Un frapuccino en Caracas

Posted on: diciembre 21st, 2021 by Super Confirmado No Comments

 

 

La realidad venezolana sigue siendo motivo de discusión entre quienes viven dentro y fuera de Venezuela. Para algunos venezolanos, la situación económica del país vive un repunte significativo, las colas y los anaqueles vacíos desaparecieron con los controles de precios. Ahora todo se transa en moneda extranjera y una oleada de nuevos comercios, franquicias y bodegones se apodera de las principales capitales venezolanas. Atrás quedaron los tiempos de escasez, hoy día es posible tomarse un café al mejor estilo de Starbucks, sentado en cualquier centro comercial venezolano.

 

 

Hay otro grupo de venezolanos que no siente que su situación personal haya cambiado drásticamente. Más allá de las variaciones del contexto económico, el entorno sigue siendo el mismo, Venezuela sigue siendo el país con el salario más bajo de la América Latina, con los peores servicios públicos de la región y va camino a convertirse en la nación más cara para vivir. Sí, es verdad que es posible tomarse un frapuccino al mejor estilo de Starbucks en Caracas, pero hasta tres veces más caro que en Nueva York.

 

 

Las libertades políticas siguen siendo tema de preocupación, pero principalmente entre los venezolanos que viven fuera del país. En general, la mayoría de los venezolanos que viven en el territorio nacional se han visto obligados a dejar la política a un lado para concentrarse en vivir o sobrevivir. Aunque la dictadura de Nicolás Maduro sigue teniendo un inmenso rechazo entre la población, es poca la gente a la que el cambio político inmediato le quite el sueño. Eso también quedó en el pasado, luego de tantas frustraciones y desengaños, muchos venezolanos están convencidos de que trabajando duro es posible vivir mejor y eso sin importar el gobierno que esté en el poder.

 

 

La verdad está lejos de ser unánime, hay gente pasándola muy mal, yo diría la mayoría y otros para quienes vivir bien pasa por tener la marca de cereal importado al alcance de su mano. Al final la felicidad es un estado subjetivo. Lo realmente importante es entender que todo esto puede ser muy efímero y que aunque a casi nadie le importe hoy día, sin cambio político en Venezuela no habrá bienestar duradero. Importar sin aranceles y vender a precio internacional puede que no sea complicado, difícil es producir en Venezuela y lograr que la inversión extranjera llega el país, creando así empleos dignos para la mayoría del país. Vender tortas y sopas en la casa es digno de admirar, porque el trabajo siempre dignifica, pero eso no nos hará salir como país del foso en el que nos metió el chavismo hace más de veinte años.

 

 

Brian Fincheltub

@BrianFincheltub

Los sepultureros de Venezuela

Posted on: octubre 5th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

Llegaron al poder prometiendo acabar con la pobreza, la desigualdad y la corrupción, pero veinte años después lo único que lograron fue sumir al país en la destrucción y en la miseria más atroz que jamás hayamos vivido. Así lo muestra la más reciente Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), una iniciativa de investigadores de la UCAB, la UCV y la USB que lejos de apoyarse en las percepciones de dos o tres youtubers extranjeros que vienen a Venezuela unos cuantos días, describen la realidad social con datos duros, lejos de las especulaciones.

 

 

Los resultados de esta encuesta son devastadores, indicadores de una nación en guerra que nos hacen pensar en lo difícil y prolongado que sería cualquier proceso de reconstrucción que se proponga rescatar a Venezuela de la debacle actual. Todo preocupa, pero que 95% de los venezolanos hoy se encuentre en la pobreza sin duda es el mayor de los crímenes del chavismo y al mismo tiempo la única promesa que el difunto Chávez llegó a cumplir, esa de hacer de Venezuela un país más igualitario…pero donde todos fuesen igualmente pobres.

 

 

De ese 95%, 76% sufre pobreza extrema, eso significa que 3 de cada 4 venezolanos sobrevive con menos de 1,90 dólares al día. Las Naciones Unidas califica la pobreza extrema como el peor tipo de pobreza posible, pues significa que millones de personas no pueden satisfacer sus necesidades más básicas de alimentación, acceso a servicios públicos, educación y salud.

