista y te diré quién eres. No es difícil descubrirlo, su corrupción es mofletuda y emperifollada, regordeta y cursi, muy cínica como la de Pedro Carreño o Ricardo Sánchez.

 

Son una plaga de demencia y estupidez que no tiene parangón ni límites. Su calaña espiritual es tóxica.

 

La prueba de su toxicidad, por ejemplo, es que un chavista natural como Henri Falcón se hace pasar por opositor y le escribe una cínica carta a Obama implorándole -como Maduro- que no sancione individualmente a una manada de bandoleros que han perseguido, encarcelado y asesinado a sus supuestos compañeros de lucha.

 

¿Alguien entiende? No, el chavismo es una perversión incomprensible, son leprosos de inmoralidad que llevan el espíritu llagado de corrupción y demencia.

 

De que se pega se pega

 

Tan son una peste de inmoralidad, tan es contagiosa su perversión y demencia que hasta lúcidos y respetados venezolanos, como Carlos Dorado, pueden verse afectados por ella.

 

Nadie se salva, nadie es inmune; hay que tener mucho cuidado, permanecer moralmente atentos y racionalmente protegidos. Ojalá existiese un preservativo gigante, un condón moral a toda prueba que no sólo protegiese por completo nuestro cuerpo (de pies a cabeza), sino además nuestra mente y nuestro espíritu contra ese síndrome de insuficiencia moral adquirida que causa el chavismo cuando te toca o te asecha, pero no lo hay.

 

La amenaza chavista está en el poder y está patente. Se ve, se siente, su espada contagiada de su corrupción, perversidad y cinismo se clava en América Latina.

 

Quizá la afección -¿infección?- de la perversidad chavista no sea causada por contacto directo (en lo moral no todo es contacto directo, hay apropiación de códigos de conducta, hay asimilación de lenguaje y hay imitación, adaptación y disfraz para sobrevivir), acaso sea un enorme secuestro colectivo -y su síndrome de Estocolmo- lo que estamos padeciendo, pero lo cierto es que de que se pega se pega.

 

Y hasta los más queridos pueden ser contagiados por la infamia.

 

¿Necedad o desfachatez?

 

Cuando un emprendedor exitoso como Carlos Dorado, que ha participado de manera tan variada y dinámica en la economía y cultura del país (no oculto mi respeto por él), imita, se adapta y de disfraza de chavista para acusar a una página de internet (Dolartoday) de los males económicos de una nación, es decir de la corrupción, del despilfarro, del gigantismo burocrático, de la persecución y encarcelación de empresarios, constructores y financistas; de la expropiación, confiscación y asalto a mano armada, como bandoleros, de empresas productivas; de los controles económicos sin ninguna lógica ni sentido; del robo de las reservas de oro de la nación; del uso del erario público para beneficio personal y chantaje l ideológico y político; de la extorsión y ese largo etcétera de perversión, corrupción y colapso económico (además de moral y cultural) que es el chavismo; cuando un empresario dinámico como Dorado comete el absurdo de acusar a un portal de internet del peor colapso económico de la historia de Venezuela, significa que estamos mal, muy mal, y las reservas morales e intelectuales de la nación -que considero Carlos Dorado representa- se desvanecen, por no decir, se pudren.

 

Nuestra moralidad e intelecto están desahuciados, el chavismo las ha infectado.

 

Al margen de los desatinos teóricos contenidos en el pronunciamiento de Dorado contra Dolartoday, como aquél que desconoce -¿adrede?- que en Venezuela hay un feroz y desorbitado mercado negro de divisas, y que éste trabaja todos los días y a toda hora, incluso “sábados y domingos”, porque hay necesidad, porque hay hambre, porque Venezuela ahora más que nunca es una nación importada (importa comida, medicinas, toda vaina, no sólo ropita linda y dorada), pero sobre todo porque hay un disparatado control de cambio, absolutamente irracional y corrupto como el chavismo que lo produce; al margen de esto y aquello y sin necesidad de tener la genialidad de Ricardo Haussman para entenderlo, debemos de saber que la base de la economía es la confianza.

 

Sí, la confianza, y si ella está perseguida, encarcelada, torturada o asesinada como lo ha hecho el chavismo en Venezuela, obviamente, tendremos una economía desfallecida, por no decir, muerta.

 

Es una inconsolable necedad acusar a Dolartoday del caos económico venezolano, una necedad comprensible en el bobalicón de Nicolás Maduro, pero una inaceptable desfachatez entre aquellos que saben leer y escribir, entre aquellos que aman y dignifican a Venezuela.

 

Basta de necedades y desfachateces, urgimos moral y lucidez. Y esa moral y esa luz ya no son sólo una primera necesidad, son un deber en esta hora oscura.

 

Dolartoday y la libertad

 

La libertad es la posibilidad que tenemos los seres humanos de escoger y alcanzar lo que soñamos Ser, Hacer y Tener. Si el venezolano no puede ni siquiera soñar Ser, Hacer o Tener algo diferente a lo que el chavismo intenta imponerle, no es libre, no somos libres.

 

En Venezuela no hay libertad y habemos unos cuantos que estamos rebelándonos contra esa infame realidad, habemos unos cuantos que no estamos dispuestos a someternos ni doblegarnos y luchamos con ahínco contra el despelote chavista sin otro objetivo que el de que nuestros hijos y las generaciones futuras puedan no sólo soñar Ser, Hacer o Tener lo que quieran, sino que puedan además alcanzar esos sueños en un ambiente digno, justo y de respeto.

