¿Y tú? ¿No piensas irte de Venezuela?

Posted on: agosto 27th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

La ola de venezolanos que salen del país en busca de nuevos escenarios en los cuales desarrollar su proyecto de vida está generando toda clase de retos y sentimientos en los países receptores. Ya no cabe duda que se trata de una crisis humanitaria como nunca antes se había visto en América Latina; y lo más paradójico es que se produce en el país que hasta hace poco menos de 20 años, era el mayor productor y vendedor de petróleo de toda la región. La avalancha de venezolanos ha sido de tales proporciones que, en Colombia, Brasil, Ecuador y Perú, ha habido dramáticas situaciones de violencia y xenofobia por parte de los habitantes locales.

 

 

 

Por su parte, ya la Organización de Naciones Unidas ha hablado de 2.3 millones de emigrantes venezolanos desde el año 2014, y ha pedido a los gobiernos de los Estados receptores garantizar un trato digno a quienes lleguen desde la atribulada Venezuela. El portavoz de esa organización dijo textualmente que: “Es importante que aquellos que escapan de la violencia y que aquellos que huyen para salvar sus vidas reciban sus derechos y sean tratados con dignidad”.

 

 

 

Otra cifra alarmante es la de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), quien sostiene que, entre 2015 y 2017 la cantidad de venezolanos en el exterior pasó de 700.000 personas a más de 1,5 millones distribuidas por el mundo; ubicando casi un millón de ellos en América Latina; alrededor de 308.000 en Norteamérica, casi 80.000 en Centroamérica y más de 20.000 en países del Caribe.

 

 

 

Sin dudas una cifra alarmante que refleja claramente la gravedad de la situación interna venezolana y la poca esperanza que existe acerca de una mejora en el corto plazo. Además, vale la pena destacar que, en un principio, emigraban básicamente jóvenes con ciertas posibilidades económicas; mientras que, en la actualidad, los migrantes representan grupos sumamente variados, no solo en su condición socio económica, sino en edades, sexo y formación académica. De hecho, se ha convertido en una pregunta recurrente en cualquier grupo de personas, aquella de: ¿y tú? ¿No piensas irte de Venezuela?

 

 

Giovanna De Michele I.
Internacionalista
@giovdemichele

Adelanto de elecciones

Posted on: enero 31st, 2018 by Laura Espinoza No Comments

El adelanto de elecciones presidenciales es una prerrogativa que tienen los gobiernos en ejercicio para tratar de solventar graves crisis políticas cuyas raíces se encuentran precisamente en la gestión gubernamental. Ningún gobierno con altos índices de popularidad, buenos indicadores macroeconómicos y plenas garantías de gobernabilidad, se ve en la necesidad de llamar a un proceso electoral para renovar las autoridades del Estado.

 

 

Sin embargo, cuando dicha iniciativa se asume sin contar con la participación de todas las fuerzas políticas del país, en igualdad de condiciones y bajo los auspicios de instituciones de legitimidad comprobada, el efecto puede ser diametralmente opuesto a lo esperado.

 

 

En este siglo XXI, ningún proceso comicial orientado a la escogencia de las máximas autoridades de un Estado es un asunto de interés estrictamente interno en el país al cual se refiere; particularmente cuando el mismo se da en medio de fuertes cuestionamientos nacionales e internacionales, acompañados del desconocimiento tanto de la convocatoria al evento, como de su evolución y resultado.

 

Es precisamente la verificación de ese marco referencial lo que permite la certidumbre de la legitimidad de origen al ejercicio de funciones de cualquier autoridad electa de manera popular.

 

 

El poder es un medio para servir y no un fin en sí mismo”

 

 

En un escenario de precariedad institucional magnificada por la existencia de dos poderes legislativos excluyentes, en una insana convivencia dentro del Estado el cual, además, cuenta con un Poder Judicial en el territorio nacional y otro en el exilio, se hace imprescindible la reinstitucionalización a partir del llamado mismo a elecciones. De lo contrario, ese esfuerzo por solventar la apremiante crisis interna termina convirtiéndose en un catalizador de la misma, deteriorando aún más la convivencia nacional y el posicionamiento internacional del Estado.

 

 

No por mucho convocar a elecciones se tiene más y mejor democracia. Jamás se debe olvidar que el poder es un medio para servir y no un fin en sí mismo. Aferrarse al poder mediante artilugios, es la manifestación más gráfica de la inexistencia de un verdadero poder.

 

 

Giovanna De Michele

@Giovdemichele

¿Intervención extranjera?