 

 

Son alarmantes igualmente las cifras en materia educativa, se estima que solo 65% de las personas con edad para inscribirse en el ciclo escolar 2020-2021 pudieron hacerlo. Eso significa más de 7 millones de niños y jóvenes fuera del sistema educativo, una cifra récord en la historia de nuestro país y que tendrá  consecuencias nefastas en nuestro futuro próximo. A esto debemos sumarle que en la Venezuela de hoy, el nivel de educación de una persona dejó de ser un medio de ascenso social y no marca una diferencia significativa entre ser pobre o no. Para que tengan una idea, el promedio de escolaridad de los venezolanos en pobreza extrema es nueve años, mientras que quienes no están en la pobreza han estudiado en promedio 11 años. Situación que hace que los incentivos para ir a las aulas, con el sacrificio que esto conlleva en las actualidad, sean cada vez menores.

 

 

Mientras la mayoría del país vive en condiciones absolutamente reprochables. Hay una minoría, tan mínima que solo alcanza 5% de la población para la cual “Venezuela se arregló”. Excluyendo de este grupo a quienes pudiesen justificar legítimamente sus ingresos, este porcentaje de la población disfruta de los privilegios mal habidos que hoy convierten a Venezuela en el país más desigual de Latinoamérica. La burbuja la disfruta solo 5%, el otro 95% se conforma con verla desde afuera.

 

 

Esta es la realidad del país, ese país que una vez algunos dijeron querer refundar para construir una sociedad más “justa”. Este es el “legado” tras veinte años de socialismo, son ellos los únicos responsables. Los mismos que prometieron sepultar para siempre la “cuarta república” y terminaron sepultando a un país entero con millones de venezolanos adentro.

 

 

@BrianFincheltub

Salir del letargo

Posted on: agosto 24th, 2021 by Super Confirmado No Comments

 

 

Aunque desde hace más de veinte años la política ha estado presente en todos los aspectos de la vida de los venezolanos, la última etapa del país se ha visto marcada por el desinterés casi generalizado del venezolano promedio por lo público y particularmente por la política. Tras las masivas movilizaciones del año 2019, el alto costo de la represión y la imposibilidad de producir un cambio de régimen inmediato, hicieron que los ciudadanos se refugiaran en su esfera privada por varias razones: frustración, miedo y sobre todo, por instinto de supervivencia.

 

 

El venezolano hoy se preocupa por vivir o sobrevivir, depende de la realidad en la que cada uno se ubique. Frente a un panorama siempre incierto, agotador y muchas veces desgastante, la gente decidió que era mejor ocuparse de lo suyo y, como si la situación nacional no fuera suficiente, la pandemia nos obligó a replegarnos aún más. Salir del letargo en el que nos encontramos no es tarea fácil, sea cual sea el camino que se elija para continuar, sin acompañamiento de la población, este estará condenado al fracaso. Pero para que el venezolano vuelva a motivarse con la idea de cambio político hace falta mucho más que un eslogan esperanzador, se necesita recuperar la confianza perdida y eso solo se logra con unidad y coherencia en el accionar.

 

 

 

Venezuela hoy vive dos procesos en paralelo, una negociación que ha iniciado en México con la participación de los dos sectores políticos en disputa y la convocatoria a un proceso electoral para él venidero mes de noviembre. Todo hace pensar que el primero de los frentes pueda ser largo y complicado, la experiencia pasada explica quizás el desinterés de los venezolanos por él mismo. A estas alturas absolutamente nadie planifica su vida, si es que eso es posible en medio del chavismo, en función de lo pueda o no suceder en México. No hay expectativas de la gente sobre lo que un eventual acuerdo pueda representar para sus condiciones de vida y eso no es bueno para nosotros. En lo que respecta al segundo frente, la situación no es muy diferente.

 

 

Nuestro rol como dirigencia es nuevamente convencer, comunicar y ser transparentes en cualquier decisión que se tome. En ese sentido, es positivo que la agenda de las conversaciones en México sea pública, eso podría ayudar a desmontar las dudas que siempre trata de sembrar la dictadura sobre los factores democráticos cada vez que inicia un proceso de conversaciones. Si en el plano interno se aplica igualmente una política de puertas abiertas, donde los ciudadanos puedan entender por qué ahora sí y antes no, qué condiciones cambiaron o pueden cambiar en el futuro para decidir participar, cuáles son las garantías de ganar y cobrar; es probable que quienes naturalmente desconfíen, se den una nueva oportunidad de creer. En cualquier escenario, el letargo NO es una opción, aislarnos puede que nos “proteja” un tiempo, pero seguros solo estaremos de nuevo en democracia y para recuperarla hay que lucharla.