 

El chavismo desde que surgió es el enemigo de esa realidad, su más infame peligro. Quien no lo reconoce y lo enfrenta, se mimetiza y forma parte de él.
Dolartoday es el eco de una sociedad que se rebela, que no está dispuesta a doblegarse ante la mentira y que lanza para el carajo y con decisión el yugo que la autocracia intenta imponerle a nuestra economía.

 

Dolartoday no es una voz, es un eco, o más bien un coro -y sus ecos- que se ha ganado la confianza de la ciudadanía no por distorsionar la realidad sino por representarla de manera fidedigna.

 

Dolartoday dignifica una Venezuela que no sólo sueña en libertad, sino que la ejerce y la representa. Gústele a quien le guste.

 

Si no generase confianza en la sociedad no fuera la página de internet más seguida y leída del país, esa es la realidad, no la que Maduro o Dorado acusan.

 

Quizá Obama…

 

En un país donde la libertad está siendo perseguida, encarcelada, torturada o asesinada, Dolartoday se rebela siguiendo la larga tradición que causó la Independencia en Estados Unidos y en América Latina, donde un pequeño grupo de regordetes acomodados se adueñaban de todas las riquezas del pueblo.

 

Lo que la ignorancia de Maduro no sabe es que la fundación de los Estados Unidos -y en cierta medida de Latinoamérica- no fue en principio una rebelión política ni social, sino económica.

 

Por eso, cuando Maduro intente acusar a Dolartoday de todos los males económicos de Venezuela, probablemente mostrando el indocto y secuestrado artículo de Carlos Dorado, Obama no sólo se reirá y pensará que el último amado de Chávez es un fucking joke, quizá el primer negro sucesor de Washington, Adams o Jefferson recuerde cómo germinó como país los Estados Unido y recuerde la rebelión ciudadana contra el Stamp Act (imposición irracional a usar estampillas para sanar la pertrecha economía imperial británica); o recuerde la rebelión popular contra las arbitrarias leyes de Townshend que sometían la producción nacional a nefastas imposiciones fiscales de los autócratas; o recuerde también la rebelión civil y el boicot ante la estúpida ley del té y como la sociedad se rebeló lúcidamente ante leyes coercitivas de la dictadura y logró triunfar, y logró Ser una nación independiente, y logró Hacer de su sociedad una sociedad libre, y logró Tener, con sus imperfecciones e injusticias, ese país maravilloso que es hoy los Estados Unidos de América, que tan fraternalmente ha recibido con sus brazos abiertos a tanto venezolano náufrago.

 

Quizá Obama recuerde también al buque Liberty y la matazón de Boston, como la matazón de los jóvenes estudiantes en las calles de Caracas, y sepa que no sancionar individualmente a sus culpables, pese a lo que digan los chavistas Henry Falcón, Pedro Carreño o Ricardo Sánchez puede no sólo representar una amenaza real a la paz mundial y latinoamericana, sino a la paz de su conciencia que es le verdadera y única paz que puede tener un individuo.

 

Después de escuchar a Maduro y leer a Dorado, quizá Obama condecore a Dolartoday y los invite a seguir soñando en libertad, pronto, una nueva nación nacerá, una nación más humana y libre.

 

Para que los venezolanos no sólo soñemos con Ser, Hacer y Tener un mejor país, sino para que luchemos por él, lo seamos, lo hagamos y lo tengamos pronto.
Sigue Dolartoday, sigue, eres parte del inmenso coro de libertad que ensordece de esperanza a Venezuela…

 

 

@tovarr

Disparo a la cabeza (Bis)

Posted on: febrero 28th, 2015 by Laura Espinoza 1 Comment

Estamos claros

 

Tú y yo estamos claros. Otros no lo están tanto, pero tú y yo sí. También están claros María Corina, Leopoldo, Ledezma, los corajudos estudiantes y muchos otros venezolanos que no se han doblegado ni lo harán.

 

Sabemos que enfrentamos una dictadura patética (como patético su bufo dictador: Nicolás), pero dictadura al fin y al cabo con todas las calamidades y desgracias que conlleva. Sabemos que para derrotarla debemos usar todas las formas de lucha no violenta posibles: movilizaciones, huelgas, marchas, elecciones (que exigen condiciones y reivindican resultados), afrentas públicas, ocupación de los poderes públicos y un largo etcétera de rabia organizada y desafiante hasta el final…, hasta la libertad.

 

Sabemos que los chavistas apuntan y disparan a la cabeza, sabemos que quieren linchar nuestros sueños e ideas.

 

Pero también tú y yo sabemos que no tenemos miedo y que vamos a seguir hasta vencer.

 

Estamos claros.

 

Algunos ruegan de rodillas

 

Algunos no están tan claros, esperan que el tiempo de Dios se haga perfectamente y ruegan de rodillas que el Consejo Nacional Electoral (CNE) haga su voluntad sobre nosotros en otra elección en la que no se exigirán condiciones electorales justas ni se reivindicará la victoria.

 

Ellos, los que no están claros, recularán otra vez. Llamarán a votar, la gente en medio de tanto hartazgo y desesperación acudirá al llamado, votarán, les robarán nuevamente las elecciones, te pedirán que protestes enérgicamente contra la trampa, que le des duro “con arrechera” a las cacerolas unos días después del fraude y posteriormente, semanas más tarde, volverán a conformar un circo que llamarán “diálogo” y le darán la mano al usurpador para legitimar la necedad.