Posted on: enero 16th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

 

 

 

En los últimos días, diversas personas entre las que se incluyen insignes representantes del mundo académico, han expuesto la necesidad de una intervención militar extranjera para solventar los graves problemas que se padecen en Venezuela.

 

 

Tal planteamiento pone en evidencia ciertos elementos concretos e incontrovertibles de nuestra realidad nacional, como por ejemplo la falta de un proyecto interno que permita avizorar alguna solución factible y efectiva a la peor crisis de la cual se tenga registro en la historia venezolana; o la inexistencia de una salida institucional que, basada en nuestro texto constitucional, nos defina una forma de acción pacífica y autóctona que marque el camino hacia el cambio de rumbo que la nación reclama.

 

 

 

En tal sentido, asumir que no existe un proyecto interno que permita una salida factible y efectiva, supone la inexistencia también de un liderazgo real en todas las fuerzas vivas del país, pero fundamentalmente en la oposición política al gobierno de Nicolás Maduro. Mientras que, por otra parte, la ausencia indiscutible de una salida institucional, basada en nuestra Constitución vigente, confirma a nivel interno e internacional la conculcación de todos los poderes públicos por parte de quienes, en este momento, ejercen el poder en Venezuela.

 

 

 

Si bien ambos elementos reflejan una muy lamentable realidad, es necesario recordar que las intervenciones extranjeras tienen siempre una fecha y hora de inicio, pero difícilmente, permiten que se conozca con precisión el momento y las condiciones que se exigirán para la retirada de los invasores.

 

 

 

Jamás una intervención extranjera debería ser deseable en ninguna parte del mundo, así como tampoco ninguna nación debe permanecer indiferente ante el abuso de poder, la humillación y la violación de sus derechos fundamentales.

 

 

 

Finalmente, invito a reflexionar sobre los peligros que encarna la opresión sostenida y/o la indiferencia frente a las dolencias de millones de personas. En este siglo XXI, la paz de las naciones se fundamenta de manera protagónica en la verdadera inclusión, esa que se da cuando el objetivo es el bien común y no la supervivencia de una ideología.

 

 

Giovanna De Michele I

@Giovdemichele

Entre sombras se va el 2017

Posted on: diciembre 19th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

Al finalizar el año 2017, Venezuela se muestra al mundo con un panorama político sumamente complejo y perturbador, tanto para quienes hacemos vida en el país, como para quienes desde el exterior tratan de comprender nuestra situación.

 

 

 

Un Gobierno con apenas el 30% de popularidad, logra alcanzar una victoria arrolladora en las pasadas elecciones regionales, obteniendo el control de 19 de 23 gobernaciones; lo cual se repitió estruendosamente en las posteriores elecciones municipales, en las que el oficialismo se adjudicó más del 90% de las alcaldías del país.

 

 

 

Ante tal fenómeno político – social que llama la atención del mundo entero, incluyendo los propios venezolanos, se han erigido diversas teorías que tratan de explicar, lo que a simple vista parece inexplicable; sin embargo, independientemente de tales teorías explicativas, ambos procesos electorales arrojan más sombras que luces sobre el actual sistema político de Venezuela.

 

 

 

Tan es así, que más allá de la versión que se escoja para intentar justificar y/o comprender nuestra actual realidad; saltan a la vista síntomas incontrovertibles de la precaria salud de nuestra democracia. Por ejemplo, si se argumenta que los resultados arriba expuestos son consecuencia de altos índices de abstención, queda claro que existe una gran desmotivación en el electorado, lo cual, a su vez, nos habla de falta de credibilidad en el sistema electoral o en el liderazgo político nacional. Si, por el contrario, se esgrime que hubo un gran control de los factores oficialistas sobre la voluntad del electorado, entonces estaríamos frente a un escenario mucho más grave que evidenciaría la total vulnerabilidad del sufragio, como principal mecanismo de expresión de la sociedad.

 

 

 

Finalmente, si se asume que los resultados en cuestión cuentan con total legalidad y legitimidad, entonces solo quedaría admitir que el electorado venezolano, es absolutamente incongruente, entre sus preferencias, a la hora de evaluar la gestión gubernamental y sus inclinaciones al momento de sufragar en las urnas electorales; honrando aquella máxima del Libertador Simón Bolívar según la cual “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”.

 

 

 

Giovanna De Michele I

@giovdemichele

Sigamos jugando a dialogar

Posted on: diciembre 6th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

 

En julio de 2016 escribí un artículo titulado “Juguemos a dialogar”, en el cual señalé que las posibilidades de un diálogo entre el Gobierno del presidente Nicolás Maduro y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) parecía haber recibido una fuerte bocanada de oxígeno, a raíz del anuncio acerca de la disposición de ambas delegaciones de aceptar la inclusión en el equipo mediador de un alto representante del Vaticano.