 

 

 

Brian Fincheltub
@BrianFincheltub

 

La primavera cubana

Posted on: julio 20th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Para millones de venezolanos que hemos visto desaparecer nuestra democracia a manos del comunismo, la libertad es más que un valor universal, es una causa común que nos une con quienes luchan por ser libres. Con el pueblo cubano nos une mucho más que un ideal de libertad, nuestro devenir democrático como nación está atado al futuro de Cuba y no por voluntad nuestra, sino porque el chavismo así lo quiso cuando nos convirtieron en una colonia cubana. Aunque un eventual cambio de régimen en Cuba no signifique necesariamente nuestra liberación inmediata, desde el propio momento que la dictadura Castrista deje de existir, desde ese momento la estructura de vigilancia, persecución, tortura y control social del chavismo también se vendría abajo.

 

 

Celebrar la primavera cubana es celebrar el despertar de un pueblo que durante 62 años ha vivido sometido a la opresión y a la mentira. Es también la prueba más fehaciente de que los países no se resignan a vivir esclavizados, humillados y con miedo. Cuando se pierde todo llega un momento en el que también se pierde el miedo y a los cubanos les han quitado tanto que el pasado 11 de julio, tal como dijo una mujer cubana en medio de las protestas, decidieron quitarse el ropaje del silencio. Una carga muy pesada que es imposible de soportar en dictadura.

 

 

Las protestas en Cuba también nos muestran cómo no hace falta haber vivido en democracia para defenderla. Que miles de cubanos hayan salido a las calles gritando libertad incluso sin conocerla debe llenarnos de esperanza como venezolanos. Personalmente, en Venezuela mi preocupación siempre ha sido que las nuevas generaciones, nacidas durante los últimos 22 años y que han crecido sin posibilidad de ver otra cosa, piensen que es posible llevar una vida “normal” con el chavismo, cuando no hay normalidad posible sin democracia ni libertad y mucho menos prosperidad bajo un sistema que trafica con el hambre y la miseria.

 

 

Aunque los regímenes Castristas y Chavista pretendan desaparecer toda forma de resistencia con cárcel, represión y muerte, no impedirán que llegue la primavera. Los cubanos y los venezolanos volveremos a ser libres y con nosotros el resto de Latinoamérica, que finalmente podrá librarse de las conspiraciones de Cuba y Venezuela contra las democracias de la región !

 

 

Patria y vida!!!!

 

 

Brian Fincheltub

@BrianFincheltub

Aparentar justicia y fracasar en el intento

Posted on: julio 10th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

El régimen chavista ha pasado por diferentes etapas desde su llegada al poder. En sus inicios, procuraron mostrarse como un proyecto “profundamente democrático y popular”. En esta etapa, las apariencias importaban, pues había preocupación por la manera como se les percibía nacional e internacionalmente. Pero la realización periódica de elecciones semi-competitivas no pudo ocultar la verdadera naturaleza del chavismo por mucho tiempo, como todo proyecto totalitario y hegemónico, una vez consolidado el control interno, pronto las elecciones dejaron de ser útiles y la opinión de la comunidad internacional, simplemente irrelevante, intrascendente.

 

 

A la dictadura nada parecía importarle y la presión internacional, tan efectiva en el pasado para lograr que el régimen reculara en ciertos aspectos, funcionaba cada vez menos. Aunado con ello, la ausencia de mecanismos coercitivos en instancias internacionales se traducía en el total irrespeto de las decisiones condenatorias del Estado venezolano. Venezuela se convertiría de manera vertiginosa en un Estado forajido, aislado completamente del mundo y con millones de venezolanos como rehenes.

 

 

El poder absoluto garantiza absoluta impunidad. Eso fue lo que debió haber pensado la camarilla al mando cuando persiguió, torturó, encarceló y asesinó a miles de venezolanos y obligó a otros más de 5 millones a huir del país. Es posible que la inoperancia y los tiempos tan largos de la justicia internacional hayan contribuido a alimentar esta percepción. Lo hemos dicho en otras ocasiones, lamentablemente los tiempos de la justicia internacional no son los  tiempos de las víctimas ni de quienes sufren. Pero la hora de la justicia parece finalmente aproximarse y la prueba más fehaciente de ello es la necesidad del chavismo de volver a sus inicios, volver a las apariencias.