 

Y bis, la historia se repetirá como si fuera un coro alocado. Y claro, otra vez bis: el pueblo se enfadará, saldrá a las calles indignado, harto de tanta corrupción, cinismo y miseria, le volverán a disparar en la cabeza, asesinarán más estudiantes y jóvenes que se atreven a soñar en libertad, y habrá nuevas elecciones, y bis, el mismo encuestador de siempre dirá las mismas babosadas para que la gente vote y no exija nada (ni condiciones ni victoria), y bis, los que no están tan claros dirán que hay que “ocupar espacios” (incluso a detrimento de los principios), ocupar, bis, ocupar espacios, y bis, otra vez bis, hasta que seamos una piltrafa de nación, una vergüenza universal, una ruina.

 

Y le volverán a disparar en la cabeza a un niño, a un estudiante, a ti o a mí, hasta que no quede nadie que esté claro, hasta que seamos un país sin pensamientos ni sueños.

 

Y bis, volverán a disparar a la cabeza de un niño, y bis, más disparos, más dolor, y bis, las balas chavistas en la cabeza del futuro de Venezuela.

 

Disparo en la cabeza de Venezuela (Bis)

 

Hace unos meses escribí un artículo que intitulé “Disparo en la cabeza de Venezuela”. He decidido volverlo a publicar hoy. Poco me importa que me llamen repetitivo. Unos repiten su mentira mil veces llamando a esta tragicomedia “democracia”; yo repetiré mi dolor por las muertes y mi asco por el chavismo asesino las mismas mil veces, y más.

 

Un dolor y un asco reiterado mil veces despertarán la conciencia de los que no están claros, de los aletargados.

 

La gente se pregunta el por qué tiendo a escribir entre turbaciones y gritos, por qué agarro por el cuello al chavismo en mis escritos, le escupo mis rabias y les miento la madre sin ningún tipo de estupor ni pena.

 

Es fácil: le están disparando en la cabeza a Venezuela, quieren asesinar nuestras ideas y sueños, quien ultimar nuestra libertad, quieren decapitarnos.

 

Asesinan nuestro futuro, asesinan a nuestros niños.

 

¿Cómo permanecer impávido, insensatamente “dialogante” y neutral ante semejante realidad? ¿Cómo **LEA EL DECALOGO DEL FORISTA** puede cualquier venezolano decente preservar la imperturbabilidad y la compostura frente a un crimen público y reiterado de tal envergadura?

 

Sí, ¿cómo?

 

Al ritmo de los latidos de nuestro corazón

 

No todo puede ser ecuanimidad, lucidez, estadística o fumadas reflexiones académicas, también éstas son cínicas si no son cónsonas con el sentimiento del momento.

 

Por ejemplo, si los ilegítimos y usurpadores del poder, de manera ilegal e injusta, están persiguiendo, encarcelando, torturando, hiriendo y matando (con certeros disparos en la cabeza) a nuestros hijos, ¿cómo carajo podemos hablar de falta de azúcar, aceite o papel higiénico?

 

Bajo la premisa estúpida de que al “pueblo” lo que le interesa es la economía y sus problemas domésticos, los sesudos encuestadores ¿sesudos o comprados? y sus enanos acólitos políticos, no hacen sino mostrar diagramas y láminas que tabulan su estupidez. Es insólito que no se den cuenta, que no se percaten, de que a todo ser humano, a todo hombre o mujer, a todo padre o madre, lo que más le interesa es su vida y la vida de sus hijos.

 

Principio fundamental de la civilización: la vida. No la desprecien.

 

Por eso me resisto y me resistiré siempre a través de mis escritos. Yo soy de los que siente, de los muchos o pocos que les duele el país y no lo ocultan, y lo vociferan, y lo escriben, y lo gritan, y, como no sabemos disparar (ni dispararíamos), nos pronunciamos a insultos o empujones, pero nos pronunciamos carajo.

 

Somos venezolanos de carne y hueso. Sentimos.

 

Ni arredro ni negocio mi ira, que lo hagan los sinvergüenzas e indolentes como Henry Falcón, claro él fue chavista y militar, él no se conmueve ante el asesinato a mansalva, ante el disparo en la cabeza de la juventud. Como Didalco, William Ojeda, Perucho Fernández, Ricardo Sánchez o David de Lima, pide “diálogo”, Judas besa la mejilla del pueblo que dice amar, mientras tiritan en su bolsillo las monedas.

 

Tiritan porque además son pocas…

 

Disparan a la libertad y al futuro

 

Quien le dispara en la cabeza a un joven, a un estudiante o a un niño intenta acabar con el futuro de una nación, intenta asesinar las ideas de un país, intenta encarcelar su sueño de libertad.

 

Quien le dispara en la cabeza a un joven, como el despiadado chavismo ha hecho desde el primer día, aspira esclavizar a Venezuela.

 

Hugo Chávez lo sabía y lo practicaba, lo conversaba con el círculo más íntimo de su ferocidad asesina: Diosdado Cabello, Ameliach, Rodríguez Torres, Rodríguez Chacín, Alcalá Cordones, entre otros. Disparar en la frente de la libertad y del futuro fue su signo de combate.

 

Lo descubrí el 11 de abril de 2002 cuando asesinaron con una certera bala en el centro de la frente a mi amigo Jesús Mohamed Capote. Lo corroboré cuando investigué sobre las muertes del 4 de febrero de 1992 (muchos de los asesinados cayeron con disparos en sus cabezas, sobre todo los que defendieron Miraflores Chávez y La Casona Rodríguez Torres). Y trágicamente lo he confirmado estos días, otra vez, el bis se alarga, con la dolorosa muerte de Kluiverth Roa, Yasmir Tovar, John Barreto, Gerardo Gómez, Ariany García, José Daniel Frías y Lulio Alejandro García. Trágicamente.