 

 

 

En esta ocasión, casi un año y medio después, pudiéramos afirmar prácticamente lo mismo, pero en referencia a la inclusión de algunos Cancilleres de Estados “amigos”, como si ello fuera suficiente para modificar la voluntad y disposición de las partes en controversia.

 

 

 

Para algunos, la oferta gubernamental de realizar elecciones presidenciales en el año 2018, como si se tratara de una concesión graciosa y no de un mandato constitucional, ha sido la principal motivación para acudir a esta nueva fase de conversaciones; mientras que para otros, la necesidad de abrir inmediatamente un canal humanitario que permita la llegada de alimentos y medicinas a Venezuela, es una razón lo suficientemente categórica, como para aceptar jugar nuevamente al diálogo y la negociación.

 

 

 

Pocas son las personas que se han detenido en detalles como la imperiosa necesidad del Gobierno de Nicolás Maduro, de lograr el anhelado reconocimiento a la Asamblea Nacional Constituyente, y de esa manera, subsanar, aunque sea parcialmente la precaria institucionalidad del Estado venezolano. Así como pocas personas han entendido, que aceptar la apertura de un canal humanitario sería reconocer el fracaso del modelo económico de la Revolución Bolivariana, para satisfacer las necesidades básicas de la población nacional.

 

 

 

Tal como fue señalado en aquel artículo de julio de 2016, los dos interlocutores están absolutamente conscientes de sus irreconciliables diferencias en el diagnóstico de la situación nacional; así como de las diametralmente contradictorias expectativas en torno a la efectividad de un diálogo en las condiciones planteadas; sin embargo, ambos juegan al diálogo tratando de demostrar la supremacía de su espíritu democrático, frente a la opinión pública nacional e internacional.

 

 

Giovanna De Michele

 

Reposicionando a Venezuela en el contexto internacional

Posted on: noviembre 21st, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

 

El siglo XXI se ha caracterizado por una marcada interdependencia internacional en torno a propósitos como la lucha contra el terrorismo, la universalización de la democracia como forma de vida y el protagonismo del ser humano en la mayoría de las acciones y decisiones de los estados y las organizaciones internacionales…

 

 

 

El siglo XXI se ha caracterizado por una marcada interdependencia internacional en torno a propósitos como la lucha contra el terrorismo, la universalización de la democracia como forma de vida y el protagonismo del ser humano en la mayoría de las acciones y decisiones de los estados y las organizaciones internacionales. De hecho, la forma abrupta como irrumpió el terrorismo en el año 2001, en pleno corazón del capitalismo mundial, forzó un rediseño de la estructura de poder mundial, abriendo grandes retos y oportunidades para aquellos países con potencial en áreas como la energía, el comercio, la tecnología y/o la estabilidad política en torno al modelo democrático.

 

 

 

En ese contexto, el Estado venezolano a través del gobierno de Hugo Chávez optó por promover la exportación de un modelo político ideológico como única alternativa de consolidación de un modelo “multipolar”, cuya estrategia pareció centrarse únicamente en el menoscabo de la influencia o el posicionamiento de uno de los principales centros de poder del momento, así como de toda la institucionalidad formal reinante en el contexto global.

 

 

 

Es así como se estructuró una política exterior centrada en la confrontación ideológica; para lo cual se requirió de una maquinaria integrada por personal, discursos y actitudes antisistema, que han dado como resultado: 1) la “desprofesionalización” del servicio exterior; 2) el desconocimiento de buena parte de la estructura institucional a nivel internacional; 3) la conformación de una estructura institucional paralela en el contexto regional; 4) el establecimiento y fortalecimiento de vínculos con gobiernos extranjeros cuestionados y censurados a nivel mundial, y 5) el incremento de la dependencia externa en áreas sumamente estratégicas. Todo ha configurado a la República como un Estado perturbador de la paz y estabilidad, lo que sin duda vulnera su capacidad de relacionamiento y asociación.

 

 

 

@Giovdemichele 

Giovanna de Michele

 

Elecciones terminales

Posted on: octubre 25th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

La historia está cargada de buenos y malos testimonios acerca de la importancia del voto, como instrumento racional de manifestación de voluntad en las sociedades democráticas. Sin embargo, los episodios que realmente definen puntos de quiebre, han sido aquellos en los que la ambición de poder de ciertos sectores políticos, tratan de manipular esa manifestación de voluntad, con el único propósito de acceder al poder o perpetuarse en él.