 

 

Las conclusiones del informe preliminar de la Corte Penal Internacional  deben conocerse pronto y esta vez el reloj no los acompaña. El mismo tiempo que una vez los ayudó, hoy los condena, pues resulta supremamente difícil, por no decir imposible, aparentar justicia cuando durante años se la negaron a quienes clamaban castigo para los culpables y cuando hablamos de culpables no nos referimos solamente a quienes torturaron o dispararon, sino a quienes dieron la orden. Todo lo demás no será más que otro intento fallido de aparentar, afortunadamente, cada vez son menos los incautos.

 

 

@BrianFincheltub

¿Cuándo se fregó Latinoamérica?

Posted on: junio 16th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

Nuestra tragedia no tiene más dolientes que nosotros, los propios venezolanos. Para los demás, lo nuestro no es más que una carga, un problema sin resolver, un relato cansón que les toca escuchar una y otra vez de boca de cada uno de los millones de venezolanos que estamos regados por el mundo entero, particularmente en Latinoamérica. Es probable que algunos hasta piensen que somos seis millones de exagerados, que sencillamente salimos del país en plan de turismo y que quienes lo hicieron caminando, solo querían admirar mejor el paisaje.

 

 

Frente a las pocas lecciones que parece haber dejado la destrucción de Venezuela en nuestra región no veo otra explicación: no nos creen o simplemente Latinoamérica tiene vocación suicida. El caso de Perú, el segundo país del mundo con mayor número de migrantes venezolanos, es fiel reflejo de ello. Aproximadamente un millón de connacionales viven allí, con ellos también migraron sus historias, retratos de un país que antes de la llegada del chavismo al poder era receptor de migrantes y productor de petróleo y que hoy, veintidós años después, los exporta por millones y sólo produce miseria.

 

 

¿Puede existir un testimonio más poderoso que ese? Personalmente, no lo creo. Aun así, los peruanos decidieron que la mejor solución para resolver los problemas de su país era votar por un comunista y no. Esta vez no se trata nuevamente del cuento del coco, un recurso del cual se ha usado y abusado de campaña en campaña electoral. Pedro Castillo y su agrupación política son marxistas leninistas y no lo digo yo, lo dice el propio programa ideológico de Perú libre cuando afirman textualmente que “decirse de izquierda cuando no nos reconocernos marxistas, leninistas o mariateguístas es simplemente obrar en favor de la derecha con decoro de la más alta hipocresía”.

 

 

La inminente caída en desgracia del Perú la vivo con mucha tristeza, no solo por los miles venezolanos que deben sentirse de nuevo viviendo la misma pesadilla, sino por los millones de peruanos que serán las únicas víctimas de su venganza contra la clase política, las instituciones republicanas y en definitiva, contra la democracia peruana. Paradójicamente para quienes apostaron al comunismo para castigar a los ricos, los acomodados serán quienes menos sufran la destrucción de Perú, pues mientras los empresarios y las clases pudientes serán las primeras en trasladar sus capitales y bienes a otro país cuando el Perú se vuelva invivible, el peruano promedio vivirá la tragedia adentro, al menos que decida huir caminando a Colombia, Chile, Brasil o Ecuador.

 

 

Perú es también la nación la cual recibió a mis abuelos maternos cuando escapaban de otro sistema totalitario, el nazismo, así que este artículo está lejos de representar un acto de soberbia propio del “se los dije”. A los venezolanos también nos ganó la arrogancia y el resentimiento cuando en 1998 la mayoría del país decidió ignorar a quienes siempre vieron en Hugo Chávez un títere de Fidel Castro y lo llevaron en hombros a Miraflores. Ese día se fregó Venezuela y con nosotros, aún sin saberlo, el resto de Latinoamérica.

 

 

 

@BrianFincheltub

Argentina ¿del “nunca más” al “siempre cómplices”?