 

No es una ficción, tampoco es una suposición, es la realidad de la bochornosa metodología del chavismo para hacerse y conservar el poder: su signo.

 

Centenares de nombres lo certifican, muchísima sangre derramada lo confirma, nuestro dolor, nuestro grito seco, nuestra estupefacción y nuestras lágrimas lo ratifican.

 

No me pidan indiferencia ni indolencia, no le pidan al pueblo que cese su llanto ni que dialogue su rabia. No sean…, no seamos cómplices de quienes intentan encarcelar nuestro futuro o asesinar nuestras ideas y sueños. Sean…, seamos coherentes con nuestro dolor y nuestro llanto, reivindiquemos, nuestra dignidad y nuestro coraje…, no vacilemos, resistamos, luchemos.

 

Luchemos unidos, que nuestra valentía y bravura sea el infalible casco que proteja la cabeza de Venezuela.

 

Es ahora, eres tú, soy yo, es la Venezuela que somos.

 

No nos rendimos, no nos rinden.

 

Estamos claros…

 

@tovarr

Cincuenta sombras de Chávez

Posted on: febrero 14th, 2015 by Maria Andrea No Comments

“Cuando fui ministro, en 2010, pude constatar cómo Chávez lo amaba (a Maduro)”

Francisco Ameliach

 

La pasión por el sarcasmo

 

No puedo evitarlo, ya me conocen, cada que vez que la dictadura boba de Maduro arremete contra mí una incontenible fuerza interior me incendia las vísceras y me motiva a lanzar llamaradas verbales.

 

Me es fácil, lo confieso, no tengo que desempolvar estremecimientos ni ardores, no tengo que desenterrar en las diferentes capas de mi reflexión un puntiagudo criterio o un análisis, los relámpagos los tengo a flor de piel, brotan solos y sin remedio.

 

Debo reconocerlo me posee una insubordinada pasión por el sarcasmo, que chispea y quema, que se entretiene -cruelmente- causándole refinado malestar a los sádicos.
Frente a la oscura perversión chavista resplandecen los lacerantes oficios de mi libertad.
Y escribo.

 

Sadomasoquismo socialista

 

Insisto en que los tiempos chavistas no dan para análisis ideológicos, políticos o económicos convencionales. Lo que vivimos en Venezuela escapa a toda lógica. No gasto un segundo de mi tiempo explicándolo con razones; no las hay, no las habrá.

 

Los analistas ideológicos, políticos o económicos, al no poder explicar nada, se convierten en líricos de la queja. Son poetas, dramaturgos, novelistas: melancólicos del derrumbamiento.

 

El socialismo del siglo XXI no acepta definición que lo exprese, es un adefesio, una crueldad sociológica, un refinamiento aniquilador. Un sadismo que busca masoquistas.

 

Me curé en salud hace tiempo en intentar explicarlo, no quiero ser parte -trágica- de esta comedia, ni sumiso masoquista del sadismo. Que otros lo sean, yo me niego, prefiero ser su hereje, el peor de los blasfemos. La historia me dará, al menos, esa razón.

 

Esta semana, por milésima ocasión, dos sádicos de oficio: alias hiena de dos patas, Jorge Rodríguez y alias gordito gafo, Diosdi Cabello, volvieron a acusar a la “Fiesta Mexicana” (y a mí entre otros) de fraguar otro golpe de estado. Otro más. No sé cuántos se organizaron en aquella apoteósica borrachera de golpes suaves, pero creo que ya superamos la docena.

 

¿Qué hay detrás de este nuevo ridículo montaje del golpe de estado? Una devaluación -¿aniquilación?- del bolívar sin precedentes, otra más. Sólo eso.
Cada vez que la economía colapsa o cada vez que no tienen otra tortura que ofrecer usan la híper aburrida y sadomasoquista solución de siempre: el golpe de estado, y como son tantos los colapsos históricos que han cometido han inventado igual número de golpes e intentos de magnicidio. ¿Quién les cree? Nadie.

 

Tampoco hay mucho que analizar al respecto.
¿O quizá sí?

 

Cincuenta sombras de Chávez

 

No leí la muy comentada trilogía de la novelista británica, E.L. James, cuyo primer título es “Cincuenta sombras de Grey”, pero acabo de ver la adaptación cinematográfica que hicieron de la primera de las novelas, y sí, no pude menos que pensar en Venezuela y el sadomasoquismo chavista.
(Abro un paréntesis: ¿Será por una compleja perversión psicológica que el chavismo y su adefesio: el socialismo del siglo XXI, no admiten razonamiento lógico que los defina?)

 

Hugo Chávez, a su modo tropical y perverso, como el protagonista de la novela, Christian Grey, tenía cincuenta sombras (o quizás más) que lo arrastraban a torturar al país y sentir goce al hacerlo: devaluación, inflación, persecución política, desabastecimiento, humillación, sodomización, encarcelamiento, confiscación y un largo etcétera donde la sucesión del trono, entregado a su amado Nicolás, fue sin duda la peor y más culminante de las torturas.

 

Chávez implantó el sadismo como una estrafalaria forma de hacer política, por cierto, pareciera que a muchos opositores les encanta el masoquismo, son capaces hasta de reconocerle bondades al dictador. Pero esa es otra historia.

 

El sátrapa hasta su última alocución pública gozó mientras producía sufrimiento, con crueldad refinada, al venezolano. Lo supo hacer con tanto cinismo y frialdad calculada que aún hoy nos deja perplejos: “Mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que ustedes elijan a Nicolás Maduro como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela”.

 

Qué latigazo, qué fuetazo, qué carajazo el que nos metió. Nos vació en la frente sus cincuenta sombras de perversión y más, nos vació su más penetrante oscuridad: Nicolás.
¡Qué sádico!