 

 

 

Recordemos solo algunos de los casos más emblemáticos, como por ejemplo el de Ucrania en el año 2004, cuando luego de los comicios del 21 de noviembre, las cuales constituían la segunda ronda electoral entre Víktor Yushchenko y Víktor Yanukovich quien para ese momento era el Primer Ministro del país y fue declarado ganador de la contienda.

 

 

 

Ese triunfo no fue reconocido por buena parte de los ucranianos, lo que dio origen a una de las revueltas más emblemáticas de la historia reciente, provocando la repetición de las elecciones y el consecuente triunfo de quien era el candidato opositor, Víktor Yushchenko. Solo a partir de ese momento logró el gobierno de Ucrania obtener el necesario reconocimiento internacional.

 

 

 

Otro caso que los venezolanos sentimos con más vehemencia es el de Marcos Pérez Jiménez, quien, en diciembre de 1957, organizó un plebiscito para consultar al pueblo si aceptaban su permanencia en el poder por un quinquenio más. El resultado, que al parecer lo favorecía, no fue reconocido por los sectores opositores del país; dando cabida a rebeliones militares y manifestaciones de calle que terminaron apartándolo del poder, el 23 de enero de 1958.

 

 

 

Sin duda, el voto es la consagración del derecho a elegir que tienen los ciudadanos en democracia, pero también entraña el compromiso de los gobernantes a respetar la manifestación de voluntad de sus gobernados.

 

 

 

Me permito citar a Fernando Savater en su libro El valor de elegir, en el que nos recuerda: “Nuestras democracias aspiran a transformar y mejorar sus instituciones, no a destruirlas”; ante lo cual, solo resta agregar que el voto en democracia es efectivamente una institución.

 

 

 

Giovanna de Michele I

@Giovdemichele

¡Yo voto!

Posted on: octubre 10th, 2017 by Maria Andrea No Comments

El debate que se ha abierto en Venezuela en las últimas semanas acerca de participar o no, en las elecciones regionales pautadas para el venidero 15 de octubre, es uno de los más claros síntomas de la fatiga de nuestro sistema político.

 

 

 

Más de 20 procesos electorales en los últimos 18 años; la sujeción a las normas y disposiciones de un poder electoral, cuestionado nacional e internacionalmente; la inequidad manifiesta en las campañas electorales; la falta de observación internacional especializada y multilateral, así como el agotamiento colectivo que produce la discrecionalidad con la cual se aplican las normas y reglamentos en materia electoral; son apenas algunas de las razones por las cuales, un gran porcentaje de la población habilitada para ejercer el derecho al voto, se abstiene de manera sistemática en nuestra atribulada Venezuela.

 

 

 

Sin embargo, y a pesar de compartir cada una de las razones expuestas anteriormente; yo no dejaré de ejercer mi derecho al sufragio, por considerar que ha sido un logro extraordinario de la humanidad, haber institucionalizado la universalidad del voto. Lo que las instituciones o el poder establecido hagan con mi manifestación de voluntad, solo permitirá poner en evidencia su talante y desesperación por aferrarse a cargos cuya transitoriedad es tan inevitable como la libertad con la que se mueve el aire aun en los espacios cerrados.

 

 

 

Muchas vidas se perdieron en Venezuela, en la exigencia del respeto a nuestro derecho a elegir, y no participar en las elecciones regionales es precisamente el deseo de quienes saben que no gozan del apoyo popular.

 

 

 

El sufragio no es un fin en sí mismo de la democracia, pero es el medio de expresión más efectivo con el que cuenta un demócrata. Así mismo, convocar a elecciones no legitima a ningún poder público como democrático y, muy por el contrario, es la evidencia del triunfo de una sociedad sobre los regímenes autoritarios que preferirían no someterse al escrutinio electoral cuando saben que no cuentan con la certeza de poder manipular la voluntad popular.

 

 

 

Salvo que la providencia decida otra cosa, yo saldré muy temprano el 15 de octubre a depositar mi voto en una urna electoral y, de esa manera honrar a quienes ofrecieron su vida por la salvaguarda de mis derechos.

 

 

 

Giovanna De Michele

@giovdemichele

Democracia del siglo XXI

Posted on: septiembre 27th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

«Todos los seres humanos tienen derecho a ser tratados con dignidad y respeto»

 

Uno de los rasgos más característicos del siglo XXI es la desaparición de las barreras entre los asuntos domésticos o internos de los Estados y aquello que se considera externo o internacional. Parte de esa tendencia tiene que ver con el protagonismo del ser humano en las relaciones internacionales. De hecho, el desdibujamiento de tal diferenciación se encuentra en la convicción de la incidencia de las decisiones de los Gobiernos en la vida cotidiana de sus gobernados.