Posted on: junio 5th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

Argentina fue, hasta hace poco, uno de los países de mayor tradición en materia de promoción y defensa de los DD.HH. en el hemisferio. Desde el regreso de la democracia hace 40 años, los DD.HH. no solo pasaron a ser un tema prioritario en la agenda interna, sino también un pilar fundamental de la política exterior argentina. Una política exterior que, sin importar la ideología del gobierno de turno, se mantenía a grandes rasgos invariable en el tiempo. Lamentablemente, dicha tradición viene de ser sepultada por la administración del presidente Alberto Fernández y su omnipresente vicepresidente, Cristina Fernández, viuda de Kirchner.

 

 

Al ordenar el retiro del apoyo a la demanda frente a la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad en Venezuela, el presidente Fernández se alinea con los violadores de DD.HH. y le da a la espalda a la víctimas y a los millones de venezolanos que tuvieron que huir de su país, como una vez lo hicieron miles de argentinos que escapaban de la dictadura militar.

 

 

Nunca antes Argentina asumió una posición tan contradictoria a su sistema democrático y republicano. Ni siquiera durante el paso del matrimonio Kirchner por el poder, cuyos lazos con Chávez representaron fundamentalmente una ocasión para hacer negocios, más que una oportunidad para afianzar una alianza política real. Los Kirchner, como la mayoría de los presidentes latinoamericanos hace una década, supieron aprovechar el uso “generoso” que hizo Chávez de los recursos de todos los venezolanos, mientras sus excesos, no es que no eran condenados por Argentina, sino por prácticamente ningún país del mundo.

 

 

Hoy Latinoamérica es otra, en Venezuela las elecciones son cosa del pasado, como también lo es la bonanza petrolera. Sin legitimidad de origen y sin dólares, la dictadura quedó desnuda. Los crímenes del chavismo, otrora ignorados y minimizados, han sido documentados por la Organización de Naciones Unidas y su Alta Comisionada para los DD.HH., Michelle Bachelet. Los casos de detenciones arbitrarias, tortura, desapariciones forzosas y ejecuciones extrajudiciales se cuentan por miles, detrás de cada número hay más que una cifra, hay personas, hay sueños truncados, vidas destruidas, familias separadas y un dolor que no desaparecerá nunca, pero que encontrara consuelo cuando los culpables sean castigados por la justicia internacional.

 

 

Las violaciones a los DD.HH. y las cicatrices que estas dejan en sus víctimas no desaparecen jamás, aunque el presidente Alberto Fernández quiera dar a entender lo contrario. Mientras haya un venezolano dentro y fuera del país dispuesto a contar la verdad, los crímenes del chavismo, los ya ejecutados y lo que se siguen cometiendo todos los días, no desaparecerán jamás de nuestra memoria colectiva. Los venezolanos también vamos a decir un día “NUNCA MÁS”, como lo dijeron aquellos argentinos que sufrieron el horror de la dictadura y que deben sentir vergüenza viendo cómo un presidente que se decía “moderado” ha convertido el Estado argentino en cómplice de unos de los más sangrientos regímenes de la historia de Latinoamérica.

 

 

@BrianFincheltub

 

Cuatro mitos sobre el conflicto en Medio Oriente

Posted on: mayo 23rd, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Una vez alguien dijo que la primera víctima de una guerra era la verdad. Aunque esta frase fue pronunciada hace más de cien años, se aplica a la perfección a la reciente escalada de violencia en Medio Oriente. En los más de diez años que tiene mi columna de opinión, siempre he evitado escribir sobre temas que pongan de relieve mis creencias religiosas, no porque me avergüence de mi fe, porque por el contrario es algo de lo que más me siento orgulloso, sino porque viviendo en Venezuela, no quería darles a los intolerantes en el poder, la oportunidad de recurrir al insulto fácil. En esta ocasión es diferente. Hoy escribo como judío, pero sobre todo como ciudadano libre que tiene un espacio que otros quizás no tengan para responder a la manipulación y sesgo que inunda actualmente las redes sociales y tristemente, la mayoría de las agencias de “noticias”internacionales. Decidí elegir tan solo cuatro de muchos de los mitos que he leído en los últimos días sobre Israel y lo hago porque si algo sabe el pueblo judío es que las mentiras también matan y deben ser respondidas:

 

 

Mito 1: “Se trata de un conflicto entre Israel y Palestina”. La primera de esta serie de manipulaciones pretende convencernos de que esto es un conflicto entre dos pueblos. Hoy la realidad es otra, se trata de un conflicto entre el Estado de Israel y una organización terrorista, así calificada por la comunidad internacional. Mientras el conflicto de Israel no es contra el pueblo palestino, la guerra de Hamás es contra Israel entero, contra el Estado judío que han jurado “desaparecer del mapa”, tal como lo expresan en su propia carta fundacional. Pero la guerra de esta organización terrorista es también contra todo aquel que no profese el islamismo radical, como lo demostraron con sus acciones en 2007 cuando tras tomar el poder violentamente, asesinaron a más de 600 palestinos que se opusieron a su objetivo de convertir Gaza en un cuartel terrorista.