 

La tortura como placer

 

El chavismo es en sí mismo una tortura. Su estética, sus modos, su desaliño y su insensatez son agravios inagotables, cuerazos punzantes y cotidianos a nuestra conciencia.

 

Esta semana, para no irnos tan lejos, cuando el Alto Mando Militar (esa locademia de torombolos y verdugos) se mostró cantinflescamente en televisión ofreciendo su lealtad a un colombiano, mostrando su sumisión masoquista a los cubanos, gruñendo su idiotez sin ambages ni remilgos (sin vergüenza), alzando con puños izquierdos su flacidez moral, no sólo se torturó a la Constitución Nacional, se torturó lo poco que quedaba al sentido de lo patético entre las fuerzas armadas.

 

El gemido de placer final que se escuchó entre los aborrecibles generales que en ese tortuoso acto se dieron cita fue quizá el episodio más bochornoso y ridículo que hayamos presenciado jamás lo venezolanos. No fue ni siquiera una tortura, fue una necrofilia, porque sin duda el generalato venezolano perdió su espíritu, está muerto.
Pavorosos y patéticos.

 

El amante de Hugo Chávez

 

Hace algún tiempo escribí el que ha sido probablemente el artículo de opinión más leído de la historia de Venezuela, lo intitulé “El amante de Hugo Chávez”.

 

Semejante a la trilogía de Grey -que no por muy leída, buena- su lectura ofrecía en cierta medida una aproximación psicológica, culturalmente correcta y progresista, a una de las incógnitas más escandalosas de este siglo: la inexplicable sucesión que hizo heredero a esa tortura intelectual que es Nicolás (sus liceos y sus liceas, sus millones y millonas, sus libros y libras, claro y sus pajaritos parlanchines).

 

La mía no fue una mera especulación o una llamarada de sarcasmo. Cuando el país se entere -porque se enterará- de quién me lo dijo caerá desmayado en bloque.

 

Escribiré una novela que desentierre la oscura infidencia palaciega. No pretendo vender millones de libros, mi aspiración es menor, pero acaso más lacerante: pretendo despertar alguna conciencia que se desprenda del sadismo, pero sobre todo que deje el masoquismo.

 

La de Grey es una ficción cuyas sombras han hecho delirar a millones de mujeres en todo el mundo; la de Chávez es una realidad que ha hecho sufrir a millones de venezolanos. Ambas son experiencias sadomasoquistas.

 

¿Lograré que la gente lo entienda?

 

Gustavo Tovar Arroyo

 

Fuente: La Patilla

Vladimir Padrino ¿el maldito?

Posted on: enero 31st, 2015 by Laura Espinoza No Comments

Dios nos preserve de que -el ejército- vuelva sus armas contra los ciudadanos. Simón Bolívar

 

Venezolanos contra venezolanos

 

Ya lo hemos señalado en anteriores artículos: desde los orígenes de la civilización hasta nuestros días, el peor enemigo del Hombre ha sido el hombre. Ninguna catástrofe natural ha causado tanto y tan sostenido dolor como el que nos hemos causado los seres humanos entre nosotros mismos.

 

Los venezolanos no hemos estado exentos de esa tragedia. No ha habido catástrofe, terremoto, inundación o peste que haya causado tanta mortandad entre venezolanos como las que nos hemos causado entre nosotros.

 

El peor enemigo del venezolano, paradójicamente, ha sido el venezolano. Sobre todo aquel que desde el poder ha intentando masificar su delirio autocrático a través del criminal uso de las armas, la represión y la persecución social y política.

 

El sátrapa Hugo Chávez es un perfecto ejemplo de lo que digo, intentó llegar al poder en 1992 disparándole una bala en la cabeza a sus “hermanos del alma” militares en sendos golpes de estado, asesinando a centenares, y una vez que llegó a él -al poder- no sólo asesinó a decenas de venezolanos de la misma manera, también disparó una bala infame en la frente de la fraternidad venezolana, hiriéndola de muerte.

 

Tristemente hoy sus compinches intentan legalizar su fratricidio.

 

Ojo por ojo, Venezuela quedará ciega

 

No perderé el tiempo con fastidiosos leguleyismos. No hace falta. Muchos razonarán mejor que yo los alcances inconstitucionales e ilegales de la resolución fratricida (008610) que acaba de emitir el disparatado madurismo (no por disparatado deja de ser criminal) y que autoriza el uso de la fuerza potencialmente mortal -a través de armas de fuego- contra manifestaciones pacíficas.

 

Lo que me preocupa no es la ilegalidad de la resolución, lo que me espanta es que la demencia se está desbordando y nos está anunciando el preámbulo de una confrontación genocida entre venezolanos, otra más.

 

No exagero.

 

Esta licencia para matar además de ser inconstitucional porque desconoce la prohibición expresa del uso de armas de fuego en manifestaciones pacíficas que establece el papel higiénico (azul y con estrellitas) que es la constitución chavista, va a motivar, por abusiva e irracional, que muchos venezolanos aludiendo su derecho humano a la vida y a la legítima defensa opten por vías legítimas -pero violentas- para defenderse.

 

Ojalá no sea así, evitémoslo. El diálogo político sería una bala mortal. Ojo por ojo, Venezuela quedará ciega.

 

Vladimir Padrino ¿el maldito?

 

No fue el Libertador Simón Bolívar quien señaló: “Maldito el soldado que vuelva sus armas contra el pueblo”, para sorpresa de muchos fue el cínico de siete suelas Hugo Chávez Frías.