 

 

 

Esta realidad ha llevado a algunos a afirmar que los Estados han perdido autonomía en sus procesos de toma de decisiones; ya que las mismas deben ser asumidas, tomando en consideración los efectos y las reacciones que generan en el ámbito internacional, so pena de tener que ser revisadas en función de la estabilidad y el orden mundial.

 

 

 

 

De hecho, la concepción de soberanía ha dado un gran salto frente a temas como el de la democracia. Actualmente se asume que democracia no es únicamente una forma de organización política del poder dentro de los Estados, sino que por el contrario se refiere a la única forma de vida capaz de garantizar la satisfacción de los derechos fundamentales del ser humano.

 

 

 

Una de las razones de tal enfoque tiene que ver con el incremento en el número de demandas de las sociedades, las cuales se multiplican mucho más rápidamente que la capacidad de los Gobiernos de responder satisfactoriamente. Razón por la cual los gobiernos tienden a la descentralización como mecanismo de distribución de tareas, con lo cual se busca abarcar cada vez más amplitud en la satisfacción de las necesidades de los gobernados.

 

 

 

No en vano, en la Declaración del Milenio, suscrita en septiembre del año 2000, los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas afirmaron que no escatimarían esfuerzo alguno por promover la democracia y fortalecer el imperio de la ley y el respeto de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales internacionalmente reconocidos. Reconocían así que, si bien la libertad para vivir sin miseria y la libertad para vivir sin temor son fundamentales, no resultan suficientes. Todos los seres humanos tienen derecho a ser tratados con dignidad y respeto.

 

 

 

Sin duda alguna, de esa manera se marcó el camino para diferenciar la democracia del siglo XXI de lo que el mundo había conocido hasta entonces.

 

 

 

Giovanna De Michele I.

@giovdemichele

El Caribe, Houston y Venezuela

Posted on: septiembre 11th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

El paso del huracán Irma por el Caribe, así como las recientes inundaciones en Houston, Texas, en Estados Unidos, son fenómenos naturales muy adversos y devastadores, que exigen la mayor solidaridad posible.

 

 

 

Sin embargo, la misma no se puede materializar si no se cumplen al menos dos condiciones esenciales, que son: 1) la solicitud y/o aceptación de la cooperación internacional por parte de las autoridades de las regiones en emergencia y 2) la buena disposición de la comunidad internacional para tender la mano a quien lo necesite.

 

 

 

En ambos casos, es necesario comprender que siempre la prioridad la han de tener los ciudadanos en su condición de seres humanos bajo situación de riesgo, sin disquisiciones relativas a concepciones políticas o ideológicas que separan a los gobiernos del mundo.

 

 

 

Estas coyunturas tan lamentables me hicieron recordar la terrible tragedia de Vargas en 1999, cuando Estados Unidos de América ofreció ayuda a Venezuela y el gobierno del entonces presidente Hugo Chávez la rechazó.

 

 

 

Igualmente, pienso en la actual crisis de abastecimiento de productos básicos y medicinas que se padece en Venezuela y la negativa de las autoridades actuales a aceptar la ayuda humanitaria que desde diversas latitudes se ha ofrecido a los habitantes de esta “potencia” necesitada y atribulada por la escasez.

 

 

Por otra parte, resulta muy complejo de comprender que las autoridades gubernamentales de Venezuela anuncien una agudización de la escasez de alimentos y medicinas en el país, como consecuencia de las más recientes sanciones impuestas al gobierno de Nicolás Maduro, por parte de Washington, y a los pocos días, esas mismas autoridades venezolanas informen acerca de una donación de 5 millones de dólares para atender la emergencia que provocaron las inundaciones en una ciudad del país con la mayor economía del mundo.

 

 

 

Definitivamente la solidaridad ha de ser una condición inherente a la especie humana, más allá de las artificiales diferencias políticas o ideológicas; pero sin duda, la mayor solidaridad de un gobierno ha de ser con sus propios gobernados. Particularmente por razones de responsabilidad y obligación y, adicionalmente, por un asunto de coherencia y credibilidad. No se puede admitir una crisis para alimentar y sanar a la propia nación, mientras se exhibe gran capacidad de cooperación para atender las dolencias de otras poblaciones.

 

 

 

 

Giovanna de Michele

@giovdemichele