 

 

Importante destacar que al menos 700 de los más de 4.000 misiles que han sido disparados por Hamás en contra de Israel han caído en el propio territorio palestino, asesinando hasta ahora al menos 16 civiles

 

 

Mito 2: “Israel ataca”. Otra de las mentiras que busca presentar a Israel como el factor detonante de la violencia en la Franja de Gaza. Frente a esto es necesario reafirmar que Israel no ataca, Israel se defiende. Cada escalada bélica ha sido la respuesta de Israel a un ataque de Hamás no solo contra los judíos, sino el 20% de su población árabe y demás minorías que también hace vida en Israel. Sin embargo, uno se topa con muchas voces críticas que sin conocer a profundidad el tema, desde Europa o Estados Unidos, critican las acciones emprendidas por el Estado israelí; a esas personas yo les preguntaría: ¿Qué pasaría si en la madrugada u otra hora del día el ruido de una sirena les advierte que su zona, su edificio, que la casa donde han vivido durante años es objetivo de un ataque con cohetes y pudiera desaparecer en solo minutos? Mis familiares y amigos en Israel deben escucharlas hasta 40 veces por día y viven para contarlo gracias a la “Cúpula de Hierro” que se encarga de interceptar en aire los misiles lanzados por Hamás. Ningún país del mundo toleraría que una organización terrorista lance contra sus centros residenciales más de 4.000 misiles en apenas unos días sin consecuencias. Lo único que Israel hace es defender a su población y en el ejercicio de su derecho a la defensa se encarga de que el menor número de civiles se encuentren en el blanco del ataque. Para que tengan una idea, ningún otro ejército en el mundo pone en alerta a los terroristas antes de atacar; Israel lo hace porque su objetivo no es matar civiles, sino neutralizar las amenazas que se ciernen contra su territorio.

 

 

Mito 3: “Israel es expansionista”. Podemos leer una y otra vez que Israel se expande negando el derecho al pueblo palestino de existir. Esto es absolutamente falso, fue precisamente Israel quien se retiró unilateralmente de la Franja de Gaza en 2005 teniendo como proyecto para la paz en la región la convivencia entre dos formas de organización política. Basta con ver el proyecto que tenía Israel pensado para la franja para ayudar a convertirlo en una zona de progreso. Lamentablemente, ese no es el objetivo de Hamás ni de los enemigos de Israel. El territorio israelí representa MENOS del 1% del Medio Oriente, pese a ello, sus vecinos, en su mayoría países hostiles y con sistemas claramente incompatibles con los valores democráticos, ven a Israel como una amenaza. Entre esos vecinos hostiles se encuentra Irán, quienes comparten con Hamás el objetivo de borrar Israel del mapa. Pese a que normalmente el régimen iraní no entra directamente en confrontación con Israel, su rol es de financiar a todas las organizaciones terroristas que atacan Israel.

 

 

Mito 4: “La respuesta de Israel no es proporcional”. Es recurrente la pregunta ¿por qué muere más gente en la Franja de Gaza que en Israel? Porque Israel invirtió en sistemas de defensas mientras que Hamás invirtió en armas y cohetes. Israel protege a su población, Hamás los usa como escudos humanos. La guerra de Hamás también es propagandística, cuando hay un número mayor de bajas en territorio palestino, Hamás tiene más argumentos para justificar su agenda de violencia. Es absolutamente descarnado, pero lamentablemente así usa el conflicto Hamás. Para Israel cada vida cuenta, no se trata de elegir qué pueblo sufre más, sino de ver quiénes están interesados en proteger a su población y a quienes solo le interesa ponerla en riesgo. Solo un ejemplo, alrededor de 700 de esos más de 4.000 misiles disparados por Hamás en los últimos días han caído dentro de la propia Franja de Gaza y han matado al menos a 16 civiles palestinos. Estos misiles son lanzados desde zonas densamente pobladas. En el derecho internacional humanitario, el uso de civiles como escudos humanos es un crimen de guerra. Usted verá en los títulos de las grandes agencias de noticias “Israel bombardeó edificio en la Franja de Gaza donde se alojaban corresponsales extranjeros”, pero nunca leerá que en ese edificio funcionaba un cuartel de inteligencia al servicio de Hamás, desde donde se dirigían ataques hacia la población civil.