 

A mi entender, salvo opinión contraria y con la humildad de ser corregido si fuera necesario, el pronunciamiento del embalsamado, a quien su amado heredero Nicolás pudre -como trofeo- en una montaña, es una derivación del discurso que Bolívar pronunció para el proyecto de constitución de Bolivia y que reza: “Dios nos preserve de que -el ejercito- vuelva sus armas contra los ciudadanos”.

 

Chávez tenía una peculiar capacidad de gargajear al aire y embarrarse a sí mismo con su propio moco autocrático. No tengo espacio ni tiempo para relatar -una tras otra- las gargajeadas verbales que lanzó sobre su propia jeta. Son tantas y tan variadas, que es imposible enumerarlas.

 

Pero la maldición que se lanzó a sí mismo como soldado por volver sus armas y disparar contra venezolanos inocentes, asesinándolos a mansalva, fue la peor, le envenenó las entrañas y lo condujo a su prolongada última agonía y muerte.

 

No soy yo -no me atrevería- quien vocifera una maldición desde los infiernos contra los soldados que disparen contra el pueblo de Venezuela, tampoco es Bolívar, es Chávez.

 

¿Será el general Vladimir Padrino otro maldito?

 

Chávez lo dijo, no yo.

 

No hay balas suficientes para doblegar una idea

 

Desde 1830 las balas venezolanas -lamentable y trágicamente- sólo se han usado para asesinar venezolanos. Chávez y su heredero Nicolás no han marcado ninguna diferencia, todo lo contrario, han asesinado a mansalva, con certeros disparos a la cabeza, a nuestro pueblo.

 

Ahora Vladimir Padrino, como en su desgarrador momento lo hizo Hitler, Mao, Stalin o Mussolini, intenta legalizar el fratricidio.

 

No permitiremos que se maldiga a sí mismo.

 

No hay balas suficientes para doblegar una idea de justicia, no las hay ni las habrá. En esta coyuntura Venezuela no sólo resiste, Venezuela cambia. No hay espacio ni tiempo para el miedo.

 

Las únicas ocasiones desde que nacimos como nación independiente y soberana en las cuales las fuerzas armadas venezolanas han luchado contra fuerzas militares extranjeras, fue -otra paradoja- contra el ejército cubano de Fidel Castro (I967, invasión de Machurucuto) y contra las fuerzas terroristas y narcotraficantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Sólo en esas dos ocasiones hemos combatido contra ejércitos extranjeros en casi doscientos años. Insólito ¿verdad? Cuba y FARC, nada más y nada menos.

 

Curiosamente, esas fuerzas extranjeras -los Castro y las FARC- hoy ocupan el poder político en Venezuela. Maduro es su títere. Estoy convencido de que las Fuerzas Armadas de Venezuela, en su momento, desconocerán al títere y a Padrino, apuntarán sus armas y dispararán -si fuese necesario- no contra venezolanos sino contra las fuerzas invasoras extranjeras cubanas y terroristas.

 

No sólo es su obligación republicana y patria, es su obligación moral.

 

Además, sin ninguna duda, los militares saben que en las manifestaciones pacíficas de la oposición siempre están sus hijos y sus esposas. No dispararán.

 

En todo caso, si lo hicieren, si se maldijesen a sí mismos y a sus familias, si disparasen contra su pueblo, hay que señalar frente a la historia que probablemente ellos tienen balas pero nosotros tenemos un inmortal e infatigable sueño de libertad, que no se rinde ni rendirá jamás.

 

¡Disparen, no nos doblegan!

 

La historia del sol y la libertad

 

La historia del sol es una llamarada que pervive, que no cesa.

 

La libertad ha sido un sol que pervive en nuestro espíritu, su llamarada no cesa, arde… arde permanentemente en ti y en mí.

 

Los venezolanos seremos antorchas humanas que iluminaremos el siglo, ardemos por un sueño de libertad.

 

La historia del sol siempre ha sido la misma: arde; y la de la libertad igual.

 

Arderá frente a los malditos…

 

 

Gustavo Tovar Arroyo

@tovarr

¡Oh, Dios!

Posted on: enero 24th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

El apocalipsis de San Juan

 

He de confesar que el disparate venezolano me ha hecho despreciar el rol de los profetas en la historia del hombre. Todos podemos ser profetas de nuestra tierra y de la que no es nuestra también. No hay ninguna ciencia, es fácil.

 

Considero, además, que los profetas son unos pícaros, hasta San Juan y su apocalipsis lo fue. Se sientan al borde de un despeñadero frente a un valle (por ejemplo, el de Caracas), se montan una batola blanca, encienden algunos inciensos alrededor, se tatúan un tercer ojo en el centro de la frente, fruncen el ceño, abstraen la mirada hacia el firmamento y, cerrando los ojitos para figurar un trance sideral y místico, predicen.

 

No es difícil prever qué va a pasar en una sociedad si se observan con detenimiento los signos de su tiempo (como en Venezuela): inmoralidad, corrupción, cinismo, desabastecimiento, suciedad, hambre, crimen, colas, riñas, nuevorriquismo, desprecio y demencia (mucho madurismo exacerbado) para solemnizar sin sudor alguno: “Hermanos, no sólo se acerca el apocalipsis…, los venezolanos somos el apocalipsis”.

 

¿Podremos escribir un apocalipsis venezolano o necesitamos a San Juan?

 

Es fácil predecir.

 

El eterno retorno de la idiotez

 

Siguiendo el ejemplo de la picardía profética de San Juan y su apocalipsis, era fácil concluir entonces como lo es ahora -y sin haber leído a Nietzsche- que el mismo Hombre que había devastado deslumbrantes civilizaciones antiguas como la egipcia, la persa o la griega, lo volvería hacer una y otra vez, por los siglos de los siglos, Amén.