 

 

Es oportuno destacar una frase que dijo el embajador de Israel ante la ONU, Gilar Erdan, que ilustra una gran verdad:

 

 

“Mientras Israel lamenta cada persona fallecida en esta guerra, Hamás celebra cada fallecido, si es israelí celebra porque era su objetivo y si es palestino celebran porque lo usan para ganar compasión y apoyo internacional”.

 

Mientras escribía este artículo el cese al fuego fue acordado por las partes en conflicto luego de más de 11 días de violencia. Israelíes y palestinos merecen vivir en paz, una paz duradera, sin odios, sin el miedo ni el terror infundido por Hamás.

 

 

 

@BrianFincheltub

Terrorismo de Estado

Posted on: abril 26th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

En un país de instituciones democráticas destruidas, la organización ciudadana pudiera representar la única garantía de reconstrucción de la fibra social y política arrasada por la aplanadora totalitaria del Estado. En estos veinte años, el chavismo se encargó de destruir los gremios, los sindicatos, las asociaciones de vecinos, los partidos políticos y ahora va por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG). De acuerdo con la Providencia Administrativa número 001-2021, a partir del 1ro de mayo del 2021, las ONG venezolanas tendrán la obligación de inscribirse en un registro único de la “Oficina Nacional contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo”, con la finalidad de informar a la dictadura la lista de miembros, listas de donantes, movimientos económicos y lista de beneficiarios.

 

 

Bajo la presunción de que todas las organizaciones son “terroristas” hasta que demuestren lo contrario, la dictadura se propone desaparecer a las ONG bajo amenaza de encarcelar a quienes no se sometan a sus reglas. Aunque causa indignación, la verdad es que mucho habían tardado, es totalmente incompatible con el proyecto hegemónico chavista toda forma de organización que ayude a la emancipación del individuo del sometimiento criminal implantado por régimen en cada rincón de Venezuela y que tiene como expresión más acabada el llamado “Sistema Patria”. Y cuando hablamos de emancipación ni siquiera le damos un significado político a la palabra, más allá del que pudiera tener intrínsecamente el hecho que una persona para sobrevivir, no dependa más de la estructura de control social del chavismo.

 

 

Ciertamente, se trata de un asunto de supervivencia. Cientos de ONG venezolanos cumplen una labor fundamental que va mucho más allá de la defensa de los valores democráticos, causa de extrema importancia en un país bajo un régimen militar, pero que no dejan de lado otras causas extremadamente urgentes como son la alimentación y la salud en un país con crisis humanitaria compleja causada por el modelo hambreador socialista. Para que tengan una idea, si la mafia en el poder avanza en sus pretensiones, serían cientos de pacientes con enfermedades crónicas que perderían acceso a su tratamiento y miles de ancianos y niños cuyo derecho a la alimentación se vería gravemente comprometido.

 

 

Paradójico que una persecución que claramente califica como terrorismo de Estado, tenga precisamente como excusa la “lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada”. Por cierto, delincuencia organizada abunda en toda Venezuela y no vemos a la dictadura obligando a las bandas crimínales a registrarse en un censo para preguntarles cómo se financian y sobre todo cómo consiguen armamento que, en teoría, debería estar en manos de las Fuerzas Armadas. Misterios sin respuestas, pero como dijera un día ese famoso sanguinario conocido como el Che Guevara: “en socialismo, lo extraordinario se hace cotidiano”.