 

La idiotez retorna eternamente, como ahora en Venezuela con Chávez, su Maduro y esa larga lista de chiflados que integran el chavismo y que con una pericia poco común han arruinado a un país en quince años.

 

No hace falta profecía ni alzarse místicamente en una colina de humo para advertir que el colapso será total. Tampoco hace falta inventar que será un monstruo quimérico de 10 cabezas quien devastará al país, no hace falta fabular, digámoslo con nombre y apellido: será Nicolás.

 

Pero no, los lunáticos se sientan a dialogar con los enchufados sobre el sexo de Dios y prefirieron participar en un circo bufo a rebelarse junto a los verdaderos ángeles de la nación: los estudiantes, para salvar al país. Los lunáticos invocan a Dios e incumplen con su responsabilidad.

 

¿Tú eres uno de ellos? Pues si lo eres, será mejor que Dios te agarre confesado.

 

A Dios se le enredó el papagayo venezolano

 

Primero fue Capriles quien sugirió que el hilo invisible de Dios elevaría su tiempo perfecto (redentor) en Venezuela para vengar el fraude electoral del que fue objeto no él (Capriles) sino el pueblo venezolano y ahora es ese campeón olímpico de la eterna idiotez (que siempre retorna): Maduro, quien nos avisa que ante el apocalipsis total que el pueblo padece (no Maduro) el que solucionará todo y proveerá será Dios.

 

Al menos en algo están de acuerdo Capriles y Maduro: será Dios quien nos redima de esta acumulación de desastres. Ni Capriles ni Maduro -¿falsos profetas?- se sienten capaces de hacerlo.

 

Para ellos Venezuela es un simple papagayo de Dios y en este momento se le ha enredado -a Dios-, no a toda una nación.

 

(Abro un paréntesis para preguntarme: ¿A cuál Dios le estarán rogando Capriles y Maduro para que haga su tiempo perfecto y nos provea? ¿No será que le están suplicando a un Dios distinto? ¿Será esa diferencia de dioses invocados la verdadera causa de tanta desatención y desvarío?)

 

¡Dios, perdónanos a los venezolanos, que no tenemos idea de lo que hacemos!

 

El evangelio -venezolano- según Tovar

 

Pensándolo bien, sí escribiré un conciso evangelio para esta Venezuela que de un tiempo para acá es tan creyente y devota. Todos podemos hacerlo, hasta yo que no soy profeta ni en mi tierra.

 

Algo inventaré, el Dios del tiempo perfecto me provee y me bendice.

 

Hace una semana profeticé sobre el apocalipsis venezolano en mi artículo “La oposición y sus caperucitos rojos”, mencioné que si no nos comportábamos como simples ciudadanos y no como feligreses del chavismo (como caperucitos rojos) nos sucedería lo que el profeta Eurípides señaló: “Aquél a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco”, es decir, terminaríamos todos locos.

 

Estamos muy cerca de estarlo. No recuerdo un momento histórico venezolano donde la realidad política hubiese sido tan delirante y disparatada.

 

¿Estamos locos?

 

No lo creo, nuestra conciencia despierta y reconoce que no es Dios quien nos liberará de esta demencia, sino nosotros mismos con esfuerzo, sacrificio, visión y desafío ciudadano. Sin miedos ni invocaciones celestes. Sin lunatismos.

 

Estoy seguro que Dios no proveerá, está cansado de tanta irresponsabilidad y de tanto chantaje venezolano. Además, hay que dejarlo tranquilo, tiene cosas más importantes qué resolver. Repetiré esta cita de Maquiavelo que mencioné en mi pasada entrega: “Dios no está dispuesto a hacerlo todo y así quitarnos el libre albedrío y la parte de gloria que nos corresponde”.

 

Mi evangelio será conciso. Su buena nueva eres tú, sí tú, que no estás dispuesto al lunatismo ni a la esclavitud. Tú que entiendes que sólo movilizando y luchando saldremos de este pecado de estupidez que es el madurismo.

 

Mi buena nueva radica en ti. Mírate al espejo, el tiempo perfecto está en tu mirada, que ella nos provea de libertad. Fórmate y lucha, el evangelio lleva tu nombre: escríbelo

Y sé tú, no Dios, quien salve a Venezuela tan bella y tan llena de gracia…

 

@tovarr

 

¿”Feliz” año 2015?

Posted on: enero 4th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

“Hoy mi deber era cantarle a la patria
alzar la bandera, sumarme a la plaza.
Y creo que acaso al fin lo he logrado
Soñando tu abrazo, volando a tu lado”.
Silvio Rodríguez

 

Ni cansados ni perdidos

 

Mi 2014 fue el mismo que el tuyo, por eso lo narro en una primera persona que eres tú, que soy yo, que somos todos: que es Venezuela.

 

Fue un año severo, rudísimo, desgarrador y atiborrado de heridas, lo único pertinente para mí es decir que terminamos de pie: ni cansados ni perdidos. Armados, eso sí, de una furia ética -y nacional- cada día creciente, ardiendo nuestro corazón de orgullo patrio (¿desde hace cuánto tiempo no sentíamos la bella palabra “Venezuela” latir en nosotros en cada aliento?), con la mirada afilada y fija puesta en un futuro de libertad cada día más visible: ahí está -la libertad- la vemos, está cerca, nos convoca, quiere abrazarnos, hay que seguir bregando, hay que seguir luchando, no te canses, depende de ti, depende de mí, depende de nosotros.