 

 

 

@BrianFincheltub

La inmunidad de los impunes

Posted on: abril 10th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

Durante el último año desde los órganos de propaganda del régimen no cesaron  de repetir hasta el cansancio que la dictadura había logrado “contener” la pandemia en Venezuela. Una mentira que tuvo tanto eco que hasta en algunos medios de comunicación internacionales llegaron al extremo de hablar la “fórmula venezolana” frente a la COVID-19. Una fórmula “exitosa” si nos fiábamos de las cifras de contagios, fallecidos y el número récord de “recuperados” anunciados diariamente en transmisiones de radio y televisión. Todo era extraño, pese a que la mayoría dudaba de las cifras oficiales, era la primera vez en años que veíamos a voceros de la dictadura ofrecer balances. Una señal que viniendo de donde venía, lejos de generar tranquilidad inmediatamente generó suspicacia.

 

 

La pregunta que se hacía mucha gente era: ¿A cuenta de qué la dictadura quería dar señales de transparencia? Total, si así lo habrían  querido, con adoptar la política de opacidad total de Corea del Norte tenían, nada ni nadie se los hubiese impedido. La estrategia elegida fue otra, optaron por hacerle creer al mundo, pues poco les importa la opinión interna, que manejarían la crisis sanitaria con responsabilidad y diligencia, todo con único objetivo de ganar legitimidad internacional que les permitía recuperar el acceso a los fondos del Estado resguardados en la banca europea. La prueba de ello es que no habían pasado dos meses de la declaración de los primeros casos en el país y ya los cabecillas de la dictadura pedían el levantamiento de las llamadas “sanciones”.

 

 

La verdad es que no habían contenido nada. Venezuela, como ningún otro país de la región, tuvo condiciones propicias para controlar la pandemia. Y es que ningún otro país latinoamericano tiene el nivel de aislamiento interno y externo que vive Venezuela hoy. Con una escasa conexión aérea internacional y una movilidad interna sensiblemente reducida producto de la escasez de gasolina, nuestro país tuvo el cerco sanitario perfecto para contener el número de casos importados y evitar la propagación de los casos comunitarios. Pero sin ninguna sorpresa, no fue así y las consecuencias están a la vista de todos.

 

 

La explosión del número de contagios y muertes en el país son el resultado de la inacción de una élite que jamás le ha interesado la vida de los venezolanos. Hablo de inacción y no de incapacidad porque no tengo dudas que se trate de un plan deliberado de exterminio de la población venezolana. Mientras todos los gobiernos del continente negociaban para conseguir vacunas para sus poblaciones, en Venezuela Nicolás Maduro presentaba las llamadas “goticas milagrosas”. Mientras en todo el mundo sendas campañas de vacunación iniciaban, aquí nos enterábamos que toda la banda criminal se había vacunado en pleno antes que el personal médico y sanitario.

 

 

Cuesta creer que la misma dictadura que dice  contar con el apoyo incondicional y la amistad de China y Rusia, haya recibido apenas recibido 250.000 dosis de la vacuna Sputnik V. Lo que quiere decir que Rusia ha enviado más fusiles que vacunas al país y no precisamente por culpa de las sanciones, porque al menos que yo sepa, ni Rusia ni China han sancionado a Venezuela. Tampoco se trata de un problema de liquidez, porque así como Venezuela paga la cooperación militar con estos dos países con nuestro petróleo y oro, bien pudiera pagar las millones de vacunas que se necesitan para proteger la vida de los venezolanos.

 

 

El plan es otro, lo muestra también la intención criminal de bloquear a toda costa el ingreso al país de las más las más de dos millones de vacunas obtenidas bajo al acuerdo de cooperación Covax, para lo cual la legítima Asamblea Nacional ya desembolsó los recursos, pero que la dictadura se ha encargado de boicotear. Mientras tanto las redes sociales están inundadas de campañas de recaudación de fondos, venezolanos que piden desesperados altas sumas en dólares para salvarle la vida a los suyos recurriendo a la medicina privada, en un país donde ir a un hospital es prácticamente una condena a muerte y no precisamente por el valiente personal médico que expone sus vidas para salvar las de otros, sino porque toda la infraestructura hospitalaria está desmantelada.

 

 

Hoy, como nunca antes, exigir la vacunación masiva es asunto de vida o muerte. No es posible que la vida de millones esté en manos de secuestradores sin ningún tipo de escrúpulo y ningún sentido de humanidad. La solución no es encerrar de nuevo a millones en sus casas. Sin vacunación masiva no habrá confinamiento ni cuarentena radical que evite lo inevitable: que miles de venezolanos pasen a engrosar la lista de víctimas.

 

 

 

 Brian Fincheltub

@BrianFincheltub