 

Sigue, estamos cerca.

 

¿Paz sin libertad?

 

En mi caso -permítanme la primera persona que somos todos- en el 2014 el régimen y su organismo de “seguridad nacional” (Sebin) asesinó a gente de mi círculo más íntimo, encarceló y torturó amigos y compañeros de lucha, disparó en la frente del futuro del país (sus estudiantes), sodomizó la moral ciudadana y desmembró -con su disparatada dictadura fallida- la dignidad de la patria de Miranda, de Sucre y de Bolívar.

 

Mi voz -mis artículos que son escritos por ti, por nosotros a coro- está bordada sobre dolores, quejidos, llantos y agonías que jamás imaginé que nos tocaría vivir. En ese sentido, no soy -no somos- otro opinador más que se expresa desde la comodidad ni soy -ni somos- cheerleaders (animadoras) desde una tribuna (como otros), soy -como tú- un herido que sigue luchando, que no se cansa, que entiende que tanto sufrimiento y dolor nos ha acercado a la meta.

 

Por ello mis recursos (todos), mis facultades (todas), mis esfuerzos (todos) están al servicio de la libertad, enfocados ene ella. No cesaré, no cesaremos hasta lograrla. Falta poco.

 

Entiendo las penas propias y ajenas que ha causado esta lucha, me disculpo desde lo más hondo de mi ser con aquellos que han sufrido más que uno, porque seguramente ellos han sido más decididos y briosos que nosotros, pero la mejor compensación a su dolor y sufrimiento es seguir hasta lograr la liberación de Venezuela de la peste chavista y persistir hasta sanarla y reinventarla hacia un país más humano y libre, más próspero y justo.

 

Sí, seguir y persistir para que las generaciones futuras no se lamenten, duelan ni sufran más nunca lo que nosotros hemos sufrido todos estos años y el 2014 en especial.

 

Paz sin libertad es esclavitud y Venezuela no es ni será jamás una nación esclava. Nuestro alzamiento moral y político es la única posibilidad cierta que tienen nuestros hijos de no ser súbditos de un disparate.
¡Alcémonos!

 

2014: la herida imborrable y la libertad

 

El 2014 hilvanó una herida en nuestro espíritu que no borrará jamás.

 

Estamos heridos, es cierto, muy heridos, pero no muertos. Y mientras nuestro aliento sea capaz de empañar una lámina de vidrio tendremos fuerzas suficientes para luchar y alcanzar esa bella cumbre espiritual que es la libertad.

 

La libertad, es decir, la posibilidad de “escoger” y “alcanzar” nuestros sueños de ser, de hacer y de tener, sin que el régimen nos imponga su escogencia (¿“patria socialista o muerte” es de hombres libres?), ni nos impida alcanzar nuestros anhelos, persiguiéndonos, encarcelándonos o asesinándonos.

 

Entendí -entendimos-, como nunca, la envergadura a veces lacerante, otras gratificante, siempre muy vivida y sentida de tener un sueño de libertad antagónico a la dictadura y luchar por alcanzarlo: la muerte que conlleva, la prisión, la persecución, el hostigamiento, el camposanto y sus lágrimas…, sus lágrimas.

 

Sin embargo, estamos de pie, con las botas puestas, desempolvándonos el dolor, secando nuestros lamentos, afilada más que nunca nuestra conciencia crítica y preparándonos para el “milagro venezolano” como -sublime- señala María Corina (cómo admiro a esa formidable mujer venezolana, por aquí la saludo y abrazo su fortaleza: ella es precursora de la Venezuela que nace).

 

La herida imborrable que imprimió el 2014 en el espíritu de la nación nos despertó y nos hizo comprender que la libertad no es una invocación romántica o un simple cliché político, no, la herida imborrable del 2014 convirtió a la libertad en un sentimiento, una razón, una causa que, pese a las heridas, enalteceremos con nuestros actos.

 

No hay duda: lo lograremos, falta poco, muy poco.

 

Hay que seguir.

 

¿”Feliz” año 2015?

 

No sé si será “feliz” el año 2015, sé que será rudo e intenso, sé que el sufrimiento crecerá y sé también que muchos lamentos invadirán nuestra voz. Pero también sé que si no encaramos, si no luchamos, si no nos movilizamos y protestamos será aún peor, seremos los esclavos bufos de una autocracia disparatada.

 

Hay que luchar en todos los escenarios noviolentos. Toda gran nación lo ha hecho, se ha fundado bajo circunstancias penosas y adversas, el sueño de libertad de sus mejores mujeres y hombres, de sus próceres, se ha impuesto.

 

Y la mejor Venezuela en el siglo XXI eres tú, soy yo, es el artista y el empresario, la trabajadora y el ganadero, la madre y el padre, es la hija y el hijo, la hermana y el primo, es el chofer y el panadero, el pescador y la que siembra, Venezuela es el compositor y la pianista, el hombre honesto y la mujer decente, el trabajador y la maestra, el intelectual y el carpintero, somos nosotros que no nos rendimos ante el disparate dictatorial de Maduro ni le hincamos la rodilla a la perversidad y corrupción chavistas.

 

Y somos mayoría. Tenemos un sueño de libertad que sólo nos hará felices si lo imponemos. Dependerá de ti y de mí, de nosotros. Es nuestro tiempo.

 

Todo nacimiento trae consigo su dolor, y este año otra Venezuela nacerá.

 

Esa Venezuela, recuérdalo, asúmelo, muéstrala, está en ti.

 

Esa Venezuela eres tú.

 

Nace…

 

Gustavo Tovar Arroyo

@tovarr